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Afganistán se complica a diario

Fuentes: Juventud Rebelde

Afganistán ya está en los titulares de la prensa internacional casi a diario, porque se le complica la situación a las fuerzas intervencionistas, las de Estados Unidos que invadieron en 2001 a costa del fatídico 11 de septiembre, y las de la OTAN que bajo el nombre eufemístico de ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a […]

Afganistán ya está en los titulares de la prensa internacional casi a diario, porque se le complica la situación a las fuerzas intervencionistas, las de Estados Unidos que invadieron en 2001 a costa del fatídico 11 de septiembre, y las de la OTAN que bajo el nombre eufemístico de ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad), se fueron incorporando a la desventurada aventura bélica.

Parece que el derrocado talibán ha resucitado de sus cenizas y puede hablarse de mucho más que bolsones de poder a su favor en el extenso territorio del montañoso país. Los acontecimientos más recientes le están dejando un amargo sabor a las tropas extranjeras allí, como es el caso de Francia, que acaba de perder a diez de los 3 000 hombres desplegados en ese territorio centroasiático, supuestamente en una emboscada, mientras 21 resultaban heridos (11 de estos fueron repatriados de inmediato).

Y digo «supuestamente» porque, cuando el presidente galo Nicolás Sarkozy todavía estaba en Kabul arengando a sus soldados para que no cejen en el «combate contra el terrorismo», en las informaciones o comentarios de la prensa franca e internacional y en los medios políticos de ese país, fueron tomando cuerpo versiones que encienden la polémica sobre la presencia francesa allí, y si es tan «indispensable» como afirmó este miércoles, justificando a pesar de todo su decisión de abril pasado de incrementar el número de las tropas.

El lunes se dijo que un comando rebelde afgano había emboscado a una unidad de reconocimiento en tierra en un valle del distrito de Sarubi, unos 50 kilómetros al este de la capital afgana, y en el combate entablado -que duró horas- habían muerto nueve soldados; la décima baja fatal formaba parte de los efectivos enviados al rescate de los primeros, y su muerte ocurrió cuando el martes se volcó el vehículo blindado en que viajaba.

Pero las dudas y las preguntas abrieron este miércoles cuando el más importante diario parisino, Le Monde, citó a testigos del enfrentamiento que hablaron de esas dos palabras nada extrañas en ambas guerras de la administración de George W. Bush: «fuego amigo».

Ataques aéreos de la OTAN y disparos del ejército afgano «alcanzaron» a los franceses caídos, cuando se suponía que estaban ayudándoles a burlar la emboscada de la insurgencia. Y había otros criterios más graves aún de los soldados heridos en el enfrentamiento: el número tan alto de bajas, mortales o no, se debía a que la comandancia había tenido una reacción lenta, y a la no llegada de refuerzos hasta cuatro horas después de los primeros disparos. Le hablaron a Le Monde de serios problemas de coordinación.

Según un reportaje de la agencia DPA, «tanto el ejército francés como la OTAN y el Pentágono se han mostrado prudentes» ante estas informaciones, aunque en realidad ya están negando esas versiones testimoniales, en las que se afirma que las incursiones aéreas estadounidenses «erraron su blanco y alcanzaron a soldados franceses, al igual que disparos provenientes de soldados afganos».

Al estilo Poncio Pilatos, como acostumbran los misters de Washington, uno de los portavoces del Pentágono, Bryan Whitman, medio que se lavó las manos cuando dijo a la prensa: «No tenemos informaciones que den cuenta de víctimas causadas por el apoyo aéreo» de las fuerzas norteamericanas durante la emboscada. Pero, un responsable de la OTAN no le presentó precisamente una toalla para que secara las garras del águila imperial, cuando afirmó: «Estamos al corriente de esas informaciones en la prensa y debemos examinarlas»…

Pero a lo interno de Francia, las cosas no se están viendo tan a la ligera. Francois Hollande, líder de la oposición socialista fue categórico cuando afirmó que debía esclarecerse «lo que nuestras tropas van a hacer exactamente en Afganistán y cuánto tiempo lo harán», mientras que un diputado de la Unión por un Movimiento Popular, partido de derecha en el poder, apuntó que en el próximo mes se creará una «misión de evaluación» del Parlamento sobre la situación…

Y en Washington también había otra reacción, que si bien no estaba vinculada en forma directa a lo acontecido con sus aliados galos, sí supone una respuesta al renacer del talibán, solo que harían bien en preguntarse si será la adecuada y efectiva: el Pentágono enviará entre 12 000 y 15 000 fuerzas adicionales a Afganistán a más tardar a fines de este año, como avanzada de un reforzamiento en 2009. El dato era suministrado en exclusiva por la revista US News and World Report, y la decisión daría respuesta a un requerimiento del general estadounidense David McKiernan, comandante de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, quien ha solicitado tres brigadas de apoyo.

La transición de Bush al que le siga luego de las elecciones de noviembre, se muestra desde ya con tufos de guerra en la levantisca zona.