Amnistía Internacional, organización internacional de derechos humanos, se ha dirigido a los candidatos y candidatas a la presidencia de la República del Perú, exhortándoles a dar la máxima prioridad en su plan de gobierno a la protección y promoción de los derechos y libertades fundamentales. El escritor peruano Mario Vargas Llosa, en su novela «Conversación […]
Amnistía Internacional, organización internacional de derechos humanos, se ha dirigido a los candidatos y candidatas a la presidencia de la República del Perú, exhortándoles a dar la máxima prioridad en su plan de gobierno a la protección y promoción de los derechos y libertades fundamentales.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, en su novela «Conversación en la Catedral » (1969), se pregunta por boca de un personaje: ¿ «En qué momento se jodió Perú»?. La novela refleja la vida en Perú en la década de 1950 bajo la dictadura del general Odría, cuyo gobierno favoreció ampliamente los intereses de la oligarquía latifundista y de las compañías estadounidenses. A lo largo de las siguientes décadas la situación no solo no mejoró sino que fue agravándose.
Amnistía Internacional considera que el Perú está viviendo un momento de gran importancia tras veinte años (de 1980 a 2000) de severa crisis del Estado de Derecho, en los que se cometieron graves violaciones de derechos humanos, que afectaron especialmente a los más vulnerables. La violencia ejercida por grupos armados de oposición y por agentes del Estado durante esos veinte años se concentró en los sectores de la población más desprotegidos en el Perú: personas de comunidades indígenas o campesinas, en su mayoría quchua hablantes, con escasos recursos económicos y niveles de educación por debajo de la media del país. Este proceso de violencia puso de manifiesto tanto las brechas socioeconómicas, y la gravedad de las desigualdades de índole étnico-cultural, como la discriminación de género, que aún prevalecen en el país.
Según Amnistía Internacional, es necesario fortalecer y consolidar el Estado de Derecho, en el que es piedra angular la protección de los derechos humanos (y libertades fundamentales), sin discriminación.
Es de vital importancia que los candidatos y las candidatas a las elecciones presidenciales manifiesten su claro compromiso de proteger todos los derecho humanos, tanto los civiles y políticos, como los económicos, sociales y culturales. Los derechos fundamentales son indivisibles y no puede optarse por proteger sólo unos, son todos esenciales para la dignidad y el desarrollo humano. Asimismo, es esencial crear las condiciones sociales, económicas y políticas, y las garantías jurídicas para que toda persona pueda disfrutar en la práctica de estos derechos y libertades fundamentales, de acuerdo a las obligaciones internacionales del Estado peruano.
En este sentido, Amnistía Internacional exhorta a los candidatos y candidatas a que, de ser elegidos, se aseguren de promover todos los derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales sobre la materia.
Las siguientes medidas permitirán avanzar en la protección y promoción de estos derechos. Algunas de estas medidas requerirán directivas administrativas, otras la introducción de nueva legislación, muchas sólo requerirán la correcta implementación de lo que ya está previsto en la legislación peruana. Todas requieren en primer lugar voluntad política:
# Combatir y erradicar la discriminación
– Tomar las medidas necesarias para combatir y erradicar todo tipo de discriminación, incluida la discriminación racial y étnica, de género, condición socioeconómica, por preferencia sexual, por edad o por discapacidad.
# Promover los Derechos Económicos, Sociales y Culturales
– Tomar medidas inmediatas para respetar los derechos de todos sin discriminación, priorizando las necesidades de aquellos más vulnerables, en relación al derecho a la educación y la salud.
# Proteger la labor de los defensores de derechos humanos
– Respetar el derecho de toda persona individual o colectivamente, a promover y procurar la protección y de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional, rechazando pública y enérgicamente cualquier ataque o acto de intimidación contra estas personas.
# Garantizar el acceso a un sistema de justicia
independiente e imparcial
– Tomar las medidas necesarias para conseguir un sistema de justicia independiente e imparcial.
# Garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación
a las víctimas de violaciones de los derechos humanos
– Garantizar que los autores de las violaciones de los derechos humanos, sean investigados y llevados ante la justicia ordinaria.
– Avanzar en la puesta en práctica de medidas que garanticen la justa reparación a las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, así como a sus familiares.
– Rechazar cualquier intento de consolidar la impunidad y otorgar amnistías que pretenda cerrar los procesos por graves violaciones de los derechos humanos.
– Garantizar la debida protección de los operadores de justicia, testigos y familiares que colaboran en estos procesos judiciales.
– Asegurar que no quede ningún «preso inocente» en prisión. ( En Perú se llama «presos inocentes» a centenares de hombres y mujeres injustamente acusados de delitos de terrorismo que han padecido largos períodos de prisión. La gran mayoría pertenecen a los sectores de la población mas vulnerables y discriminados históricamente: indígenas, campesinos, obreros no cualificados o estudiantes de clase social baja, procedentes de zonas rurales. En Perú, con un 43% de población indígena, su representación política no llega al 1% ).
# Derecho a la integridad física
– Combatir y erradicar la práctica de la tortura y los malos tratos, mediante programas concretos de prevención y mediante la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables.
– Poner en práctica medidas para eliminar todo tipo de violencia en el ámbito privado y en el ámbito familiar, incluidas medidas para garantizar las investigaciones sobre estas denuncias para que los perpetradores sean llevados ante la justicia. También establecer programas de educación cívica y sistemas de apoyo y protección a las víctimas de la violencia.
# Obligaciones internacionales de derechos humanos
– Actuar proactivamente en el cumplimiento de las obligaciones que el Estado peruano ha asumido en virtud de la suscripción y ratificación de tratados regionales e internacionales en materia de derechos humanos.
– Atender las recomendaciones emanadas de las organizaciones intergubernamentales en materia de derechos humanos. Asimismo, respetar a plenitud las decisiones juridisccionales de organismos internacionales de derechos humanos.
– Impulsar decididamente la pronta suscripción y ratificación de los tratados en materia de derechos humanos en los que el Estado peruano aún no es parte, tales como el Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, y el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, igualmente retirar la declaración de no retroactividad de la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, ratificada por el Perú en el 2003; y así también promover y adherirse a otros tratados internacionales de derechos humanos que entren en vigor en el futuro.
Recientemente soplan nuevos aires en América Latina que han puesto en el poder a gobiernos mas comprometidos con el bienestar de todos los ciudadanos. Es de esperar que estos nuevos aires soplen con fuerza también en Perú, barriendo la impunidad de los violadores de derechos humanos y las enormes desigualdades económicas y sociales que arrastra el país desde hace décadas.
Amnistía Internacional confía en que el candidato que sea elegido a la Presidencia de la República de Perú en las próximas elecciones, dé prioridad a la promoción y protección de los derechos humanos, sin discriminación. Sólo garantizando el respeto de los derechos y libertades fundamentales se podrá lograr una verdadera consolidación del Estado de Derecho y la democracia en el Perú, transitando con seguridad hacia una genuina reconciliación que permita cerrar las heridas del pasado, asegurando un futuro en el que los horrores de las dos últimas décadas no puedan volver a repetirse y en que los derechos de todos los y las habitantes del Perú sean tratados con el mismo respeto