Aunque utiliza el argumento de que vivimos en un país democrático, el Presidente Jair Bolsonaro no defiende la idea de la democracia plena, sino una visión muy particular de lo que entiende por democracia.
Categoría: Brasil
El neoliberalismo nació en una dictadura, la de Pinochet, implementada por economistas de la Escuela de Chicago. Pero luego se extendió a gobiernos elegidos, en América Latina y Europa. Sin embargo, con el tiempo, el neoliberalismo ha demostrado ser incompatible con la democracia. Brasil es un buen ejemplo.
Cuando la soberbia se impone, cuando la megalomanía y la altivez es el eje discursivo y de acción de una autoridad política, los resultados suelen ser desastrosos no sólo para el responsable de esa conducta, sino que para el conjunto de la sociedad.
Jair Bolsonaro, quien se ha contagiado de covid-19, continúa amenazando con violar la Constitución y se niega a cumplir disposiciones del Supremo Tribunal Federal. Muchos aventuran que podría estar pensando en dar cauces no democráticos a la crisis institucional que vive su gobierno. La democracia brasileña nació con concesiones excesivas al poder militar. Ese «pecado original» irresuelto puede explicar algo de lo que ocurre hoy en el país.
El presidente de Brasil se convirtió en un Calígula posmoderno. Vetó una ley del Congreso que fijaba la asistencia de emergencia a los pueblos originarios y las comunidades quilombolas. Las coincidencias de su política con los delirios del emperador romano ya componen una tragedia.
El trabajo a través de plataformas de aplicaciones viene incidiendo en las reflexiones sobre los cambios en el mundo del trabajo desde hace cierto tiempo. Sin embargo, en el contexto de la pandemia, las aplicaciones que gestionan las entregas han proliferado y además del crecimiento del sector, han revelado la precariedad de los trabajadores que no tienen asistencia ni protección social. El punto culminante fue el 1° de julio, cuando los repartidores decidieron parar y denunciar sus condiciones de trabajo.
Hay una fuerte dosis de ironía de la vida en la imagen del ultraderechista Jair Bolsonaroadmitiendo que está infectado por covid-19.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro anunció haber contraído el coronavirus que subestimó durante más de cuatro meses. “Positivo, positivo” respondió con el lenguaje de los militares y tono que mezclaba la impostación heroica con el melodrama, cuando los periodistas le preguntaron si estaba infectado. Muchos temen que sea una forma de desviar la atención de los graves problemas sociales, económicos, políticos y sanitarios del país.
La broma en Brasil es que, finalmente, Bolsonaro tiene algo positivo. Su examen en el hospital de las FFAA, en Brasil, dio positivo para el nuevo coronavirus.
Brasil ya ha superado las 60.000 muertes por Covid-19, según datos oficiales. En términos absolutos, es la mayor tragedia humanitaria de la historia nacional.