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Entrevista a Fidel Nieto, viejo luchador popular del FMLN durante la guerra en El Salvador

«Aquí no se puede servir a los pobres y a los ricos a la vez»

Fuentes: Argenpress

Nieto saluda con mucho compromiso la histórica victoria del FMLN sobre el derechista ARENA el pasado 15 de marzo. Pero ese entusiamo no le impide mostrar su preocupación por el rumbo que el presidente electo, Mauricio Funes, aliado del FMLN, podría imponer unilateralmente al futuro gobierno, pese a que esa victoria fue posible por el […]

Nieto saluda con mucho compromiso la histórica victoria del FMLN sobre el derechista ARENA el pasado 15 de marzo. Pero ese entusiamo no le impide mostrar su preocupación por el rumbo que el presidente electo, Mauricio Funes, aliado del FMLN, podría imponer unilateralmente al futuro gobierno, pese a que esa victoria fue posible por el respaldo del movimiento social salvadoreño. Con Fidel Nieto dialogó el periodista Dick Emanuelsson.

Dick Emanuelsson (DE): Primero que nada, muchas gracias Fidel, otra vez estamos acá para tomarte el pulso, saber un poco de en una situación quizás bastante diferente de las anteriores veces que nos hemos conversado para analizar la lucha contra el gobierno saliente de ARENA. Pero ahora tenemos un gobierno que va a ser presidido por Mauricio Funes, que fue candidato lanzado y apoyado por FMLN ¿Cuáles son los factores por la victoria electoral de FMLN esta vez, el 15 de marzo 2009?

Fidel Nieto (FN) – Es un gusto hablar contigo, y qué gusto que siempre que vienes a este país me visitas, es muy bueno. En cuanto a los factores de los resultados electorales, yo creo que hay como que tratar de destacar los más fundamentales, porque hay una serie de factores que han contribuido a que se dé esta situación. En primer lugar yo quería recordar, hoy hace 80 años, el mundo capitalista está viviendo igual que hace 80 años, una nueva crisis muy profunda y en El Salvador, aquella crisis de 1929 generó una serie de hechos que curiosamente llevaron, incluso, a una victoria electoral de la izquierda, por primera vez en este país. 80 años después El Salvador se encuentra frente a una crisis del capitalismo, y de igual manera se suceden, igual que en aquella época, victorias electorales. ¡Mira qué cosa! Quiero destacar ese hecho porque hay personas que de alguna manera están diciendo que la victoria electoral del 15 de marzo es la primera victoria de la izquierda. No es así. En 1930 también ganó la izquierda y en aquel momento, incluso algunos candidatos que iban para concejos municipales en aquel entonces, participaron con una bandera ciertamente comunista, ¡y se ganaron las elecciones! Y un gobierno de izquierda surgió, pero sólo duró pocos meses, porque la derecha, la oligarquía de aquella época no podía aceptar que se diera un fenómeno de esa naturaleza donde, incluso, comunistas fueran parte de los gobiernos municipales. Y se dio un golpe de Estado, y de esa manera en 1930 se inauguró la larga dictadura militar.

¿Qué es lo nuevo del 15 de marzo? que, al contrario de lo que sucedió en la década de los 70, donde la oposición ganó por lo menos dos veces, elecciones presidenciales, pero la derecha, la dictadura militar, impedía el acceso al gobierno, hoy, el 15 de marzo, a diferencia de la década de los 70, me refiero a 1972, y a 1977, hoy el partido de derecha, ARENA, reconoció inmediatamente la victoria de la izquierda. Eso es como lo nuevo. No es que sea el 15 de marzo la primera vez que gana la izquierda. No. En 1930, también ganó la izquierda y le fue entregado el gobierno, pero sólo por unos meses. Ahí mismo nació la dictadura militar. Pero igual la izquierda volvió a ganar en la década del 70, sólo que esta vez bajo la dictadura militar, la izquierda ganó las elecciones, pero no llegaba al gobierno. En cambio ahora, la izquierda gana, el partido de derecha reconoce esa victoria y todo parece indicar que el gobierno de Mauricio Funes arribará, o se inaugurará el 1º de junio.

