
La composición del voto que ha recibido Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos es una buena muestra de que el mundo de nuestros días ha perdido la cabeza o, como decía Eduardo Galeano, de que está patas arriba.
La composición del voto que ha recibido Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos es una buena muestra de que el mundo de nuestros días ha perdido la cabeza o, como decía Eduardo Galeano, de que está patas arriba.
Guillermo Bueso, accionista del banco EBN, elude impuestos usando España e invierte en inmobiliaria de lujo en la capital; compró a derribo la deuda asociada al proyecto por el que mataron a la activista en 2016
Los estadounidenses pagarán precios más altos y/o tendrán que cambiar de hábitos por culpa de ese arancel del 25%, pero además este tipo de medidas son una calle de doble sentido
Decir que romper con el statu quo otorga un notable sex appeal y una cierta aura de anti-sistema, aunque se siga apoyando a los mismos
Estados Unidos al parecer ha logrado uno de sus más fervientes anhelos: eliminar como competidor económico mundial a su aliada Alemania y por ende a la Unión Europea.
Estas elecciones estadounidenses marcan lo que los alemanes llaman un Zeitenwende («punto de inflexión»). Los votantes están señalando claramente que quieren un cambio, que prefieren un segundo gobierno de Donald Trump a otro gobierno provisional que presida un régimen que rechazan.
China no solo produce. Construye rutas, moderniza puertos y aprovecha países para mantener su dominio global
Los dirigentes de las grandes potencias, con Estados Unidos a la cabeza, no paran de decir que su tarea es combatir las fuerzas del mal en todo el mundo. Aseguran que sus enemigos son quienes vulneran las leyes, que su propósito es perseguir a los criminales y terroristas que ponen en peligro la vida de miles de seres humanos inocentes y, por supuesto, doblegar a los enemigos de la libertad y la democracia.
Para amplios segmentos del mundo político y de la sociedad civil en África, los BRICS+ constituyen una saludable alternativa a la dominación occidental, al proponer nuevas alianzas más equitativas, más respetuosas con las soberanías nacionales y más centradas en las prioridades de desarrollo nacional.