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Durante las últimas dos décadas en Bolivia se han producido profundas transformaciones que han significado la irrupción y el trastocamiento de las representaciones y los modos de concebir, percibir, sentir y pensar de los sectores sociales y clases subalternas constitutivas de la sociedad boliviana.
Hasta el año 2006, año en el que un indio ganó las elecciones presidenciales en Bolivia, la fisonomía de la política boliviana se caracterizó por estar manejada casi en su totalidad por sectores sociales acomodados, representantes de la clase alta y élites de rasgos étnicos y mentales «blancos».
El incremento sustancial de ingresos que tuvo Bolivia en los años en que gobernó Evo Morales se debió a la nacionalización de los hidrocarburos y a la recuperación de las empresas bolivianas más importantes, junto al clima favorable que brindó el mercado internacional de commodities. Situación que no es necesariamente vinculante a la implementación de una mejor y más justa distribución del ingreso económico, sino que ésta se debió a la decisión y voluntad política del gobierno de entonces y a la fidelidad del mismo con sus postulados de justicia social.
El Proceso de Cambio, en el que Bolivia se encaminó hace más de 14 años atrás, se trazó como objetivo principal el transformar la «colonia en Patria» bajo la conducción del MAS IPSP y del inobjetable liderazgo de Evo Morales y ahora, también, de Luis Arce. Esa tarea tuvo errores y aciertos, pero fueron estos últimos, indudablemente, los que determinaron los avances sociales, económicos y políticos que marcaron el paso del MAS por el gobierno.
Las orientaciones y alcances de la democracia en América Latina, en los últimos cuarenta años, han estado en disputa entre las estrategias conservadoras vinculadas a la dominación externa y las populares que buscan la emancipación y la liberación de los pueblos y, en el caso boliviano, se advierte además la influencia de los países mas fuertes económica y políticamente de la región que establecen tendencias generales e influyen en los ciclos históricos.
Silvia Lazarte: un sendero hecho a pié con huellas de abarca y con el esfuerzo de quienes enfrentan la dureza del trabajo de la tierra desde la niñez.