A mí parece que esta victoria electoral pasa por la guerra, o sea, esta victoria electoral es también hija de la guerra, porque la guerra precisamente fue la que apartó aquella dictadura militar que, en diversas ocasiones, impidió, que pese a victorias electorales de la izquierda, la izquierda gobernara. Conviene entonces, para hacerle homenaje a los hechos históricos, y a la lucha del pueblo, reconocer que ese hecho de que ahora se gana, y la derecha reconoce la victoria de la izquierda, pasa por la guerra. Eso es importante. Sin aquella guerra que desalojó del poder a la dictadura militar, sin duda lo que pasó el 15 de marzo, hubiese sucedido de otra manera. Eso como una primera cosa histórica. Entonces, me parece a mí que, igual que en el 30 el factor de la crisis, es un factor también importante, para explicar lo que pasó el 15 de marzo. Por supuesto que no se trata aquí únicamente de la crisis del capitalismo que estamos enfrentando, sino la crisis del modelo neoliberal que después de 20 años en El Salvador y después de todos los impactos sobre amplios sectores de la sociedad, pues también la crisis del modelo neoliberal en El Salvador influyó en lo que ha sucedido, en esa victoria del 15 de marzo. De igual manera hay que reconocer que ya el partido ARENA, y esto como un tercer elemento, después de 20 años de estar en el gobierno había tenido un desgaste, un costo político muy grande. Muchísima gente simpatizante o no del FMLN que estuviese de acuerdo con el programa o no del gobierno del FMLN, estaba dispuesta ya a votar porque ARENA ya no siguiera gobernando. Entonces, aquí se mezclan un montón de factores: las simpatías hacia el Frente eran unas, por supuesto, las simpatías al candidato también, el malestar por las condiciones de vida de amplios sectores de la sociedad, y por supuesto, el desgaste de ARENA después de 20 años. Todo esto, teniendo como base la crisis mundial del capitalismo y el agotamiento del modelo neoliberal en El salvador. Creo yo que éste es como el cuadro, que puede dar idea de por qué sucedió lo oque sucedió el 15 de marzo.

Correlación de fuerzas limitada para la izquierda

DE – Mirando los resultados, 51.3% contra como 48.7%, la verdad es que no es mucha la diferencia, unos 60.000 votos.

FN – Claro, yo creo que si uno compara la cantidad de votos, el porcentaje, la diferencia entre un partido y otro es pequeña, pero sin embargo, la hazaña de haber derrotado a ARENA es muy relevante. Hay que recordar que hace 5 años ARENA ganó por más de 20 puntos al FMLN. O sea, el actual presidente, ganó por 22 ó 23 puntos, por encima del candidato del FMLN. O sea, el FMLN remontó aquellos 23 ó 22 puntos abajo, y todavía logró salir arriba. Entonces, el viraje no es poco. Si se ve desde esa perspectiva, la victoria tiene otra dimensión, si estás tú 22 puntos abajo y sales 3 arriba, has subido 25 puntos. O sea, si uno lo ve desee ahí, le puede ver otro significado a este hecho. No es poca cosa. Pero además, aunque hubiese sido… tú tienes razón en el sentido de las correlaciones y los márgenes que han resultado después del 15 de marzo. No son tan abultados los márgenes. Pero eso tiene que ver con otra cosa, aunque este resultado hubiese sido más grande, más fuerte, hay que decir que nosotros hemos tenido este año, el país ha tenido este año tres elecciones; la de alcaldes, la de diputados y las presidenciales. Y el resultado de las elecciones de alcaldes y diputados deja una correlación de fuerzas, bastante limitada para la izquierda, para la izquierda. Por ejemplo, en las elecciones para alcaldes, ARENA logró ganar la capital y como 120 municipios. El FMLN tiene menos municipios, aunque tiene muchos muy importantes

DE – Aumentó bastante. . .

