
Muchos y muchas comentaristas demonizan a China: dicen que es el principal acreedor de un gran número de países del Sur y los explota, mientras que el Banco Mundial, el FMI, el Club de París, que reúnen a las potencias acreedoras tradicionales, harían todo lo posible para ayudar a estos países que se hunden bajo el peso de una deuda demasiado pesada.