Según un reportaje difundido en la emisión del domingo 31 de Julio por Noticias Uno de Colombia, en los últimos días las Fuerzas Armadas ecuatorianas se habrían sumado a las Fuerzas Armadas colombianas para combatir a las FARC, dentro de la ofensiva militar contra esa organización guerrillera. El reportero que desarrollaba la noticia aseguró que […]
Según un reportaje difundido en la emisión del domingo 31 de Julio por Noticias Uno de Colombia, en los últimos días las Fuerzas Armadas ecuatorianas se habrían sumado a las Fuerzas Armadas colombianas para combatir a las FARC, dentro de la ofensiva militar contra esa organización guerrillera.
El reportero que desarrollaba la noticia aseguró que «el ejército de Ecuador se unió a la operación que se adelanta contra los frentes 32, 13 y 48 de las FARC, que estarían escoltando al guerrillero Raúl Reyes y que tienen bloqueado el departamento del Putumayo».
Quien confirmó la versión en el video de Noticias Uno es el Comandante del Ejército Nacional de Colombia, Mayor General Reinaldo Castellanos Trujillo. «Hablamos con los señores comandantes de las fuerzas armadas ecuatorianas y pues hay unas actividades que ellos en sus áreas, en su país, llevan a cabo». Y luego agregó: «Estamos actuando en igual forma muy coordinadamente con las fuerzas armadas del Ecuador».
Según diversas fuentes, Castellanos es uno de los militares colombianos con mayor conocimiento de las fuerzas armadas ecuatorianas por haber realizado misiones en el país. Su biografía en la página web de las fuerzas armadas colombianas dice que «entre sus comisiones al exterior, se encuentran comisiones especiales, del servicio y colectivas a Estados Unidos, Panamá, Honduras, Perú, Brasil, Ecuador y Chile, y una comisión diplomática a Panamá».
El reportero de Noticias Uno complementó el testimonio del militar, afirmando que «el ejército ecuatoriano formó una barrera con patrullas del Grupo de Fuerzas Especiales 24 Rayo y la Brigada de Selva 19 Napo, para evitar el paso de guerrilleros de las FARC hacia ese país».
Fuentes militares confiables ecuatorianas que prefirieron mantener el anonimato, al ser consultadas por Tintají aseguraron que la afirmación del militar colombiano no es verdad y que las fuerzas armadas ecuatorianas mantienen su neutralidad ante el conflicto colombiano. Sin embargo, aceptaron que hay una mayor presencia militar en la frontera desde hace algunas semanas.
Analistas políticos y defensores de los derechos humanos cuestionaron al gobierno de Ecuador por asegurar que lleva adelante una política de neutralidad respecto de la guerra civil en Colombia mientras colabora con fuerzas del país vecino en la represión a guerrilleros.
Mientras el canciller de Ecuador, Antonio Parra Gil, reiteraba que su país es neutral ante el conflicto interno colombiano, activistas recordaron que en un operativo policial conjunto fueron capturados en Quito supuestos integrantes de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que eran atendidos de heridas de bala en un centro de salud.
Pero Parra Gil había sido criticado por otros sectores ecuatorianos de utilizar en este asunto la calificación de «neutral», en lugar de asumir la «no intervención». El temor en este caso es que ello se tome como un reconocimiento de fuerza beligerante -sujeto de derecho internacional- a la guerrilla izquierdista colombiana y no como mero grupo armado irregular como dice Bogotá.
Al ser consultado sobre el tema, el canciller ecuatoriano confirmó que la posición del gobierno que integra es de neutralidad, pues, según indicó, en Colombia hay un conflicto entre dos partes, y Ecuador no está con ninguna de las dos «por lo tanto es neutral».
Explicó que esa política se basa en que ha sido reconocido internacionalmente que en Colombia existe desde hace 40 años un conflicto armado e, incluso, las FARC han sido recibidas en distintos países como una parte de ese enfrentamiento.
Empero, esa postura quedó en cuestión hace semanas, cuando en un operativo coordinado de inteligencia de las policías de Ecuador y de Colombia fueron ubicados y capturados en Quito presuntos guerrilleros de las FARC que estaban internados en una clínica de Quito.
Tras esas capturas fue el propio presidente de Ecuador, Alfredo Palacio, quien le informó del asunto por teléfono a su par de Colombia, Álvaro Uribe, de visita entonces en España.