FN – Aumentó 25 alcaldías más, o sea, el Frente está cerca de 100, pero ARENA tiene 120 y se llevó la capital. Entonces, la capital tiene un valor simbólico, pero además, políticamente es muy importante, como para hacer contrapeso, si esa fuera la decisión de la derecha, para hacer contrapeso al gobierno central. Lo que habrá que ver es si tiene la voluntad de enfrentar al gobierno central o no, eso es parte de otro punto de análisis. Pero igual, en la elección de diputados, la derecha sacó mayoría, el FMLN sacó más diputados que ARENA y más votos que ARENA, pero si uno suma los diputados que sacó la derecha en su conjunto, son más que los del FMLN. De esa forma, de esa manera, hay que decir que controlando la capital y enrolando la Asamblea Legislativa por el lado de la derecha, ya la situación de maniobra y las correlaciones se ponen difíciles para el ejecutivo, porque a partir de la Asamblea Legislativa se elige el órgano judicial, la Corte Suprema de Justicia, y se elige al procurador de Derechos Humanos, se elige al Tribunal Supremo Electoral, etc., o sea, la derecha tiene cómo cercar, por decirlo así, si ésta fuera su decisión, cercar al nuevo gobierno. Más allá de la cantidad de votos, eso quiero explicar. Aunque hubieran sido 300.000 ya la derecha se había asegurado ciertas correlaciones, en las otras dos alcaldías que ponían de alguna manera en dificultades la capacidad de maniobra para el FMLN y para el gobierno de Funes.

«FMLN ganó las elecciones pero no el gobierno»

DE – Mauricio Funes ha declarado que las dos tareas más priorizadas en su gobierno van a ser enfrentar la inseguridad y la crisis económica por lo menos para los más pobres y más vulnerados por la crisis. ¿Cuál es tú análisis sobre el programa de gobierno que tiene? ¿Va a tener éxito?

FN – Yo creo que, para ahondar un poco más sobre el tema del resultado electoral, conviene hacer algunas reflexiones iniciales que por supuesto son reflexiones que habrá que ir confrontando con los hechos, con la vida, pero a pocas semanas del resultado del 15 de marzo puedo adelantar algunas cosas para la discusión, sin ánimo de poner estas ideas como conclusiones definitivas y lapidarias no, sino como aporte del debate que hay que abrirlo, creo yo, porque el pueblo debe identificar qué tipo de gobierno, cuál es su naturaleza, para poder situarse frente al gobierno, ya sea para respaldarlo, para exigirle, qué sé yo, pero es importante. Entonces, en ese ánimo, quiero dar algunas pistas para la discusión. Primero, esta es la primera, el FMLN ganó las elecciones, pero pareciera que no ha ganado el gobierno.

Es cierto que el presidente electo, por cuestión de ley, tuvo que afiliarse al partido, pero él nunca fue del FMLN, nunca fue del FMLN. A todas luces hay ahí una diferencia que habrá que ver cómo se desenvuelve en los próximos meses. Por ejemplo, da la impresión ahora de que el FMLN tendrá una parte, pero no será el que defina el rumbo y la naturaleza del gobierno, sino el presidente y la fuerza política que lo acompaña, que es un grupo que surgió y se desarrolló en el marco de la campaña, y que ahora tiene mucha influencia sobre lo que puede hacer o no hacer, el candidato, ahora presidente electo. Entonces, esa es como una idea para aproximarnos a lo que puede ser la naturaleza del gobierno, el tipo de gobierno, es decir ¿será éste un gobierno del FMLN? Yo creo que no, es un gobierno del presidente, de Mauricio Funes. Por supuesto, el FMLN será el partido de gobierno, porque ganó las elecciones…

