Las expectativas en torno al encuentro mundial de la sociedad civil parecen tan variadas como las nacionalidades que atravesarán el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta en camino al Centro Deportivo Internacional Moi. A Bárbara Kalima-Phiri, analista política para las estrategias de reducción de la pobreza le preocupa si el foro demostrará ser efectivo. «En el FSM […]
Las expectativas en torno al encuentro mundial de la sociedad civil parecen tan variadas como las nacionalidades que atravesarán el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta en camino al Centro Deportivo Internacional Moi.
A Bárbara Kalima-Phiri, analista política para las estrategias de reducción de la pobreza le preocupa si el foro demostrará ser efectivo.
«En el FSM no tenemos una agenda, aparte de los eslóganes que hacemos. El foro tiene muy buenas redes, pero no tiene un foco», dijo a IPS desde el no gubernamental Southern Africa Trust, con sede en Johannesburgo.
Agregó que en el FSM es posible «pasar de una sesión a otra, escuchar toda clase de quejas y prácticamente no esperar ninguna acción. Tal como están las cosas ahora, nuestras voces están dispersas».
Pero entre muchos keniatas parece haber más optimismo.
«Hay muchas expectativas, especialmente de ciudadanos comunes», dijo Thomas Deve, de Mwalekeo wa NGO (MWENGO), otra organización con sede en Zimbabwe, cuyo nombre en swahili significa «Visión para las organizaciones no gubernamentales». MWENGO opera en África oriental y austral.
«Los keniatas están ansiosos, por ejemplo, de averiguar cómo las organizaciones de la sociedad civil que asisten a la conferencia pueden contribuir con la democracia en su país», declaró a IPS.
«Pusimos en la agenda asuntos que enfrenta África (…). El último día queremos presentar propuestas para un plan de acción», agregó Deve, quien ya está en Nairobi para el FSM.
Los organizadores del foro identificaron 12 temas en los que se centrarán los debates: Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), asuntos femeninos, privatización de bienes comunes, los trabajadores sin tierra, paz y conflicto, la migración y la diáspora, historia del pueblo y su lucha, juventud, deuda, acuerdos de libre comercio, trabajo y vivienda.
La pandemia del sida, causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), es tal vez el tema que más presión genera, dado que África subsahariana es por lejos la región más afectada.
Como señala la Actualización Epidémica del Sida, publicada en diciembre por el Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), «dos tercios de los adultos y niños portadores que hay en el mundo viven en África subsahariana, con su epicentro en África austral».
También en esta región habita un tercio de las personas con VIH del planeta y 34 por ciento de todas las muertes por sida en 2006 ocurrieron allí».
Los participantes africanos también compartirán con sus pares de otras regiones sus experiencias de paz y conflicto. Aunque la violencia fue sofocada en ciertas partes del continente, los puntos álgidos todavía existen; especialmente en Somalia, República Democrática del Congo, Costa de Marfil y Sudán.
No obstante, es improbable que se desvanezcan las percepciones de que el FSM es apenas un mero debate. Y éstas ya estimularon una discusión sobre si llegó el momento de que el encuentro adopte un programa político.
«Esta cuestión tan disputada merece consideración de todos los involucrados en el FSM, dado que ahora estamos en el séptimo año», dijo Patrick Bond, director del Centro para la Sociedad Civil, con sede en la ciudad portuaria sudafricana de Durban.
Sin embargo, el peso político requiere un apoyo de base amplia, lo que puede presentar algunos problemas.
«No hemos hecho al Foro Social Mundial vivo o relevante para las personas comunes. Si le hablo a alguien en la calle, por ejemplo, es probable que nadie tenga idea sobre el encuentro mundial de Nairobi», señaló Kalima-Phiri.
«La Copa Mundial (de fútbol), que tendrá lugar en Sudáfrica en 2010, ya está en boca de todos: la gente habla sobre ella en los bares, en los taxis y en sus hogares», apuntó. Pero, agregó, «nosotros no estamos haciendo llegar a las personas comunes el mensaje sobre la conferencia del FSM», nacido en 2001 en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre.
Creado en oposición al Foro Económico Mundial, que se realiza a comienzos de año en la localidad suiza de Davos y que congrega a gobiernos y a elite financiera y empresarial, el FSM reúne casi en simultáneo a organizaciones y activistas de la sociedad civil, que, entre otras cosas, se oponen a la dominación global por parte del capital.
Las tres ediciones primeras tuvieron como escenario a Porto Alegre, 2004 se mudó a la costera ciudad india de Mumbai, al año siguiente volvió a su lugar de nacimiento y en 2006 se repartió en Bamako, Caracas y el centro financiero pakistaní de Karachi, en lo que se llamó el «foro policéntrico».
El encuentro próximo marcará la primera instancia en la que un país africano es el único anfitrión de las decenas de miles de activistas y expertos que llegarán de todos los rincones del planeta.