Adelantándose a los primeros rayos del sol, miles de trabajadores y trabajadoras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizaron los últimos preparativos del Paro Nacional de este primero de septiembre, segunda acción consecutiva para revertir las reformas a su régimen de jubilaciones y pensiones. Enfermeras, doctores, especialistas de los laboratorios, trabajadores administrativos y de […]
Adelantándose a los primeros rayos del sol, miles de trabajadores y trabajadoras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizaron los últimos preparativos del Paro Nacional de este primero de septiembre, segunda acción consecutiva para revertir las reformas a su régimen de jubilaciones y pensiones.
Enfermeras, doctores, especialistas de los laboratorios, trabajadores administrativos y de limpia, coordinaban actividades en hospitales, guarderías y centros de atención de Salud General.
«Como antes no se había visto, por lo menos desde que trabajo allí, y mira que ya tengo mis añitos, las diversas áreas (sectores de trabajadores) nos unimos para que el paro sea un éxito y rescatemos las jubilaciones…», comentó Alejandra Sánchez, enfermera de la Clínica Cuatro, al sur de la ciudad de México. «Alistamos volantes, mantas, pancartas y estamos dispuestos a todo por defender nuestros derechos…», dijo.
En punto de la siete de la mañana, alrededor de 200 mil trabajadores del IMSS iniciaron un paro colectivo, sin suspender los servicios de urgencias. El hombro, puesto por los trabajadores electricistas y otros sindicatos y organizaciones sociales.
Según dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), 32 mil trabajadores realizaron faltas colectivas; los universitarios participaron con otras 20 mil faltas colectivas, y los trabajadores telefonistas llevaron a cabo un paro de las 14:00 horas a las 21.00 horas, dejando sin servicio centrales de pago, tiendas de accesorios y el número telefónico de las operadoras de información sobre lugares, compras y solicitudes de números telefónicos.
Con el apoyo del Frente Sindical Campesino Social y Popular –donde además confluyen el Frente Sindical Mexicano, la Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo y la Unión Nacional de Trabajadores-, la base laboral del Seguro Social se congregó en varios puntos de la capital para después partir en marchas rumbo a las instalaciones de la Cámara de Diputados y manifestarse en el marco del cuarto informe de gobierno del presidente Vicente Fox.
Marina Nacional, Doctor Vértiz, Eje Central, Insurgentes, Circunvalación, Calzada Zaragoza, Eje 1 Norte, Circuito Interior, Periférico y Paseo de la Reforma, las avenidas más importantes del Distrito Federal fueron bloqueadas por los grupos de trabajadores. Por lo menos, tres horas se paralizó el tránsito en la ciudad.
Alrededor de las doce del día comenzaron a llegar los contingentes de miles de personas al recinto legislativo. Como olas gigantes, los trabajadores del IMSS, organizados en grupos, iban y venían de un lugar a otro en sus tareas organizativas: mítines, cierres momentáneos de calles aledañas, volanteos e invitaciones a la sociedad a unirse.
Campesinos del Barzón, de San Salvador Atenco, de la Central Campesina Cardenista y la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, hacían lo propio con su característica organización combativa. Machetes, simbólicos cañones, animales de campo, fueron elementos acompañantes de los labriegos, miles de ellos cansados de perder sus tierras y del nulo apoyo gubernamental.
El Centro Histórico prácticamente quedó paralizado en sus actividades comerciales, mientras que varias líneas del Metro (Subte) fueron suspendidas, por ejemplo, la línea 2, así como el tren ligero y los trolebuses, toda vez que los tranviarios se unieron a la jornada.
En el Aeropuerto de la ciudad de México se realizaron mítines y acciones relámpago de información. Encabezados por los sobrecargos de aviación, unas quinientas personas llamaban a la unión de la clase trabajadora.
En síntesis, el Paro Nacional tomó cuerpo. Las calles del D.F. y las plazas centrales más importantes del país, según reportes de la Comisión coordinadora seccional del IMSS, estaban repletas de trabajadores. Monterrey, Querétaro, Morelos, Mérida… y hasta Los Cabos (en una de las esquinas del norte de nuestro país) eran escenario de amplias manifestaciones.
El secretario de la comisión del exterior del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social, Eduardo Pérez Saucedo, explicó en entrevista con este reportero que el paro fue un éxito, ya que «el 80 por ciento de los trabajadores del sector salieron a las calles a manifestarse luego de suspender sus actividades cotidianas». Lo que significa que las 37 de las secciones y el Módulo Central (donde se coordinan las actividades del IMSS) que componen el organismo sindical, realizaron el paro aunque algunas áreas permanecieron abiertas para enfrentar contingencias como emergencias, terapia intensiva, servicios prioritarios y farmacias.
«Nos han dado el reporte de todas las secciones del país y hubo una gran participación con mítines, cierre de carreteras y concentraciones masivas.»
Particularmente, los estados de Oaxaca y Michoacán fueron paralizados. Las secciones 22 y 18 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) se sumaron a la acción, al tiempo que organizaciones campesinas e indígenas coordinadas en la Promotora cerraron carreteras y las entradas más importantes de las capitales en aquellos estados.
Considerada como una manifestación inédita del sindicalismo independiente, el Paro Nacional «es la base para continuar la lucha contra el neoliberalismo, y deja al descubierto la inoperancia de un gobierno entregado a los intereses patronales. Vicente Fox está en el limbo con su proyecto de grandes empresarios», comentó Saucedo.
Por su parte y también en entrevista, Martín Esparza, secretario del exterior del SME, explicó que la jornada de acciones sindicales y populares marca un hito en la historia contemporánea de México.
«Nuestra lucha de resistencia se da en el marco de la construcción, discusión y formulación de un proyecto alternativo de nación que parta de rescatar y restituir la legalidad constitucional, es decir, partiendo de los principios que le dieron origen a este país en la Constitución de 1917.»
Indicó que las actuales movilizaciones son producto del descontento social por las políticas de libre mercado aplicadas desde hace dos décadas por los gobiernos en turno. «Uno de los grandes ausentes en las luchas recientes en nuestro país es la clase obrera, pero hoy estamos frente a un hecho histórico, en el cual vemos el despertar de sector obrero organizado. Ya nadie nos va a parar.»