DE -… el soporte…

FN – … pero no me parece a mí que será el que decida las políticas, creo que no. La segunda cosa, ¿el gobierno de Mauricio Funes, será un gobierno de izquierda? Esa me parece a mí que es otra cuestión que hay que tratar de definir, pues él ha hablado de que es un gobierno de izquierda, sin embargo él a su gobierno lo califica de que es un gobierno de unidad nacional. Y entonces un gobierno de unidad nacional, no puede ser un gobierno de izquierda, deberá ser mucho más plural, pero además, si uno se da cuenta de que en este país, nunca ha habido una nación sino que el concepto de nación ha sido utilizado por grupos de poder que se han hecho, además, como propietarios del concepto de nación y ellos siempre han sido los que han pretendido ser los representantes de la nación, entonces cuando en este país se habla de un gobierno nacional, de unidad nacional, podría parecer aquello como un gobierno de los diversos sectores oligárquicos de los grupos de poder. Ese es un aspecto que también hay que reflexionar, a mi juicio, a pesar de que el presidente electo habla de que será un gobierno de izquierda, cuando se habla de un gobierno de unidad nacional ahí hay algunas dudas, por lo menos, a nivel teórico. Habrá que resolver qué es nación en este país ¿habrá nación en El Salvador, verdad? ¿Si es un gobierno de unidad nacional, podrá ser de izquierda?

No está en cuestión el modelo

Yo creo que eso está por verse, eso habrá que discutirlo. Hay otros compañeros, otros amigos, especialmente de base del FMLN que prácticamente consideraban que una victoria del 15 de marzo podía ser una victoria revolucionaria, una victoria de la revolución, pero parece que ni será éste un gobierno revolucionario, ni será un gobierno del FMLN, ni será un gobierno de izquierda. Yo me atrevería a poner estas reflexiones para que la vida, las confirme o las rechace. Pero en todo caso, creo yo, que conviene escudriñar un poco frente a qué fenómeno estamos. Ahora bien, aquí hay como un entendido, desde la izquierda hasta la derecha, de que nosotros hemos tenido un gobierno neoliberal, en el país, tanto los sectores empresariales, los sectores oligárquicos, como las organizaciones de izquierda y los movimientos sociales, definen el actual gobierno, como un gobierno neoliberal, eso a partir de qué, de que han aplicado desde hace 20 años políticas neoliberales, desde una perspectiva muy doctrinaria y además, muy salvaje y cruel. Como hemos dicho nosotros varias veces, aquí se han aplicado las políticas neoliberales sin anestesia, descargando todo el peso de esas medida contra las espaldas de las mayorías, entonces, aquí resulta un aspecto que vale la pena destacar. Los asesores del actual presidente electo, algunos dirigentes del partido FMLN, han insistido en que en este gobierno que va a tomar posesión el 1º de junio, no está en cuestión el modelo, que el modelo no se va a cambiar …

DE – Mejor dicho, lo bueno de este gobierno lo vamos a preservar, lo que no es bueno lo vamos a cambiar, ¿algo así?

FN – Pero han dicho que el modelo no se cambia, no se cambia. Van a haber cambios de algunas políticas, pero el modelo no está en discusión. Y lo han dicho claramente. Hay cantidades de entrevistas que confirman lo que yo estoy planteando acá.

DE – ¿La estructura de la sociedad salvadoreña va a quedar intacta?

