
«En una ocasión, hablando con Víctor Erice, me comentó que lo que más le gustaría en el mundo es haber sido un director de los que trabajaban en los estudios y que acababan una comedia un viernes y al lunes siguiente empezaban un western. Todavía me pregunto si, además de ser un gran director de cine, no es también un perverso bromista.» (Fernando Trueba: Diccionario de cine)