Los costes para los agricultores pueden ascender a miles de millones de dólares El debate sobre las Semillas Suicidas está a punto de comenzar en la reunión del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de Curitiba, en el marco de una semana de movilizaciones en todo el mundo contra las tecnologías Terminator. Conocidos como TRUGS (Tecnologías […]
Los costes para los agricultores pueden ascender a miles de millones de dólares
El debate sobre las Semillas Suicidas está a punto de comenzar en la reunión del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de Curitiba, en el marco de una semana de movilizaciones en todo el mundo contra las tecnologías Terminator. Conocidos como TRUGS (Tecnologías de Restricción de Uso Genético) en la jerga del CDB, los cultivos Terminator son variedades manipuladas genéticamente para producir semillas estériles, de manera que los agricultores tengan que comprar semilla todos los años. La campaña Terminar con Terminator, una alianza internacional de más de 500 organizaciones, ha dado hoy a conocer datos económicos nuevos que indican que las semillas Terminator supondrán una carga adicional de miles de millones de dólares en concepto de costes de semillas para algunos de los países más pobres del mundo.
Las cifras, calculadas por el Grupo ETC en colaboración con organizaciones de agricultores, ponen en evidencia que sólo en 7 países la comercialización de Terminator supondría unos costes adicionales derivados de la compra de semilla que seguramente superarían los 1.200 millones de dólares anuales (3 veces el presupuesto dedicado a investigación pública de los centros de la revolución verde del CGIAR ¿???, o la mitad de la asignación anual para ayuda al desarrollo del gobierno de Canadá). Esta cifra, sin embargo, constituye una fracción pequeña de los ingresos que la industria semillera podría obtener de los agricultores si incorpora la tecnología Terminator a todas sus líneas varietales en el mundo entero. Se cree que la cifra real de aumento de negocio probablemente ascienda a miles de millones de dólares anuales. En Brasil, donde se está celebrando la reunión del CDB, los productores de soja tendrían que hacer frente a unos costes adicionales de 407 millones de dólares (866 millones de Reales Brasileños) si no pudiesen utilizar semilla de su cosecha para la siguiente siembra. Incluso los productores de trigo de Canadá, uno de los países que ha destacado por su defensa de Terminator en el CDB, podrían tener que afrontar una factura suplementaria de 85 millones de dólares anuales.
Estas cifras se han hecho públicas adelantándose a la previsible pugna que tendrá lugar a lo largo de hoy entre los representantes de países del Sur y de los cuatro países que han promovido una «evaluación caso por caso» de la tecnología Terminator en el seno del Convenio: Canadá, Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido (apoyados por Estados Unidos, que no es miembro del Convenio, desde fuera). Esta cláusula de «caso por caso» supone dar luz verde a las pruebas de campo y a la comercialización de la tecnología de semillas estériles.
«No es de extrañar que la industria semilleras multinacional tenga tanto interés en la adopción de una evaluación «caso por caso» de Terminator», explicaba uno de los miembros del Grupo ETC, Pat Mooney. «Si consiguen minar la moratoria actual, utilizarán Terminator como plataforma tecnológica, incorporando el rasgo de esterilidad a todas las variedades comerciales y sacando a los agricultores miles de millones de dólares adicionales por la venta de semillas».
Roberto Requio, Gobernador del estado brasileño de Paraná, inauguró la Conferencia del Convenio el lunes con una condena enérgica a la tecnología Terminator. En la sesión plenaria de apertura, afirmó ante los 3000 delegados presentes que «Las semillas suicidas son el próximo paso de la estrategia de la industria transnacional para controlar la producción y utilización comercial de la simiente».
En el exterior de la sede de la Conferencia cientos de campesinos y campesinas protagonizaban ayer actos de protesta llenos de colorido, enarbolando banderolas y pancartas con lemas de «Las Semillas Suicidas son Semillas Homicidas». Las protestas de esta semana no se han limitado a Curitiba: el lunes se entregaron medio millón de firmas al Primer Ministro de la India exhortándole a mantener la prohibición de las semillas Terminator adoptada en la India. En Ottawa, Canadá, un millar de personas asistió el lunes a la celebración de un «juicio popular» a la tecnología Terminator, exigiendo al gobierno de Canadá que responda de su posición en este tema. En Londres y en Berlín se han desarrollado también actos de protesta ante la embajada de Canadá. El 17 de marzo el Parlamento Europeo aprobó por una mayoría aplastante una resolución en la que se insta a los representantes de la Unión Europea en el CDB a defender la moratoria a Terminator y a rechazar la cláusula de «caso por caso».