FN – Dicho de otra manera, y aquí aparece también otro tema de reflexión. Si no se va a cambiar el modelo, entonces ¿el próximo gobierno también será neoliberal? Yo creo que conviene ir incluyendo en el debate estas reflexiones. No estoy afirmando que será neoliberal, pero durante la campaña y ahora después del resultado electoral, si tú revisas, cantidad de declaraciones que ha habido, el modelo sigue en pie. Pero mucho antes, mucho antes, ya el gobierno, candidato de aquella época, ya ha afirmado, en repetidas oportunidades, que aquí se mantiene la dolarización, que aquí se mantienen las privatizaciones, que hay que olvidarse de nacionalizar entes que fueron del Estado y que ahora están en manos privadas, que se mantiene la base militar estadounidense, en fin los aspectos centrales que fueron asumidos durante varios años como banderas de lucha por los movimientos sociales, o sea, la lucha contra los Tratados de Libre Comercio, las luchas porque salga la base militar estadounidense, la pelea contra el dólar, todas éstas que han sido banderas del movimiento popular, son apartadas del gobierno que viene, a partir de junio, lo dijeron claramente, eso no se toca, las privatizaciones se respetarán, la empresa privada no debe temer, en fin, los puntos centrales, que son a la vez parte del modelo neoliberal, están garantizados en el discurso, pero también en el programa escrito del gobierno que está por llegar el 1º de junio

¿Lula mentor para Funes?

DE – Se han tratado en la guerra psicológica, en la guerra propagandística contra la campaña electoral de Funes y del FMLN, diciendo que el verdadero amigo de Funes es Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, y han armado incluso unas organizaciones fachadas de ARENA publicando afiches muy grandes que son en parte contra la campaña de Funes y del FMLN. Y él (Funes) ha rechazado todo ese tipo de señalamientos. Se ha hablado mucho de que Lula tiene una gran influencia en Mauricio Funes. ¿Qué perspectiva tiene Usted sobre eso y qué significa ALBA, Petrocaribe y la integración centroamericana, cuyo mapa político hoy en día es bastante diferente que hace unos cuatro o cinco años para FMLN y los movimientos sociales?

FN – Yo he adelantado en las reflexiones que te hablé del tipo de gobierno, si va a ser neoliberal, o si no va a ser neoliberal, si es de izquierda o no, porque creo que hay que reflexionar en la esencia del fenómeno, del fenómeno en que estamos situados. Pero no tratamos para nada de restarle méritos a la victoria electoral del 15 de marzo. Nosotros hemos sido parte de esa victoria, desde el movimiento social hemos acompañado la lucha por sacar a ARENA del gobierno. Por eso aclaro, hemos trabajado en eso…

DE – … ¿Había un grandísimo acto de 300.000 personas en la clausura de la campaña electoral también?

FN – Es una muestra eso, había una movilización auspiciada por el FMLN, pero por supuesto, acompañada desde los movimientos sociales ¡claro que sí! Pero además de esas actividades hubo otras a lo largo de la campaña. A mí me parece que esta no es una victoria del FMLN pura, sino una victoria de las mayorías que hicieron, dentro de la campaña, fuera de la campaña, con coordinación con el Frente, sin coordinación con el Frente, miles de actividades a lo largo y ancho del país. Esta es una victoria de los comités de base de las iglesias, ésta es una victoria de las organizaciones que han venido luchando, oponiéndose a las represas, oponiéndose a la explotación minera. Ha sido también una victoria de las organizaciones de mujeres, en fin, aquí ha concurrido muchísima gente. Más allá de la campaña electoral había una campaña política de la población. De no haberse involucrado todo ese torrente de fuerzas y de sectores, sin duda, esa posibilidad de remontar, tal como te explicaba, de las elecciones de hace cinco años, 25 puntos de una vez, eso no hubiese sido posible. Entonces, no queremos restarle mérito a esa victoria. Es una victoria importante, muy importante. Y es una victoria de los sectores populares, porque incluso el pueblo pobre que vota por ARENA puede sacar ventaja si el gobierno que se inaugura en los próximos días, hace un gobierno al servicio de los pobres. Entonces, ellos mismos, aunque por razones ideológicas, por su atraso político, por temor, o por lo que sea, a pesar de que hayan votado por ARENA, ellos en definitiva pueden salir ganando, eso creo yo que es importante plantearlo.

