La cumbre de la ONU que se celebrará entre este miércoles y el viernes en Nueva York será inútil si su principal propósito, la lucha contra la pobreza y el hambre, acaba subvertido por una agenda política variopinta
La advertencia fue lanzada por expertos en desarrollo, funcionarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG).
«Con una agenda dominada por la seguridad global y la reforma de la ONU, parece que a las decisiones necesarias para sacar a millones de personas de la pobreza abyecta no se les da la prominencia que merecen», dijo Kumi Naidoo, presidente del Llamado Global para una Acción Contra la Pobreza.
El objetivo original de la Cumbre Mundial 2005 era evaluar el progreso realizado por las naciones más pobres del mundo hacia los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, establecidos en septiembre de 2000 en una reunión donde 189 líderes mundiales se comprometieron a cumplir con ellos antes del año 2015.
Los Objetivos incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, así como lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la mortalidad materna en tres cuartos.
También combatir la expansión del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
El primero de los Objetivos era una de las máximas prioridades en la agenda de la cumbre. Pero parece haber sido superada por otras cuestiones políticas, incluyendo derechos humanos, terrorismo, paz, desarme, soberanía nacional, no proliferación nuclear y la reestructura del foro internacional.
Como resultado, los 191 estados miembros de la ONU se han dividido de modo drástico ante esos temas políticamente delicados y han marginado así la agenda de desarrollo original de la cumbre.
La semana pasada, Estados Unidos se vio envuelto en la polémica cuando demandó que todas las referencias a los Objetivos fueran eliminadas de la declaración que adoptará la cumbre. Desde entonces ha intentado atenuar su retórica política.
Naidoo dijo que la cumbre «es una oportunidad para que los líderes mundiales reafirmen un calendario para lograr la reducción de la pobreza y vuelvan al ruedo con las promesas hechas en 2000 para cumplir con los Objetivos de Desarrollo hacia 2015».
Nicola Reindorp, de la organización internacional Oxfam, dedicada a la asistencia al desarrollo, advirtió que si los gobiernos no se comprometían claramente con las metas del milenio, incluyendo la erradicación de la pobreza y el hambre, «el progreso sería tan gradual que los Objetivos no se cumplirán ni aún en 100 años».
En un informe difundido la semana pasada, otra organización de desarrollo, ActionAid International, indicó: «Sin una acción inmediata y decisiva en Nueva York para devolver la erradicación de la pobreza a su lugar prioritario en la agenda e identificar medidas para hacer que los países más pobres, especialmente los africanos, vuelvan al ruedo de los Objetivos, los escasos triunfos logrados corren el riesgo de deshacerse».
El gobierno de Estados Unidos ha lanzado «una pelota para estropear la agenda de desarrollo, negando cualquier referencia a los Objetivos, a las metas sobre ayuda y deuda, o a la necesidad de una acción por África. El resultado es una cumbre que luce cada vez con menos timón y que se arriesga a hundirse en la historia como un fracaso enormemente caro», agregó.
«Cinco años atrás, los líderes del mundo se habían comprometido a superar el hambre, la pobreza y el analfabetismo para 2015. Desde entonces, el mundo no se ha centrado en los Objetivos del Milenio sino en la llamada ‘guerra contra el terror'», dijo la semana pasada Wahu Kaara, coordinadora ecuménica para las Metas del Milenio en la Conferencia Africana de Iglesias, en la reunión anual de ONG en Nueva York.
«Hay necesidad de volver a la agenda de desarrollo para el nuevo milenio», señaló. Mientras que las reformas de la ONU son importantes, los Objetivos no deberían ser sacrificados en el altar de algunos gobiernos que presionan en favor de sus propios intereses, opinó.
Aunque el secretario general de la ONU, Kofi Annan, cree que el desarrollo, la seguridad y los derechos humanos están interrelacionados, destacó que los líderes del mundo tendrán que comprometerse de un modo más fuerte para concretar los Objetivos.
«En vez de fijar objetivos, esta vez los líderes deben decidir cómo lograrlos», cinco años después de adoptados y 10 antes de la fecha estipulada para su concreción. «Si las tendencias actuales persisten, hay riesgo de que muchos de los países más pobres no sean capaces de cumplir muchos de los Objetivos», advirtió.
Al pedírsele que determinara cuáles fueron los éxitos y los fracasos de los Objetivos en los últimos cinco años, Salil Shetty, director de la Campaña del Milenio de la ONU, dijo a IPS que, en términos concretos, muchos países en desarrollo han adaptado los Objetivos a sus propios contextos nacionales y han comenzado a implementar estrategias y planes con presupuestos claros. Por ejemplo, Vietnam y Brasil.
Shetty afirmó que en el Objetivo número ocho, referido a los compromisos de los países ricos, «no hay duda de que, por primera vez en los últimos dos años, los grados de ayuda se han elevado tras décadas de declive, debido a (los compromisos de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo realizada en 2002 en) Monterrey y los Objetivos de Desarrollo».
El Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo ha suscrito algunos compromisos relativos al alivio de la deuda que suponen un pequeño paso adelante en la cancelación del endeudamiento, agregó.
«Un hecho muy importante ha sido el esfuerzo global y masivo de parte de la sociedad civil en su sentido más amplio, para movilizar a los ciudadanos contra el azote de la pobreza y usar los Objetivos como el paquete mínimo que los gobiernos deben entregar en 2015», dijo Shetty.
También indicó que, entre los aspectos negativos, los datos duros son muy desconcertantes. «El desempeño total en la mayoría de las metas está retrasado. Los relativos avances conjuntos del primer Objetivo enmascaran enormes disparidades a lo largo y ancho de países y regiones», sentenció Shetty.
«Sentimos que si los gobiernos y las instituciones internacionales tienen la voluntad política, los Objetivos pueden ser logrados. Esta voluntad puede construirse sólo a través de la presión de los ciudadanos y de campañas activas», puntualizó.
Consultado sobre si la fecha límite de 2015 debería ser postergada, Shetty opinó que los compromisos acordados en 2005 tendrán que ser controlados y aplicados.
«No hay duda de (que hay que) mover la fecha límite. Estos Objetivos fueron inicialmente tan minimalistas y el costo de que no se materialicen sólo puede medirse en términos de decenas de millones de vidas perdidas sin otro razón que nuestra inacción colectiva», dijo.
Dirigiéndose a la conferencia de ONG realizada la semana pasada, Shetty expresó que 2005 fue un año crucial para los Objetivos. Con los últimos tres años perdidos por la «guerra contra el terror», la campaña de las metas intentó centrar la atención internacional las metas, incluyendo el cumplimiento del 0,7 por ciento del producto interno bruto del Norte industrial a la asistencia oficial al desarrollo de las naciones más pobres.
También se necesita asegurar la calidad y no sólo la cantidad de la ayuda, así como cancelar 100 por ciento de la deuda, agregó.
El economista Jeffrey Sachs, profesor en el Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia y director del Proyecto de la ONU para el Milenio, es igualmente pesimista.
«Si los Objetivos no se cumplen hacia 2015, entonces el mundo habrá fracasado en (su intento de) salvar a 30 millones de niños que habrán muerto, proveer a 300 millones de personas acceso a servicios sanitarios básicos, asegurar un suministro adecuado de alimentos para 230 millones que pasan hambre, afirmar la igualdad de mujeres y hombres y un ambiente sustentable para la generación venidera», advirtió.
Tal fracaso conducirá a un aumento de la inseguridad mundial, dado que la indigencia es un importante generador de conflictos, dijo. Y 2005 es el año clave para los Objetivos de Desarrollo, agregó Sachs.