El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, inauguró este jueves la reunión cumbre del Mercosur con un llamado a impulsar el «crecimiento sustentable con equidad social» a fin de superar los costos de las políticas económicas liberales que imperaron en el Cono Sur de América en los años 90
«Estamos recorriendo el camino de un cambio de época», definió Kirchner ante sus pares del Mercosur (Mercado Común del Sur): Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, y Jorge Batlle, de Uruguay, en la nororiental ciudad de Puerto Iguazú, a 1.600 kilómetros de Buenos Aires.
El presidente paraguayo fue el primero en apoyar los conceptos de Kirchner, subrayando que «si no mejoran los índices sociales de pobreza y empleo» en la subregión «aún la mejor unión aduanera no podrá contribuir a afianzar nuestras democracias».
También participaron de la reunión los mandatarios Ricardo Lagos, de Chile, y Carlos Mesa, de Bolivia, dos de los tres países que son miembros asociados del bloque, junto con Perú.
Lagos señaló que «de la unión estrictamente aduanera» que dio nacimiento al Mercosur, se fue evolucionando hacia «un plan integral, con un sentido político».
«Estamos para dar ahora un gran salto», dijo. El chileno pidió que los ministros de los países asociados puedan participar de las reuniones del Consejo del Mercado Común, ámbito de representantes de los ministerios de Economía y de las cancillerías de los cuatro miembros plenos.
A la XXVI Reunión Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur asistieron asimismo el presidente mexicano Vicente Fox, y el de Venezuela, Hugo Chávez, países aspirantes a sumarse como miembros asociados.
En el encuentro, Kirchner anunció que la incorporación de Venezuela fue aceptada, aunque resta un paso formal: que la autorización sea protocolizada por la Asociación Latinoamericana de Integración, explicó.
Respecto de México, cuyo interés en el Mercosur se conoció unos meses atrás, Kirchner explicó la necesidad de negociar un acuerdo de libre comercio como requisito para alcanzar el estatus de miembro asociado.
A su turno, Fox pidió formalmente la asociación. «Juntos podemos concretar el proyecto de integración y tener una sola voz en foros internacionales, con la agenda de la región, para potenciar nuestras singularidades», dijo.
El mandatario del país norteamericano había negado en días anteriores la disposición inmediata de su país a negociar un acuerdo de apertura comercial.
Batlle consideró que México tiene para hacer «un enorme y valioso aporte» al bloque. Pero el «entusiasmo» por su incorporación no puede pasar por encima las cuestiones «de derecho», en alusión a la presión mexicana que había llevado días antes a la cancillería argentina a sugerir la creación de la figura de «miembro observador», nunca usada hasta ahora.
Lula, quien asumió este jueves la presidencia rotativa del Mercosur por un semestre, prometió «apurar» las negociaciones de un acuerdo comercial con México para sumar «rápidamente» a ese país a la lista de Bolivia, Chile, Perú y, desde ahora, Venezuela.
Kirchner repasó los avances logrados en las discusiones internas y las relaciones exteriores.
Los gobernantes no se pusieron de acuerdo para eliminar el doble arancel a productos importados desde fuera del bloque, pero sí en un mecanismo para internalizar más rápidamente las normas del Mercosur en cada país.
Asimismo, aprobaron el financiamiento para poner en marcha en agosto el Tribunal de Revisión, con sede en Asunción.
Este órgano, que deberá dirimir las controversias comerciales entre los socios, contribuirá a «afianzar la institucionalidad» del Mercosur, subrayó Lula.
Respecto del demorado acuerdo de apertura con la Unión Europea (UE), que se negocia desde hace casi 10 años, Kirchner aseguró que se alcanzará «este año».
Aunque se avanzó, persisten rechazos de algunos miembros del bloque a las exigencias europeas en materia de inversiones, servicios y compras gubernamentales. Kirchner se refería, sin mencionarlo, a Brasil. También Uruguay expresó resistencias.
Además, Kirchner definió lineamientos políticos del proceso integrador del Mercosur, cuya coordinación en el último semestre estuvo a cargo de Argentina.
«El pensamiento hegemónico de los años 90 hizo que la mayoría de nuestros países se incorporara a la globalización sin políticas adecuadas de defensa de sus intereses, o bajo el imperio de un pensamiento según el cual la libertad de mercados era la panacea universal que conducía de manera rectilínea a una mayor prosperidad», dijo.
«Hemos pagado y estamos pagando un enorme costo por este rumbo equivocado, en términos de pobreza, exclusión y ensanchamiento de la brecha social», alertó el mandatario. El Mercosur tiene «una enorme oportunidad» para recuperar el lugar del Estado y el de la política.
Kirchner consideró que se debe construir un mercado ampliado, «superando una visión coyunturalista, que mide el éxito del Mercosur por el saldo comercial en sus plazos cortos», y «con mejores mecanismos de coordinación» para evitar conflictos por circunstancias económicas diferentes, explicó.
«Aquí estamos hablando de algo superior a un tratado de libre comercio, estamos ante una unidad política que debe tener instituciones fuertes, y avanzar hacia el crecimiento sustentable con equidad social», subrayó.