Tras las turbulencias de estos últimos meses, las economías emergentes, sobre todo China, afrontarán probablemente nuevos sacudones, destacó un informe difundido hoy por el Banco de Pagos internacionales (BRI), considerado el ‘banco central’ de los bancos centrales, cuya sede central se encuentra en Basilea. Los últimos datos macroeconómicos de Pekín -como por ej. producción industrial […]
Tras las turbulencias de estos últimos meses, las economías emergentes, sobre todo China, afrontarán probablemente nuevos sacudones, destacó un informe difundido hoy por el Banco de Pagos internacionales (BRI), considerado el ‘banco central’ de los bancos centrales, cuya sede central se encuentra en Basilea.
Los últimos datos macroeconómicos de Pekín -como por ej. producción industrial e inversiones- están por debajo de las expectativas, precisó el informe del BRI, tras recordar al mismo tiempo la fase de baja de los precios de las materias primas.
El BRI presenta habitualmente un indicador considerado como una suerte de «alerta preventiva» sobre el riesgo generado por temas vinculados a factores vinculados al crédito, el precio de los inmuebles y el costo del dinero.
Este indicador -precisó el documento cuyo título es «Las vulnerabilidades de las economías de mercado emergentes cobran protagonismo»- ha pegado un salto hacia arriba no sólo en China sino también en Brasil y Turquía.
Por encima de esos niveles, y tomando en cuenta las experiencias del pasado, dentro de los sucesivos tres años se genera una crisis bancaria.
El mundo está en otras palabras asistiendo «a la liberación de presiones acumuladas a lo largo de los años», indicó el responsable del departamento económico del BRI, el italiano Claudio Borio.
«Por lo menos desde 2009 las vulnerabilidades internas han ido creciendo en diversas economías emergentes, incluidas algunas de las más grandes, y en menor medida -destacó Borio- también en el caso de algunas economías avanzadas, en especial las exportadoras de materias primas». «En concreto, estos países han dado muestras de acumular desequilibrios financieros, que se han manifestado mediante auges desproporcionados del crédito junto con fuertes aumentos de los precios de los activos, sobre todo de los inmuebles, respaldados por condiciones de liquidez mundial excepcionalmente favorables».
Desde finales del 2014 hay una fuga de capitales de China, Brasil y Rusia a un ritmo -añadió el informe- que podría seguir sin ser contenido por la intervención en el cambio que Pekin llevó a cabo en agosto al desenganchar parcialmente a su moneda, el yuan, del dólar. Una decisión que el BRI, a diferencia del FMI, considera por otro lado como un activador de la desestabilidad en el mercado.
En el primer trimestre del año la salida de capitales de los bancos chinos fue de 109.000 millones de dólares. El informe destacó por otro lado que ese fenómeno, iniciado a finales del 2014, ha aumentado a raíz «de la presión sobre el renminbi».
La fuga de capitales está presionando por otra parte sobre el nivel «de las reservas oficiales», teniendo en cuenta -precisa el informe- «el estrecho control» de Pekín sobre su divisa.
Los mercados están por otro lado pendientes de las decisiones que tomará el jueves la Federal Reserve: muchos analistas consideran que la FED estadounidense no aumentará, como estaba en cambio previsto, sus tipos de interés, que se mantienen intactos desde el 2006.
Fuente: http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/rubriche/restodelmundo/20150913212835799993.html