Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Cuando un funcionario chino llamó recientemente a las naciones de mundo a respetar los «intereses básicos» de China, probablemente no esperaba que llevaría a acusaciones de que la dirigencia china consideraba que su propia supervivencia era más importante que la integridad territorial de la nación.
«Para asegurar el desarrollo saludable y estable a largo plazo de las relaciones sino-estadounidenses, una condición de máxima importancia es que necesitamos apoyar, respetar y comprendernos mutuamente, y mantener nuestros intereses básicos [de China],» dijo el consejero de Estado Dai Bingguo en la conclusión de la primera vuelta del Diálogo Estratégico y Económico Sino-Estadounidense a fines de julio.
Luego enumeró los tres intereses básicos de China en orden de importancia: primero fue la supervivencia del «sistema fundamental» y de la seguridad nacional de China; segundo: la salvaguardia de la soberanía y la integridad territorial de China; y tercero: el continuo y estable crecimiento económico y desarrollo social.
Esta declaración tiene que haber tenido el respaldo del centro de poder de China en Zhongnanhai, la central en Beijing del Partido Comunista y del gobierno.
«Nada en la diplomacia es trivial,» es un principio importante esbozado por el difunto Zhou Enlai, quien sirvió como primer ministro de 1949 a 1976. La máxima sigue siendo estrictamente seguida por diplomáticos chinos, y como diplomático de carrera, Dai nunca hubiera violado ese principio, especialmente ya que es una persona de influencia en la jerarquía burocrática.
Un consejero de Estado es el equivalente de un vice-primer ministro; es un rango más elevado que el de un ministro de gabinete, incluido el ministro de exteriores. Como consejero de Estado que supervisa los asuntos exteriores, Dai, de 68 años, es también responsable de la formulación de políticas.
Dai es yerno del difunto Huang Zhen, quien fue viceministro de exteriores y ministro de cultura. Dai es un estrecho confidente en asuntos exteriores del presidente Hu Jintao. En la cumbre del Grupo de Ocho en julio en L’Aquila, Italia, cuando Hu tuvo que volver repentinamente a casa por la violencia en la región de Urumqi, el encargado de representarlo fue Dai.
En vista de su importancia en el interior, la declaración de Dai – que fue en gran parte pasada por alto por los medios occidentales – inmediatamente atrajo una amplia atención y crítica de nacionalistas. Mucha gente se molestó porque al parecer Dai estaba colocando los intereses básicos de la supervivencia del «sistema fundamental» – queriendo decir el actual sistema político y social – por sobre los temas territoriales y de soberanía.
«Esto explica el principio básico de nuestro ‘gran’ grupo de intereses,» escribió un bloguero en Sina.com.cn. «Para salvaguardar el sistema que sirve los propios intereses del grupo – se puede entregar territorio de nuestro país, se puede vender la soberanía… ¿Cómo se puede mencionar el ‘sistema fundamental’ en la misma categoría como la soberanía y la integridad territorial? Un sistema es digno de ser mantenido sólo si es aceptado por el pueblo,» dijo el bloguero.
Algunos incluso estigmatizaron a Dai como «traidor a la nación» por los comentarios, comparándolo con Li Hongzhang (1871-1895), un general y estadista de la última Dinastía Qing que firmó tratados a fines del Siglo XIX que compensaron así como cedieron tierras a poderes invasores como Gran Bretaña y Japón.
«En sus palabras [de Dai], [la] seguridad y protección del régimen es el ‘interés básico’ número uno, mientras que la integridad territorial es secundaria. Esto muestra su verdadero color como ‘traidor a la nación,’ dijo un artículo en Netseas.com. «Si Dai Bingguo realmente dijo eso, es peor que Li Hongzhang.»
Ha abundado el sarcasmo en la reacción en línea: «»Dai Bingguo es un hombre honesto y habla honestamente,» dijo un bloguero. «Es obvio que los intereses y la seguridad del grupo ‘básico’ deben ser colocados por sobre todo lo demás.»
«En otras palabras: lo que es más importante es que el PCC [Partido Comunista Chino] permanezca en el poder,» dijo otro.
Pero los blogueros parecen haber malentendido a Dai, quien estaba simplemente clarificando los «intereses básicos» de China en términos de asuntos exteriores, no internos. Aunque el PCC hará todos los esfuerzos necesarios para salvaguardar su régimen – eso concierne la política interna, no las relaciones internacionales. El gobierno tiene derecho a solicitar que otros países que reconocen su legitimidad respeten el sistema político de China.
Desde esta perspectiva, la declaración de Dai es sólo una interpretación más de los principios
«no-intervencionistas» y de «coexistencia pacífica» en los que Beijing ha insistido hace tiempo cuando conduce sus relaciones internacionales.
Puede que Dai haya sido malentendido por críticos chinos porque temas como Taiwán, Tíbet y Xinjiang habitualmente afectan los nervios nacionalistas en el ámbito local. Hasta el punto que los temas de soberanía e integridad territorial son considerados como los máximos «intereses básicos» de la nación.
Pero desde el punto de vista de Beijing, con la creciente fuerza económica y militar de China, le es más fácil al país luchar contra intervenciones abiertas «duras» de países extranjeros en la soberanía y la integridad territorial de China (como ser con Taiwán y Tíbet).
En comparación, Beijing está más preocupado por lo que considera como intervenciones clandestinas, «blandas» en temas como los derechos humanos y la democratización. Estas últimas, teme Beijing, podrían llevar a un cambio en el sistema de China. Esto ayuda a explicar por qué Dai puso el mantenimiento del «sistema fundamental» y la «seguridad nacional» como el primer interés básico.
Un debate más digno de atención sobre la declaración de Dai tiene que ver con el motivo por el cual fue publicado en este momento. Podría ser que Beijing ha rehuido el pronunciamiento de sus «intereses básicos» ya que consideraba que todavía tenía que aprender de los países avanzados en términos de desarrollo. China estaba dispuesta a representar el papel de un estudiante, escuchando clases dadas por países avanzados – particularmente EE.UU.
Pero los tiempos han cambiado. Matraqueado por la actual crisis financiera global, podría ser que EE.UU. tenga más que pedir y ganar de China que al revés.
Una China ascendente y más confiada quiere tener ahora un papel más proactivo en las relaciones internacionales – a veces prefiere sermonear, en lugar de que siempre la sermoneen.
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