El primer ministro de Timor Oriental, Xanana Gusmao, ha afirmado que los ataques hoy contra el presidente del país, José Ramos Horta, y contra él forman parte de un intento de golpe de Estado. Gusmao salió ileso, pero Ramos Horta resultó herido y ha sido trasladado a (Darwin) Australia, para continuar allí su tratamiento médico […]
El primer ministro de Timor Oriental, Xanana Gusmao, ha afirmado que los ataques hoy contra el presidente del país, José Ramos Horta, y contra él forman parte de un intento de golpe de Estado.
Gusmao salió ileso, pero Ramos Horta resultó herido y ha sido trasladado a (Darwin) Australia, para continuar allí su tratamiento médico tras ser operado con éxito de dos heridas de bala en el estómago.
«El Estado ha sido atacado. Considero este incidente un intento golpista contra el Estado por parte de (Alfredo) Reinado, y ha fallado», declaró Gusmao a los periodistas en Dili. «El intento de asesinar hoy al primer ministro y al presidente ha fallado, y sólo el presidente resultó herido», añadió Gusmao, quien llegó a la jefatura del Gobierno el año pasado.
El ex comandante militar Reinado, prófugo de la justicia desde agosto de 2006, organizó sendos planes de asesinato contra Ramos Horta y Gusmao.
Reinado dirigió el comando que antes del amanecer disparó contra el presidente del país cuando hacía ejercicio en su domicilio, un suceso en el que resultaron muertos el propio comandante renegado y un guardia de la residencia.
Otra comando disparó contra Gusmao cuando se desplazaba en coche a su despacho en Dili, pero sin que nadie resultase herido.
Ayuda militar australiana
El primer ministro australiano, Kevin Rudd, anunció hoy el envío, a petición del Gobierno timorés, de más tropas (200 soldados y policías) a Timor Oriental para reforzar la seguridad. El contingente elevará a mil el número de militares australianos en el país vecino bajo la bandera de la Fuerza Internacional de Seguridad.
Rudd también anunció que antes de que finalice la semana viajará a Timor Oriental, «un gran amigo y socio de Australia». Crece el temor a que se desate otra ola de violencia en la antigua colonia portuguesa como la de mediados de 2006, que puso al país al borde la guerra civil y dejó 37 muertos y más de 100.000 desplazados.
En aquella ocasión, la violencia se desencadenó a raíz de la expulsión del Ejército de 599 soldados, entre ellos Reinado, que denunciaban corrupción y nepotismo en el cuerpo.
La crisis forzó la caída del Gobierno de Mari Alkatiri, del Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin), pero en 2007 se celebraron con la cooperación de la ONU elecciones presidenciales, que ganó Ramos Horta, y parlamentarias, que permitieron a Gusmao, aunque quedó segundo, formar un Gobierno de coalición.