El martes 21 de julio el ultraderechista Jair Bolsonaro hizo el tercer test para saber si seguía infectado por el covid-19. El miércoles 22 vino el resultado: positivo. El jueves 23 Bolsonaro apareció en moto, paseando por los jardines del Palacio da Alvorada, la residencia presidencial. No usaba mascarilla. Paró para conversar con jardineros y personal de limpieza. Ninguno usaba mascarilla.
Categoría: Brasil
Después de un ciclo de casi dos décadas de gobiernos en su mayoría de centroizquierda, cuyas agendas progresistas preconizaban, entre los temas más variados, la integración regional, América Latina hoy se depara con diferentes estructuras políticas e ideológicas en sus administraciones nacionales, rompiendo, en cierta medida, la linealidad que hasta ahora se verificaba, sobre todo, después del corto ciclo hegemónico de los gobiernos de centroderecha.
Sin comprender estas filtraciones que difundió el periodista brasileño Pepe Escobar, es imposible poner en contexto eventos que van desde el sofisticado ataque de Washington contra Brasil, inicialmente a través del espionaje de la NSA en el primer mandato de la presidenta Dilma Roussef (2010-2014), hasta la investigación de corrupción Lava Jato que encarceló a Luis Inácio Lula da Silva y allanó el camino para la elección del neofascista Jair Bolsonaro como presidente.
La existencia de “fichas” de 597 funcionarios públicos, tanto en actividad como jubilados, definidos como “antifascistas”, confirmaría la persecución política e ideológica de los adversarios.
Repudio de referentes de DD.HH y de la oposición brasileña al esquema de inteligencia paralelo. El ex ministro de Educación de Lula, Tarso Genro, comparó a la política de fichar adversarios con la que llevaba adelante la Gestapo. Jair Krischke del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos cuestionó al Congreso por su inacción contra el macartismo del gobierno.
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Texto fue firmado, entre otros, por el arzobispo emérito de São Paulo, Claudio Hummes, el obispo emérito de Blumenau, Angélico Sandalo Bernardino, el obispo de São Gabriel da Cachoeira (Amazonas), Edson Taschetto Damian, el arzobispo de Belém (Pará), Alberto Taveira Correa, el obispo prelado emérito de Xingu (Pará), Erwin Krautler, por el obispo auxiliar de Belo Horizonte (Minas Gerais), Joaquim Giovani Mol, y por el arzobispo de Manaus (Amazonas) y ex-secretario-general de la CNBB Leonardi Ulrich.
La proscripción de Lula sigue siendo un tema tabú para el grupo Globo, de hecho, para la clase dominante.
El proyecto político de Bolsonaro es un autogolpe para la instalación de un régimen bonapartista.