Ahora bien, sobre lo que puede hacer ya el gobierno en concreto, porque eso está vinculado a lo que tú preguntas sobre si este gobierno tendrá forma de acercarse a Chávez o se va a mantener más cerca de Lula, o qué sé yo, es importante tomarlo en cuenta. Creo que para explicar lo que tú preguntas, conviene hacer algunas reflexiones. Es que en el marco de la crisis, la crisis económica mundial, EE.UU. ya no es el EE.UU. de hace cinco, diez años. Hace diez años, los presidentes de América Latina desfilaban en la Casa Blanca. La Meca era Washington, pero sucede que si revisamos un poco las noticias de este último año, los últimos dos meses, ha habido más presidentes de América Latina visitando La Habana, que presidentes de América Latina visitando Washington. Esto es importante, no es cualquier cosa. De igual manera, hace diez años, hace quince años, no había forma de comparar la presencia rusa por ejemplo, en América Latina o la presencia china, con la aplastante presencia europea y estadounidense en todos los aspectos de la vida de América Latina. Hoy eso ha cambiado, ha cambiado dramáticamente. EE.UU. ha perdido influencia en América del Sur, pero también ahora en Centroamérica, EE.UU. no tiene las condiciones económicas, ni siquiera militares, para actuar como centro del imperio a nivel global, a nivel planetario, estamos en un nuevo momento. Entonces, eso por supuesto, le impide a Washington imponer sus reglas al nuevo presidente. El presidente entonces tendrá un margen de maniobra importante. ¿No será porque está cuidando las remesas de los salvadoreños? ¡No! Si las remesas están cayendo ya, ¿no será porque quiere salvaguardar los intereses del trabajo y estabilidad de más de dos millones de salvadoreños que viven en los EE.UU. lo que le van a amarrar porque están sacando gente? Aquí cada año están viniendo 20.000, 30.000 personas deportadas. Y hay una persecución feroz, desde antes y después de la llegada del presidente Obama a la presidencia de los EE.UU.. Entonces, no es casualidad que inmediatamente después de la victoria electoral de Mauricio Funes vinieron altos emisarios a visitar, a hablar con Mauricio, pero además, hasta el presidente Obama hizo una llamada telefónica al presidente electo. Eso demuestra la preocupación de Washington de perder una plaza, una plaza que es de las pocas que le están quedando en América Latina, aparte de México, Colombia, un poco Perú, El Salvador, ya no tiene mucho. Salieron desesperados, corriendo, a tratar de mediatizar, digo yo, para tratar de evitar que este gobierno pueda distanciarse de EE.UU.. Es, creo yo, que es la preocupación principal. Pero, bien, incluso esos emisarios de la Casa Blanca hablaron con el presidente electo, diciéndole, no nos preocupa que se relacione con Venezuela, que se relacione con Brasil no nos preocupa, lo que nos preocuparía es el distanciamiento de EE.UU.. ¿Por qué están planteadas así las cosas? Porque el poder de Washington ya no es el mismo en Centroamérica y en América Latina. Yo creo que eso tiene que ver con los nuevos tiempos. Entonces, por supuesto que el presidente ya, cuando esté en el ejecutivo, va a tener que decidir si continúa el modelo neoliberal, si va a continuar dependiendo políticamente de Washington, si va a asumir una cercanía con Hugo Chávez, consciente, por supuesto, que si se acerca a Hugo Chávez y se incorpora al ALBA, está saliendo del control de Washington, porque así como no puede ser a nivel interno, presidente de todos los salvadoreños, él ha dicho algo importante, de que va a privilegiar todo su trabajo a los pobres, qué bien, ha hablado de tomar la opción preferencial del obispo Romero, el obispo mártir, eso es bueno, habrá que verlo, pero cuando aparece dándole todas las seguridades al empresariado, pareciera que eso todavía no está muy claro, o que aquí no se puede servirles a los pobres y a los ricos a la vez, eso no puede ser en un país con escasísimos recursos, eso es difícil. Y de igual manera, no se puede estar con Washington y a la vez estar con Hugo Chávez, habrá que optar por uno de los dos caminos, no puede estar a la vez con los ricos y con los pobre simultáneamente, ni con Washington y con Hugo Chávez…

