Cuando venza el plazo para los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM) en 2015, habrá una omisión grave: millones de personas seguirán sin agua potable, saneamiento y electricidad en sus hogares. Conscientes de esta falta, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) celebraron […]
Cuando venza el plazo para los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM) en 2015, habrá una omisión grave: millones de personas seguirán sin agua potable, saneamiento y electricidad en sus hogares.
Conscientes de esta falta, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) celebraron una reunión de alto nivel de dos días, concluida este miércoles 19, para abordar esos tres temas de cara a la próxima agenda mundial de desarrollo que reemplazará a los ODM.
Expertos en agua tienen serias dudas de que estos objetivos se alcancen para 2015 a menos de que haya una drástica aceleración de esfuerzos, particularmente en Asia meridional y África subsahariana.
Un informe de la ONU aseguraba en 2012 que la meta de reducir a la mitad la proporción de personas que viven sin agua potable se había alcanzado y se habían beneficiado más de 2.000 millones de seres humanos.
Sin embargo, actualmente hay 327 millones de subsaharianos más que en 1990 sin acceso a este crucial servicio, dijo a IPS el director de programas internacionales de la organización WaterAid, con sede en Londres, Girish Menon.
Al paso que se va, esa región de África solo podrá alcanzar la meta referida al agua en 2030, predijo.
Al hablar el martes 18 ante los delegados, el presidente de la Asamblea General, John Ashe, describió la magnitud del problema con datos concretos: 783 millones de personas viven sin agua potable, 2.500 millones no tienen saneamiento adecuado y 1.400 millones carecen de electricidad.
«Para agravar esta situación, en muchos países del planeta hay un severo estrés hídrico y escasez de agua», señaló.
Ashe dijo que alrededor de 80 por ciento de la población mundial vive en áreas con graves amenazas a la seguridad hídrica.
Un documento de referencia preparado por su oficina advierte que «lograr el acceso universal al agua potable, el saneamiento básico y los servicios modernos de energía es uno de los grandes retos multifacéticos del desarrollo que afronta el mundo hoy».
Menon estima que estas carencias deben ser contempladas en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda que reemplazará a los ODM el año próximo.
«Si los ODS han de tener éxito en erradicar la pobreza sobre una base sostenible, deben aprender de los fracasos de los ODM y revertir la negligencia en materia de saneamiento e higiene», afirmó.
Clarissa Brocklehurst, exjefa en asuntos de agua, saneamiento e higiene del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dijo a IPS que «si bien los ODM eran maravillosos para impulsar acciones… aún hay varios desafíos cuando se acerca el plazo» de 2015.
La meta referida al agua se alcanzó, pero todavía no hay un monitoreo general de la calidad del servicio, y las estimaciones sobre el número de personas que tienen agua potable se basan en cálculos de aproximación, como el tipo de tecnología que utilizan los hogares, señaló.
«No ha habido progresos suficientes en saneamiento, y estamos rezagados para alcanzar la meta de los ODM», dijo Brocklehurst.
La experta lamentó que la higiene no formara parte de los ODM, y por tanto no recibiera la atención que requería.
«Quizás lo más preocupante es que los progresos hechos tanto en agua como en saneamiento son muy desiguales», añadió.
Los habitantes de zonas urbanas tienen más probabilidades de contar con agua y saneamiento que quienes residen en áreas rurales, así como los ricos tienen más chances de contar con estos servicios que los pobres.
También hay evidencia de que, en algunos países, los grupos étnicos marginados tienen más probabilidad de depender de fuentes de agua no mejoradas y de verse obligados a defecar al aire libre, añadió.
En la jerga hídrica, una fuente mejorada es aquella cuya instalación protege apropiadamente el agua de la contaminación exterior, en especial de la materia fecal.
«Al ritmo actual, no lograremos la meta mundial de saneamiento por ocho por ciento, eso es 500 millones de personas», dijo Menon a IPS.
Solo 30 por ciento de los africanos subsaharianos cuentan con adecuado saneamiento, proporción que apenas ha crecido cuatro puntos porcentuales desde 1990. Este lento progreso está retrasando muchas otras metas, advirtió.
El agua, el saneamiento y la higiene son fundamentales para erradicar la pobreza, mejorar la salud, la nutrición, la educación y la igualdad de género, y todo esto permite el crecimiento económico, describió Menon.
«Dado el alcance del desafío, proponemos que se fije una meta mundial concentrada en asegurar el agua sostenible y el saneamiento para todos», añadió.
En tanto, Brocklehurst advirtió que los progresos constatados en varios ODM muestran un patrón similar.
Las nuevas metas post-2015 deberían diseñarse de tal forma que estimulen a los gobiernos a que consideren como máxima prioridad a los pobres, vulnerables y marginados.
El agua, el saneamiento y la higiene… deben ser parte de las futuras metas. Y esas metas deben ser capaces de crear el impulso hacia un acceso universal, observó.
Según Menon, la ayuda internacional para el agua y el saneamiento cayó alrededor de 1.000 millones de dólares entre 2009 y 2011, en parte debido a la crisis financiera mundial.
Aunque esta asistencia se recuperó en 2012, todavía está en la mitad del monto requerido para financiar completamente los ODM.
La información de los países en desarrollo en agua y saneamiento no es clara, pero al parecer ningún gobierno subsahariano ha cumplido siquiera su propio objetivo de destinar 0,5 por ciento de su producto interno bruto a esos sectores, indicó Menon.
El activista destacó que el secretario general adjunto de la ONU, Jan Eliasson, había asumido el liderazgo en estos temas, y destacó su «Llamado a la acción sobre saneamiento» y sus discursos en diversos foros internacionales.
Mientras, señaló, la Organización Mundial de la Salud y Unicef lideraron consultas internacionales para elaborar nuevas metas para después de 2015.
«WaterAid ha apoyado activamente estos esfuerzos y cree que el acceso universal para 2030 es una meta ambiciosa pero alcanzable», concluyó.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2014/02/agua-saneamiento-y-energia-cuentas-pendientes/