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Foro Social Mundial en Nairobi (Kenia)

Aún alejado de la opinión pública

Fuentes: IPS

El «punto fuerte» del Foro Social Mundial es la defensa de los derechos humanos, la democracia y la diversidad, mientras que su «principal deficiencia» es la dificultad para ser comprendido por la opinión pública, según participantes en la última edición de Caracas y Bamako. El encuentro de la sociedad civil planetaria, que se realiza al […]

El «punto fuerte» del Foro Social Mundial es la defensa de los derechos humanos, la democracia y la diversidad, mientras que su «principal deficiencia» es la dificultad para ser comprendido por la opinión pública, según participantes en la última edición de Caracas y Bamako.

El encuentro de la sociedad civil planetaria, que se realiza al inicio de cada año desde 2001, sufre también la «falta de atención» de los medios de comunicación y de los líderes políticos, según la opinión de cerca de un tercio de los 4.800 entrevistados del «Rayo X de la participación en el Foro Policéntrico 2006», elaborado por el Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (Ibase).

Otras deficiencias apuntadas por poco más de un quinto son la «división entre los organizadores» y el «mensaje político confuso», indicando cierta insatisfacción por cuestiones exclusivamente internas.

Pero ofrecer «un espacio para debate democrático de ideas» es uno de los aspectos más positivos del FSM. La defensa de los derechos humanos fue apuntada por poco más de la mitad de los entrevistados por Ibase, seguida del «intercambio de experiencias» y de la presentación de «alternativas a la globalización neoliberal».

Esa imagen que tienen del FSM sus propios participantes forma parte de la publicación que Ibase llevará para divulgación en la séptima edición del encuentro en Nairobi, capital de Kenia, del 20 al 25 de enero.

El FSM del año pasado se realizó por primera vez en tres sedes distanciadas, el de las capitales de Venezuela y de Malí en enero, y en marzo en la ciudad paquistaní de Karachi, por lo cual se denominó «policéntrico». Ese hecho permitió al estudio comparar características y opiniones de los presentes en Caracas y Bamako. En Karachi no se pudo hacer la encuesta.

Hay diferencias notables. En Caracas, donde los latinoamericanos eran la casi totalidad de los participantes, 64 por ciento de los 2.400 entrevistados dijeron tener posición política «de izquierda» y sólo 1,2 por ciento «de derecha», mientras que en ese orden se autodefinieron 30,4 y 8,7 por ciento en el caso de los africanos predominantes en Bamako.

Respecto del trabajo infantil, por ejemplo, 33,1 por ciento de los entrevistados en Bamako rechazaron totalmente su prohibición, contra sólo 10,1 por ciento en Caracas. La legalización del aborto encontró 44,4 por ciento de oposición entre los africanos contra 19,4 por ciento de los latinoamericanos, reflejando mayor religiosidad en la capital de Malí.

Reflejan «diferencias culturales, otros conceptos, pero las mismas preocupaciones», evaluó Cándido Grzybowski, director de Ibase. Mientras en América Latina no hay dudas sobre la necesidad de erradicar el trabajo infantil, entre los africanos, de cultura más rural, las opiniones se dividen.

Pero a veces hay distorsiones en la encuesta, porque una misma pregunta se entiende de modo distinto en los dos continentes, hay «distintas percepciones», justificó.

La realización del encuentro, ahora reunificado, en Nairobi permitirá «rescatar una África excluida del debate», superar la idea de «continente perdido», ignorado por los medios internacionales de comunicación, sostuvo Grzybowski, miembro del Consejo Internacional del FSM. Africana «tiene vitalidad, mucha energía y diversidad» para aportar los suyo, acotó.

En las seis ediciones anteriores, cuatro de ellas en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre, se sumaron más de 560.000 participantes. Las distancias y elevados costos de transporte hacen que la abrumadora mayoría de los presentes sean del continente en el que se realiza el encuentro, en un desafío a la mundialización del Foro, reconoció Grzybowski.

Hacer anualmente el gran encuentro de movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y variadas agrupaciones de la sociedad civil exige también gastos de difícil financiación.

La organización del VII FSM demandará unos cinco millones de euros (6,5 millones de dólares), pero el total debe ser 10 veces más, estimó el dirigente, al sumar los gastos pagados por los propios participantes y aportes no manejados directamente por los organizadores.

Por eso se piensa no hacer el Foro Social Mundial anualmente como desde 2001 hasta ahora, sustituyéndolo por encuentros regionales o manifestaciones en muchas ciudades durante el Foro Económico Mundial, que tiene lugar cada enero en el poblado suizo de Davos, Suiza. Precisamente, el FSM surgió en contraposición a ese encuentro empresarial, financiero y gobiernos.

Esa y otras cuestiones sobre actuación futura y planificación de acciones estarán en discusión durante el quinto día del encuentro de Nairobi.

Otro desafío del Foro es promover una mayor convergencia y sistematización de las ideas, la articulación de las numerosas organizaciones y redes de la sociedad civil que proliferaron en las últimas décadas. La fragmentación hizo que en el FSM de 2005 hubiera más de 5.00 actividades, un exceso reconocido por todos.

El problema es que método usar para buscar consensos. «La divergencia no es problema», la diversidad de ideas es creativa, pero «no tanta que justifique miles de actividades» en cada Foro, «quizás el ideal sea reducirlas a unas 500», opinó el director de Ibase.