La alternancia y la alternativa

DE – Va a ser difícil si quieren estimular el sector productivo del país y crear nuevas fuentes productivas, no depender justamente de una economía dolarizada y totalmente dependiente del imperio del Norte y al mismo tiempo no tener más o menos las relaciones comerciales que tiene hasta Honduras, hoy con Venezuela, que tiene mucho más Nicaragua que le ha favorecido muchísimo las relaciones con Venezuela, sobre todo la agricultura nicaragüense. Pero si no quiere tener esas relaciones entonces, ¿cuál va a ser la respuesta para aumentar el sector productivo?

FN – A mí me parece que en este aspecto que tú comentas, podemos como traer a la reflexión, el tema de la alternancia y de la alternativa. Es que sucede que la alternancia y la alternativa tienen que ver con el resultado del 15 de marzo. Los sectores poderosos, los sectores oligárquicos están empeñados en que el gobierno de Mauricio Funes, sea el gobierno que inaugure la alternancia en el país. Pero los sectores populares no están interesados en la alternancia

DE – … o sea, están en una advertencia contra el bipartidismo…

FN – ¡Claro! Los sectores populares, te digo, no están interesados en una alternancia, porque la alternancia significaría que no hay cambio, sino recambio, significa que los cambios que se den, van a servir para que todo sigua igual, para que el modelo y el sistema, sigan vigentes. Pero ya sabemos que ese modelo y ese sistema son excluyentes. Entonces, los excluidos no están interesados en la alternancia, están interesados en la alternativa. Por supuesto que el déficit de democracia capitalista, de siempre ha sido señalado para El Salvador es que no había alternancia. Pero la alternancia nos remite a otro tema, el tema del bipartidismo, y el bipartidismo significa que los partidos que se enfrentan en las elecciones, ya no tienen proyectos distintos sino que son partidos de la misma clase gobernante, de manera que ahí se borra la diferencia entre izquierda y derecha, y surgen otros conceptos, aparece el partido de gobierno y el partido de oposición.

DE – ¿El FMLN sería capaz de entrar en un proceso así?

FN – pues esa es la pretensión de los sectores del capital, hacer del FMLN un partido totalmente sistémico…

DE – ¿Más o menos como COPEI y Acción Democrática durante 40 años en Venezuela?

FN – Como lo que sucedió en Costa Rica, como lo que sucedió durante muchos años en Venezuela, como lo que sucede ahora en República Dominicana, donde hay una alternancia en el subdesarrollo, en el atraso, en la pobreza, pero funciona. Además este es el esquema en que por supuesto están trabajando los grandes capitalistas, eso explica el por qué están tendiendo puentes, están tratando de cooptar al nuevo gobierno, desde el mismo día de los resultados electorales, las felicitaciones vinieron de diversos sectores de la burguesía para el nuevo presidente electo. Y en todos los periódicos de estos días se hace ver ese esfuerzo, de cómo logran mantener las políticas del nuevo gobierno en el marco de los intereses del gran capital, por supuesto que al gran capital le interesa que haya reformas para modernizar el sistema político, hay que hacer una reforma electoral, hay combatir la corrupción, esto está exigiendo la cooperación internacional, lo está haciendo el Banco Mundial, en fin, hay muchas cosas que pueden hacerse dentro del sistema, pero para que el sistema funcione mejor, pero para que los capitalistas sigan haciendo muchísimo más dinero. Entonces, lo que tenemos de aquí en adelante es, por supuesto, un enfrentamiento entre los que están a favor de la alternancia y el pueblo y los movimientos populares que han venido luchando no por una alternancia, sino por una alternativa. De manera tal, que ese gobierno tiene la oportunidad del que inaugura un proceso de alternancia burguesa, capitalista, neoliberal, o el que opta por un camino distinto y de esa forma tendrá que ir necesariamente al encuentro de esos otros caminos que están buscando otros pueblos en América Latina, especialmente en América del Sur. No hay otra forma de hacer las cosas, en el mundo de hoy, en América Latina

Los movimientos sociales no van a quedarse con brazos cruzados

DE – Los movimientos sociales que han jugado un papel, no solamente en esta campaña electoral como tú mencionaste, sino durante muchos años, ¿va a quedarse con los brazos cruzados esperando así no más que pueda llegar un bipartidismo para frenar los cambios estructurales que han exigido durante tantos años?

