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India

Coches de lujo y humildes tractores

Fuentes: CEPRID

Por lo menos 17.368 campesinos indios se suicidaron en 2009, la peor cifra de suicidios de agricultores en los últimos años, según datos de la Oficina Nacional de Registros del Delito (NCRB). En 2008 fueron 16.196. En la última década, son 216.500 los agricultores que se han suicidado. Hay cinco estados -a los que se […]


Por lo menos 17.368 campesinos indios se suicidaron en 2009, la peor cifra de suicidios de agricultores en los últimos años, según datos de la Oficina Nacional de Registros del Delito (NCRB). En 2008 fueron 16.196. En la última década, son 216.500 los agricultores que se han suicidado. Hay cinco estados -a los que se puede llamar el «cinturón suicida»- que destacan en cuanto a suicidios: Maharashtra, Karnataka, Andhra Pradesh, Madhya Pradesh y Chhattisgar. En ellos se ha producido el 62% del total de suicidios. Y de estos estados, es Maharashtra quien «aporta» la quinta parte del total de los suicidios de agricultores de India, con 44.276 en la última década. Estamos, por lo tanto, y como dice el economista k. Nagaraj, ante una crisis agraria sin precedentes.

Mientras esto sucede, en la región de Marathwada el State Bank of India, un banco público, ofreció préstamos a los empresarios de 40 millones de rupias para la compra de 150 autos de lujo Mercedes Benz. Este acuerdo con los empresarios se certificó a un tipo de interés del 7%. Pero no quedó ahí la cosa puesto que desde el banco se afirmó que se iban a ofrecer préstamos similares en el futuro. El valor del préstamo es igual al ingreso anual de decenas de miles de horages rurales en Marathwada. Y los agricultores deben luchar hasta la extenuación para conseguir un crédito. Costó casi una década de luchas y decenas de miles de suicidios el lograr que el banco estatal ofreciese a los agricultores un interés del 7%. Hasta 2005, los préstamos oscilaban entre el 9 y el 12%. Muchos campesinos y agricultores se veían obligados a pedir préstamos no agrícolas a un interés aún más alto. Un Mercedes se compra con un interés del 7%. Un tractor con un interés del 12%. Pero la cosa es peor para los agricultores con las «sagradas» instituciones de microfinanzas, donde el interés más pequeño no baja del 24%.

Los campesinos tienen que dirigirse a prestamistas y otras fuentes informales para conseguir créditos. Desde 1991, la deuda en las familias campesinas de duplicó, desde el 26% al 48’6%. Una locura. Se añadió a ello el coste de los productos, que subió espectacularmente en nombre de los «precios del mercado» y que no era más que una manipulación de los precios por parte de comerciantes y empresas poderosas. Se recortó la inversión en agricultura. Se contrajo el crédito bancario, se alejó de los agricultores y se centró en la clase media alta. Eso comenzó a inducir a los agricultores al suicidio (y el ser exprimidos por las instituciones de microfinanzas).

Resulta curioso comprobar cómo los medios de comunicación celebran el acuerdo del banco para la compra de coches de lujo como «un resurgimiento de las zonas rurales» mientras ocultan la cifra de suicidios. Una extraña forma de hablar del «renacimiento rural». Nada de reflexionar sobre por qué un cuarto de millón de agricultores indios se ha suicidado en diez años. Nada de reflexionar sobre cuántos millones de agricultores afrontan los mismos problemas que han llevado a ese cuarto de millón al suicidio. Miles, millones de agricultores han visto a sus vecinos tomar tan trágica decisión. Crece la desesperación y no cambian las políticas. Esto significa que la crueldad de la élite india es imposible de imaginar.

Hay que tener en cuenta que estas cifras son subestimaciones brutas, para empezar. Grandes grupos de agricultores están en su mayoría excluidos de estas cifras. Las mujeres, por ejemplo. Los prejuicios sociales hacen que cuando una campesina se suicida no se contabilice como el suicidio de un agricultor debido a que la tierra rara vez está a nombre de la mujer.

Luego está el fraude evidente al que recurren algunos gobiernos. Maharashtra es el ejemplo clásico. Ha mentido tantas veces que se contradice a sí mismo tres veces por semana. En mayo del año pasado dijo una cosa, tres meses después otra y cuatro meses después otra: primero que subía [la cifra de suicidios], luego que bajaba y más tarde que volvía a bajar. En total, se le «perdían» casi 5.000 suicidas. Durante años la cifra no hacía más que subir y, de repente, comienzan a bajar. El gobierno había creado unos comités que funcionaban por barrios que se encargaban de «revisar» los suicidios y ver si eran realmente motivados por el préstamo o no. Fueron calificados como «no originales» los que no se consideraban relacionados con los créditos. Así es como «solucionó» el problema.

Pero por más que se oculte, es un problema que va en aumento. Las cifras en el «cinturón suicida» lo ponen de manifiesto y sólo en tres Estados -Karnaka, Kerala y Bengala Occidental- se puede hablar de una reducción en 2009 comparando con los años anteriores. Las cosas van a empeorar si las políticas agrarias no cambian porque la economía globalizada hace que la mayoría de los cultivos no sean para la subsistencia, sino comerciales. La volatilidad de los precios mundiales del café, pimienta, té, vainilla, cardamomo o caucho afectarán a los agricultores porque sus precios están muy controlados, a nivel mundial, por unas pocas corporaciones.

India ha firmado el Tratado de Libre Comercio de Asia (SAFTA) y negocia un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Los agricultores pagarán el precio.

Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1156

Traducido por María Valdés