Categoría: Economía
CCOO y la CGIL crean una red que forma a sus afiliados para identificar discursos discriminatorios y concienciar de la importancia del voto obrero en las elecciones europeas
La concentración del mercado en pocas manos convierte a los consumidores en actores pasivos, víctimas de una dinámica que empuja a la acumulación de bienes innecesarios
La globalización es una forma de guerra de clases. Sin embargo, hoy en día la izquierda ha fracasado a la hora de ofrecer una estrategia coherente para desafiarla.
A medida que nos acercamos a las elecciones europeas del 8 y 9 de junio, la mayoría de los líderes europeos nos vuelven a serenar con la idea de una «Europa social». En Francia, Raphaël Glucksmann (cabeza de lista del PS), Valérie Hayer (Renacimiento) y Marine Le Pen (FN/RN) nos han prometido, con la mano en el corazón, que si salían elegidos, esta vieja promesa se haría por fin realidad.
La hegemonía del dólar estadounidense es hoy, en el mundo, una de las principales fuentes de inestabilidad económica y social.
A pesar de sus vínculos y relaciones con Estados no conformistas, los Emiratos Árabes Unidos siguen comprometidos con la globalización neoliberal liderada por Estados Unidos.
Desde 2016 los británicos han descubierto que romper con sus vecinos era más difícil de lo que creían y tenía efectos indeseados, desde para la paz en Irlanda del Norte hasta para los derechos laborales y el desabastecimiento del súper
“Necesitamos un cambio sistémico que pueda afrontar las enormes injusticias sociales y ambientales globales, con cambios de las formas de producir, consumir y habitar el planeta”, señala en esta entrevista el catedrático de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona