Aunque aún no lo sabemos con certeza, es posible que el capitalismo esté mutando una vez más: pasando de un capitalismo neoliberal, caracterizado por la desregulación y el deterioro de las condiciones laborales, pero que sigue dentro del marco del Estado de derecho, a un capitalismo libertariano que asesta un golpe fatal a toda regulación monetaria, presupuestaria y social, y que pone en tela de juicio el Estado de derecho.