El objetivo de la fuerza sería defender los recursos naturales, evitar la intervención extranjera directa y la distensión entre los propios países del subcontinente. Se trata de un escudo disuasivo ante intentos intervencionistas«Las guerras del futuro serán por el acceso al agua». Esta frase es reiterada en forma contínua por todos los gurúes de consulta, […]
El objetivo de la fuerza sería defender los recursos naturales, evitar la intervención extranjera directa y la distensión entre los propios países del subcontinente. Se trata de un escudo disuasivo ante intentos intervencionistas
«Las guerras del futuro serán por el acceso al agua». Esta frase es reiterada en forma contínua por todos los gurúes de consulta, pero no por ello deja de aumentar su grado de probabilidad. Los recursos naturales y el agua dulce volvieron a ser motivos de guerras de invasión, aunque justificadas en cuestiones «humanitarias y democráticas» (…). En este contexto, surgió una información trascendente porque evidencia una toma de posición fundamental para la suerte de América del Sur. El Núcleo de Asuntos Estratégicos (NAE), que asesora al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, elabora una propuesta de creación de una fuerza militar única para Sudamérica, al estilo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según anunció el coordinador del organismo, coronel Oswaldo Oliva Neto.
«El proyecto debe quedar listo en 2007, cuando será presentado a los gobiernos de los países vecinos», señaló el militar, según la agencia noticiosa estatal Brasil. Y a continuación viene la toma de posición. Según Oliva Neto, «esa integración puede, tal vez, impedir una aventura militar o la presión de algún país sobre la región o sobre una nación sudamericana».
Los objetivos de esta OTAN sudamericana serían tres. En primer término, defender -en el sentido estricto del término- los bastos recursos naturales que dispone la zona. En segundo término, disuadir cualquier intento foráneo por intervenir en forma directa en el Cono Sur. Y en tercer término, distender las relaciones entre las propias naciones de nuestra región.
«El programa va a seguir el modelo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que fue creada en la época de la Guerra Fría por Estados Unidos y países del Occidente europeo», indicó el militar, quien además precisó que «se trata de integrar a los países vecinos en la defensa de sus riquezas naturales». A modo de ejemplo, el coordinador del NAE subrayó que el continente tiene «un volumen respetable de petróleo, la mayor reserva de agua del planeta y una rica biodiversidad».
Este proyecto fue divulgado en el seminario «Brasil-Unión Europea: Estrategias y Políticas de Largo Plazo», que terminó el martes pasado en Brasilia. Entre las 50 acciones a ser desarrolladas por el Gobierno brasileño hasta 2022, el plan de integración militar de América del Sur forma parte del tema «Sistema de Defensa Nacional», explicó Oliva Neto. Esta iniciativa es uno de los cincuenta temas que el NAE considera estratégicos para convertir a Brasil en una nación desarrollada en 15 años.
El militar señaló que cuando los problemas de falta de energía, agua y materias primas se agudicen, y «fuera de América del Sur comiencen a generar estrés internacional, (otros países) podrían voltear los ojos hacia nuestra región», a lo cual agregó que «hay una tendencia de riesgo de una tentativa de presión internacional sobre América del Sur por medio del área militar a mediano plazo».
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ya había propuesto una iniciativa similar en julio pasado, pero acotada a los cinco miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur) integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Aunque entonces el bolivariano había hablado de unas fuerzas armadas comunes, fusionadas, distintas a lo que la nación lusoparlante formula.
El coronel brasileño consideró que si este pacto militar se hiciese efectivo, los países de la región podrían reducir sus gastos en defensa pero a la vez serían más fuertes que cuando actúan aislados. Además, señaló que surgiría un mercado de venta de material bélico en la región.
Coincidencia o no, se conoce esta información en momentos en que Estados Unidos pretende reeditar la Doctrina de la Seguridad Nacional, cuyo principal objetivo es intimidar a aquellos países que Washington considera «díscolos». La OTAN sudamericana se convertiría así en una especie de escudo antiimperialista.
Se aguarda que en poco tiempo se tengan mayores detalles sobre la iniciativa. La posibilidad de advertir al mundo (a la Casa Blanca en realidad) que la región busca la resolución propia a sus propios problemas es una noticia auspiciosa. Habrá que aguardar cómo se desenvuelven los acontecimientos.