Mi nombre no es mi nombre verdadero. Mi edad no importa. Me integré en RAWA a los 16 años cuando sus militantes me dieron clases de alfabetización en un campo de refugiados en Pakistán. La organización sigue siendo feminista y secreta, igual que bajo el régimen talibán. Somos 2.000 miembros y colaboradores que hacemos un […]
Mi nombre no es mi nombre verdadero. Mi edad no importa. Me integré en RAWA a los 16 años cuando sus militantes me dieron clases de alfabetización en un campo de refugiados en Pakistán. La organización sigue siendo feminista y secreta, igual que bajo el régimen talibán. Somos 2.000 miembros y colaboradores que hacemos un trabajo político y humanitario con las mujeres. He venido a Europa para desmentir las noticias poco acertadas que recibís sobre Afganistán. Os hacen pensar que «es un país libre y que las mujeres afganas están bien porque nuestros soldados están allí». En realidad, la situación es incluso peor que antes. El problema no es tanto los talibanes, aunque hayan hecho bastante daño, como los muyahidin, que han cometido muchos crímenes también contra nuestro pueblo y siguen en el poder. Son nuestros ministros, nuestro propio Gobierno, en el cual más del 95% son criminales. El presidente Karzai no hace nada y nadie los critica porque son los señores de la guerra de Estados Unidos, país que los creó y los sigue apoyando.
En cuanto a la situación de las mujeres, no ha cambiado mucho. Actualmente hay 68 diputadas, pero están con los fundamentalistas, son como ellos. No hablan de los problemas reales de las mujeres afganas. Para las mujeres rurales, la violencia sigue igual que en los tiempos talibanes : los suicidios, las quemaduras, las palizas. El problema no es el Burqa ni el velo. Este es un control impuesto por los fundamentalistas y un símbolo de opresión, sí, pero también lo utilizamos como una herramienta de la resistencia (yo lo uso para proteger mi identidad en Afganistán cuando hago trabajos para RAWA o acudo a una manifestación). Las tropas españolas y europeas podrían servir para algo en Afganistán si dejaran de matar civiles y seguir la agenda de EE UU. Si no desarman a todos los fundamentalistas y los sacan del poder, y ayudan a nuestro pueblo a llevar los criminales ante la justicia, no nos valen para absolutamente nada. Hay que hablar de la resistencia de nuestro pueblo porque siempre nos pintan de pobres e inútiles. RAWA cree que es el deber de nuestro pueblo luchar para la democracia, la libertad, los derechos de las mujeres y los demás. Estos no son valores que otro país pueda «donar». Claro que nuestro país está ocupado por los EE UU, y son muy poderosos, pero nosotros en Afganistán creemos que el poder del pueblo siempre resistirá y con esa lucha un día venceremos.
MEHMUDA HAKIM (27 AÑOS, MILITANTE DE RAWA – ASOCIACIÓN DE MUJERES)