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Cooperar para transformar

Fuentes: Rebelión

El actual modelo económico capitalista neoliberal se basa en la acumulación, la propiedad, la sobreproducción y la híperconsumo. Una economía de mercado dominante que precaritza la vida, genera desigualdades y depreda el medio ambiente. Ante este modelo de economía competitiva uno alternativa posible y ya existente es la economía social y solidaria (ESS). La ESS […]

El actual modelo económico capitalista neoliberal se basa en la acumulación, la propiedad, la sobreproducción y la híperconsumo. Una economía de mercado dominante que precaritza la vida, genera desigualdades y depreda el medio ambiente. Ante este modelo de economía competitiva uno alternativa posible y ya existente es la economía social y solidaria (ESS).

La ESS es el conjunto de actividades socioeconómicas, formales o informales, individuales o colectivas, que dan primacía a la satisfacción de necesidades humanas por encima del lucro, gestionan su actividad de manera democrática y están comprometidas con su medio natural y social, en la perspectiva de la transformación social. Un conjunto de prácticas que beben de la influencia del movimiento cooperativo y que actúan orientadas por valores como la equidad, la solidaridad, la sostenibilidad, la participación, la inclusión y el compromiso con la comunidad. Unos valores y principios para romper con la sociedad individualista, competitiva y consumista en la que vivimos, que solo crea decepción, frustración y desinterés en la política -entendida como el conflicto en la gestión del bien común-. Al respecto, una economía al servicio del bienestar de las personas, en un mundo donde los recursos son limitados, solo será posible con una ciudadanía politizada en un sentido amplio y no limitado al de la política institucional. Una ciudadanía que se preocupe por la colectividad, que se pregunte los porqués de las desigualdades del mundo en el que vivimos y se cuestione las relaciones de poder en la sociedad actual. En este sentido, es imprescindible fomentar los mecanismos de participación en la vida pública para hacer una política al servicio del bien común, al servicio de la mayoría de la población ante los intereses de una minoría privilegiada.

Encontramos iniciativas de la ESS presentes en todos los sectores de actividad económica, desde la energía hasta la cultura o la alimentación, pasando por las finanzas y la comunicación. Multitud de iniciativas de producción, comercialización, consumo y financiación que adoptan la forma de cooperativas y otras empresas de propiedad colectiva, de asociaciones dedicadas al campo social o al desarrollo local, de redes de intercambio, de huertos comunitarios, de sistemas de gestión comunal, etc. Un conjunto de ámbitos muy diversos y heterogéneos pero con el objetivo común de parar el proceso de empobrecimiento de la sociedad, y de transformarla a través de la gestión democrática y participativa, de la orientación a las necesidades humanas y el compromiso con la comunidad.

La ESS está liderada desde movimientos sociales, colectivos y ciudadanía en general, y es independiente respecto a los poderes públicos, no obstante, las administraciones públicas tienen que tomar coincidencia y tener voluntad política para crear las condiciones para fomentarla. La cuestión es si los poderes públicos continúan reproduciendo la competencia a través del modelo neoliberal o si promocionan la cooperación para una vida digna y sostenible.

Se trata de recuperar la función originaria de la economía poniéndola al servicio de las personas para gestionar los recursos equitativamente y explotarlos de manera sostenible, ensayando un nuevo modelo socioeconómico más justo, democrático y solidario.

Jesús Gellida, politólogo e investigador social

@jesusgellida

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.