FN – La pregunta es muy importante, y me permite plantear una cuestión. Mira, el día 15 de marzo hubo una celebración masiva de parte del FMLN, de sus militantes, de sus activistas. El pueblo, sin embargo, no celebró. Había alegría, por supuesto, pero no hubo ninguna actividad que no fuera la que convocó el FMLN. Cuando yo hablo de que el pueblo no celebró, el pueblo como tal, el más de millón 300.000 votantes que votaron a favor del cambio, que estos no celebraron, traigo a la memoria cuando se firmaron los acuerdos de paz, fueron miles, cientos de miles de personas que mostraban concentrándose en la plaza principal de este país, en la Plaza Cívica, para celebrar la victoria de la paz por encima de la guerra, en medio de centenares de guerrilleros que incluso con sus uniformes, estaban en la Plaza Cívica. Esa es una celebración popular, hoy no hubo, hubo celebración de la militancia, y esto me parece a mí que demuestra una gran madurez política del pueblo, eso significa que el pueblo está en una situación de esperanza expectante, la gente está esperando, quiere ver cómo se van a ir definiendo las cosas en los próximos meses. Pero sin duda los movimientos sociales están en su interior discutiendo, reflexionando, algunos ya están fijando posiciones. Y la posición más o menos, es la siguiente: estamos con el gobierno de Funes, vamos a apoyarlo, vamos a defenderlo, pero queremos cambios, queremos soluciones a nuestras demandas, queremos soluciones a nuestras reivindicaciones. Y todo esto, hay que decirlo, en un momento en que estamos entrando ya a los momentos más difíciles como resultado de los impactos de la crisis mundial. La economía está mostrando serios quebrantamientos, serios quebrantos en el modelo de economía que descansa sobre la emigración y las remesas está quebrado, están disminuyendo las exportaciones, están disminuyendo las importaciones, la recolección de los impuestos por parte del gobierno ha disminuido, el gobierno ya no puede continuar sosteniendo los subsidios y todo el escenario económico está para que la situación de las mayorías empeore, entonces, si hay un empeoramiento de las condiciones de vida de las mayorías, por supuesto habrá sin duda elevamiento de la cantidad y calidad de la movilización y de la organización popular. Yo estoy convencido que este gobierno que viene, va a ser un gobierno lleno, cargado de turbulencias. A mí me parece, y por esto el movimiento popular, el movimiento que se incorporó a la lucha electoral, a la campaña electoral, esperando que derrotando a ARENA se creaba un nuevo escenario, se rompía esa inercia que traíamos ya hace 20 años, Y no nos equivocamos, hay un momento nuevo, la dinámica política se ha acelerado. Dicho de otra manera, la lucha de clases se está intensificando. Es un momento difícil para el capitalismo mundial, difícil par la economía del país y difícil por supuesto para los pueblos. Pero también pletórico de esperanzas, de nuevos caminos, de nuevas búsquedas. Entonces, creo yo que el escenario que ahora tenemos va a, como citando a Lenin, estamos dejando los tiempos de a pié y la sociedad se encarama a la locomotora. Los tiempos, las dinámicas sociales, políticas, económicas, se están acelerando, eso es importantísimo, creo yo que eso generará nuevos ambientes, nuevos caminos, y por supuesto nuevas búsquedas y mucha confrontación. La lucha de clases habrá, ahora, salido de la oscuridad y aparecerá a la luz del día a todo color, a todo color, y por supuesto a color de pueblo.