El ministro de Gobierno (interior), Mauricio Gándara, tras realizar diferentes cambios en la cúpula policial, inmediatamente después de asumir el cargo en abril, reconoció que la policía ecuatoriana había venido coordinando con su similar de Colombia en la persecución de guerrilleros de ese país y con la de otros países.
Sin embargo, eso se terminará, aseguró entonces el funcionario del gobierno que sucedió a Lucio Gutiérrez, derrocado por decisión parlamentaria ese mismo mes en medio de un conflicto social.
Tal cooperación había quedado en evidencia en enero de 2004, con la captura también en Quito del dirigente de las FARC, Ricardo Palmera, conocido por su nombre falso Simón Trinidad.
En esa oportunidad el entonces ministro de Defensa de Colombia, Jorge Alberto Uribe, declaró que la captura del guerrillero contó también con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, confirmando la participación de fuerzas de los tres países.
«Este es el resultado de una acción ejemplar de nuestras fuerzas del orden, policía y ejército en este caso, y con el apoyo vital del alto gobierno y de la policía de Ecuador, así como del gobierno norteamericano», señaló Alberto Uribe. Esa operación conjunta fue criticada por Gándara, precisamente por entender que de ese modo Quito se involucraba en el conflicto armado colombiano.
Pero las contradicciones no se quedan ahí. Tras la reunión con la canciller colombiana, Carolina Barco, del lunes 25 de julio en Quito, Parra Gil reafirmó el cuestionamiento a las fumigaciones de las plantaciones de coca ordenadas por Bogotá en la línea fronteriza común, que afectan zonas ecuatorianas.
«Aún cuando Colombia sostiene que toman todas las precauciones, que no fumigan sino cuando están seguros del tema viento y cuando reducen las posibilidades de que pase a territorio nacional, que de hecho ha pasado, según informes no sólo de las Fuerzas Armadas», afirmó Parra Gil.
«Una cantidad de organizaciones me han dicho que las fumigaciones aéreas son peligrosas para la salud humana», informó el canciller para luego agregar que la existencia del llamado «principio de precaución» obliga a que, si existen pruebas fehacientes y científicas de que algún químico afecta la salud, el Estado debe abstenerse de utilizarlo.
En cambio Barco, luego de la cita con Parra Gil, había confirmado a la prensa que Ecuador votaría por el colombiano Luis Moreno como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo cual se concretó el miércoles 27 de julio, ratificando así un acuerdo previo establecido para respaldar dicha candidatura.
Moreno, embajador de Bogotá en Washington desde hace más de siete años, es cuestionado por participar en la gestación del Plan Colombia, de lucha antidrogas y antiinsurgente con financiación de Estados Unidos.
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Ecuador hizo pública una carta en la que se indica que había informado al gobierno de Palacio sobre los antecedentes de Moreno, quien contó con el decisivo
apoyo de Washington.
Los diferentes gobiernos ecuatorianos han asumido como política de Estado la postura de las fuerzas armadas ecuatorianas que se han negado a participar en el combate a la guerrilla.
«Las fuerzas armadas tienen una política de no intervención en el conflicto colombiano y eso se ha venido cumpliendo más allá de los gobiernos de turno.
Resguardamos nuestro territorio, pero no seremos utilizados para regionalizar una guerra que corresponde solucionar a Colombia», aseguró a la agencia de noticias IPS en la frontera nororiental, un oficial del ejército ecuatoriano que prefirió mantener su anonimato.
La fuente explicó que no se ha dado ningún cambio en ese sentido entre este gobierno y el anterior, y que la diferencia «está en las declaraciones públicas de los voceros del actual gobierno que intentan mostrar una mayor oposición al involucramiento».
«Las fuerzas armadas han realizado diversos análisis geopolíticos y han sido claras en que no se involucrarán en el conflicto, lo quieran o no los políticos. Lastimosamente ellos fueron los que cedieron la base de Manta a los norteamericanos, lo que comprometió nuestra soberanía y la no intervención en la guerra colombiana», afirmó el oficial.
Pero, la versión del general Castellanos sobre la participación ecuatoriana en el combate a las FARC crea una mayor preocupación porque el denominado «blindaje fronterizo» podría llevar a las fuerzas armadas ecuatorianas a cumplir el papel de yunke dentro de la estrategia del Plan Colombia, lo que se habían negado en reiteradas oportunidades.