De puro manual. Incapaces de frenar la ofensiva talibán en el sur de Afganistán -la guerrilla se hizo ayer con el control de otro distrito en Kandahar-, los ocupantes occidentales responden con bombardeos indiscriminados, causando crecientes bajas entre la población civil. Toda estrategia guerrillera pasa por intensificar una ofensiva que lleve al ocupante a responder […]
De puro manual. Incapaces de frenar la ofensiva talibán en el sur de Afganistán -la guerrilla se hizo ayer con el control de otro distrito en Kandahar-, los ocupantes occidentales responden con bombardeos indiscriminados, causando crecientes bajas entre la población civil.
Toda estrategia guerrillera pasa por intensificar una ofensiva que lleve al ocupante a responder indiscriminadamente, lo que le enemista cada vez más con la población civil.
Si esa es la estrategia de los talibán, habrá que conceder que está resultando un éxito. Ayer mismo, el Gobierno de Kabul tuvo que reconocer que los talibán se hicieron con el control de un nuevo distrito en la provincia sureña de Kandahar.
Cerca de allí, diez civiles morían bajo un intenso bombardeo de la OTAN en el distrito de Chora, en la provincia de Uruzgan. El jefe del Consejo provincial, Mawlawi Hamdull, afirmó que alrededor de 60 civiles han muerto en los últimos días bajo las bombas aliadas.
El Ministerio de Interior del Gobierno títere de Kabul tuvo que salir al paso de estas informaciones y llegó a asegurar que los diez civiles cayeron bajo las balas de los talibán.
Igualmente, cifró en 60 los guerrilleros muertos -casualmente la misma cifra que la de civiles muertos según fuentes locales- y negó que ningún civil haya caido bajo la constante artillería aliada.
La agencia Acbar, que coordina desde el exterior a varias ONG afganas, denunció ayer que al menos 230 civiles han sido masacrados desde inicios de este año por las fuerzas ocupantes, la misma cifra que en todo el año pasado. El pasado domingo siete niños murieron en un bombardeo a una madrassa.
Mientras tanto, los talibán prosiguen con su ofensiva e informaron de que las fuerzas gubernamentales huyeron en desbandada del distrito de Myanishen, en la frontera entre Kandahar y Uruzgan. Los talibán controlan ya vastas regiones en el sur de Afganistán.