Categoría: Conocimiento Libre

«Que haya un fin, una privacidad, un oscuro agujero para mí; quiero ser olvidado incluso por Dios.» (Robert Browning: Paracelsus, 1835.)

Según la empresa alemana de estadísticas en línea STATISTA, a enero del 2022, somos 4950 millones de personas -algo así como el 63 por ciento de la población mundial- los que habitamos internet.

Elon Musk exhibe la convergencia entre la geopolítica neoliberal y las corporaciones oligopólicas.

Hace 40 años, en el verano del año 1982, dos estudiantes de los institutos Egara (Terrassa) y Pau Vila (Sabadell), Maite y Jordi eran sus nombres, descubrieron el fósil VM-0, que, conocido como ‘hombre de Orce’, iba a revolucionar la historia de la paleoantropología. El artífice de todo eso, de la renovación de la paleoantropología y de una forma diferente de hacer ciencia, fue el doctor José Gibert Clols, quien llevaba trabajando sobre el terreno de Orce desde el año 1976.

Antes de intentar dar respuesta a la pregunta formulada sobre cuál podría ser una posible agenda de digitalización para garantizar el Derecho Humano a la educación y entrar en la materia específica de la relación entre tecnologías digitales y educación es preciso trazar las coordenadas de la estructura que subsume a dicha relación.

El uso de la tecnología para callar opiniones contrarias al pensamiento occidental, no es nuevo. Ahora ni siquiera perdona a figuras de fama mundial cuyas actividades no están relacionadas con la política.

¿Es la tecnología destructora de la vida, preservadora de la vida o sólo un mero instrumento neutral?