Mientras observan de reojo a Corea del Norte y a la escalada de amenazas triangulares (EEUU y Corea del Sur), muchas miradas occidentales se dirigen a China, aliado estratégico de Pyongyang y que no oculta su nerviosismo por una crisis ajena por completo a sus intereses. China, principal aliado de Corea del Norte, apuesta por […]
Mientras observan de reojo a Corea del Norte y a la escalada de amenazas triangulares (EEUU y Corea del Sur), muchas miradas occidentales se dirigen a China, aliado estratégico de Pyongyang y que no oculta su nerviosismo por una crisis ajena por completo a sus intereses.
China, principal aliado de Corea del Norte, apuesta por la vía diplomática para evitar un conflicto que le colocaría en una delicada situación con EEUU y Corea del Sur. «No queremos ninguna guerra o caos en la península coreana», aseguró el viceministro de Exteriores chino, Zhang Yesui, antes de reunirse en Pekín con los embajadores de las dos Coreas y de EEUU.
Los llamamientos a la calma y a la contención a todas las partes se explican por el nerviosismo que genera en el Gobierno chino la reciente escalada. Un editorial publicado el martes por el diario progubernamental «Goblal Times» bajo el titular «Los juegos nucleares de Corea del Norte ponen en peligro a China», recomienda a Pekín mantenerse próximo a Pyongyang pero persuadirle de que abandone su programa nuclear.
Teniendo en cuenta el riesgo de que una escaramuza ocasional provoque una situación de guerra -riesgo del que ayer volvió a alertar Rusia-, los expertos señalan que la respuesta de China dependería de quién fuera el responsable. China «no se involucraría de lleno si Corea del Norte lo comenzase, pero tendría que analizar bien la situación si es Pyongyang la atacada», señala a la agencia Efe Jia Qingguo, profesor en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Pekín.
Un informe estadounidense publicado estos días asegura que el Ejército de Liberación Popular está en alerta máxima de riesgo bélico, con tropas y aviones de combate en la frontera con Corea del Norte, extremo que ha rehusado confirmar el portavoz del Ministerio de Exteriores chino.
Frente a quienes auguran -o desean- que esta crisis sirva para un alejamiento de China respecto a su aliado, expertos como el periodista James Corbett insisten en que las relaciones se mantendrán como hasta ahora. No en vano la presencia y maniobras militares de EEUU enervan tanto a Pyongyang como a Pekín, al que no interesa un colapso del régimen por los acuerdos comerciales que mantiene con Corea del Norte (acaban de anunciar una línea ferroviaria de alta velocidad entre ambos países) y por el alud de refugiados que recibiría la potencia asiática si estallase una guerra.
Así mismo, el editorial del «Global Times» enfatiza que China «hará lo posible para frenar cualquier ataque militar contra Corea del Norte, a fin de evitar involucrarse innecesariamente en una confrontación con socios comerciales importantes para Pekín como EEUU y la propia Corea del Sur»
Ira en Seúl tras el cierre de su acceso al complejo de Kaesong
Seúl amenazó con una acción militar como respuesta al cierre por parte de Pyongyang del acceso a los surcoreanos al complejo industrial intercoreano de Kaesong. El complejo, situado en el norte de la península, es el símbolo de la cooperación entre ambos estados.
El Ministerio de Defensa advirtió de que dispondría de un plan de urgencia, que incluye un posible recurso a la fuerza, para garantizar la seguridad de su millar de empleados.
Corea del Norte impidió ayer la entrada a 484 de ellos. Dejó salir a decenas de ellos pero cientos decidieron permanecer en el complejo. «Aquí todo va como siempre. No parece que el complejo vaya a ser cerrado», señaló desde el interior Kim Dong-Kyu.
Abierto en 2004, Kaesong es una «región administrativa especial» situada 10 kilómetros al interior de Corea del Norte. Nació en el marco del deshielo entre ambas Coreas y durante la vigencia de la «diplomacia del rayo de sol» en el Gobierno de Seúl.
Cuenta con 123 empresas surcoreanas, la gran mayoría de confección, electrónica y producción química. Trabajan 53.000 norcoreanos, con un sueldo medio de 144 dólares. Es una fuente importante de divisas extranjeras para Pyongyang, que reclamó en 2012 el pago de impuestos atrasados a ocho empresas surcoreanas que se benefician del complejo industral desde hace años.
El complejo de Kaesong ha seguido abierto desde su inauguración pese a las repetidas crisis regionales con la excepción de un solo día en 2009. Pyongyang protestó entonces contra las maniobras militares conjuntas de los ejércitos de EEUU y Corea del Sur, maniobras en curso este año.