Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Al-Qaeda ha vuelto – con ganas. Basta con escuchar a Mustafa Abu al-Yazeed – un importante comandante de al-Qaeda en Afganistán, en una entrevista muy fuera de lo común en GeoTV de Pakistán, filmada en Khost, en Afganistán oriental.
«En esta etapa nuestra visión es – que no hay diferencia entre el pueblo estadounidense y el propio gobierno de EE.UU. Si vemos ese hecho a través de la ley [islámica] sharia, el pueblo y el propio gobierno estadounidenses son infieles y están combatiendo contra el Islam. Tenemos que basarnos en ataques suicidas, que son absolutamente correctos según la ley islámica. Hemos adoptado esa forma de guerra porque existe una inmensa diferencia entre nuestros recursos materiales y los de nuestro enemigo, y es la única opción para atacar a nuestro enemigo.»
La entrevista no se limita a la yihád defensiva. Yazeed profundiza en estrategia clásica de al-Qaeda – incitando a una yihád talibán a través de la frontera contra las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN y condenando a un Estado, en este caso el gobierno de Pakistán. Según su opinión: «Desafortunadamente, es el gobierno de Pakistán el que más ha dañado a nuestra causa. El presidente Pervez] Musharraf violó la confianza de los musulmanes y contribuyó a la destrucción del gobierno islámico de Afganistán… Musharraf y su gobierno han cometido graves errores, no existe un ejemplo semejante en otros Estados islámicos.»
Yazeed también dijo que al-Qaeda fue responsable por el atentado suicida con coche bomba contra la embajada danesa en Islamabad a comienzos de junio, en el que murieron seis personas.
¿Por qué entonces se siente tan envalentonada al-Qaeda como para que uno de sus máximos comandantes salga ante las cámaras – y para colmo en una red de televisión extranjera, no as-Sahab, el brazo mediático de al-Qaeda?
Quiero mi emirato
Los yihadistas estiman ahora que la nueva yihád afgana – contra las tropas «infieles» de EE.UU. y de la OTAN combinadas – es más importante por el momento que Iraq. Así que, en este sentido, el candidato presidencial demócrata, senador Barack Obama tiene razón – Afganistán, y no Iraq, es «el frente central en la guerra contra el terror.»
Pero la cosa es mucho más complicada. El frente central está en realidad en Pakistán. Al-Qaeda quiere básicamente un califato pan-islámico. Los neo-talibanes basados en Pakistán no son tan ambiciosos. Ya tienen su emirato islámico – está en las áreas tribales de Waziristán, en la frontera con Afganistán. Lo que quieren sobre todo es expandirlo. También saben que nunca tendrán alguna posibilidad de apoderarse de todo Pakistán. Un experto paquistaní en las áreas tribales, que actualmente está en Washington, lo describe como «una lucha de clases, casi como una revolución campesina en desarrollo. Baitullah Mehsud [el líder neo-talibán paquistaní] es sólo un campesino de una familia pobre.»
Lo que es impactante es que ahora los neo-talibanes controlen prácticamente Provincia Frontera Noroeste en la frontera con Afganistán – cuya capital es la legendaria Peshawar. Ya controlan varios suburbios de Peshawar.
El Estado paquistaní no tiene virtualmente ningún poder en esas áreas. Los talibanes imponen una ley sharia estricta. Si el personal local de seguridad se niega a obedecer, simplemente lo matan. No es ninguna maravilla que los neo-talibanes hayan sometido ahora a numerosos funcionarios paquistaníes medianos e inferiores. Incluso fijaron un plazo al nuevo gobierno regional secular y relativamente progresista para que libere a todos los prisioneros talibanes – si no lo hacen… En cuanto al gobierno, lo único que puede hacer es organizar alguna especie de vigilancia de vecindario para impedir una supremacía talibán total. Esta situación también revela como el ejército paquistaní parece ser impotente – o mal dispuesto – para luchar contra los talibanes.
Al otro lado de la frontera, en las provincias Kunar y Nuristán en Afganistán, los talibanes controlan ahora casi todos los puntos de control de seguridad. No es de extrañar que Yazeed – hablando en nombre de al-Qaeda, vislumbre una guerra sin fronteras. Dijo, en su entrevista en GeoTV: «Sí, no podemos separar de Afganistán a la gente del área tribal que forma parte de Pakistán y del pueblo paquistaní. Sí, recibimos mucho apoyo de la gente tribal en Pakistán, y en los hechos es obligatorio que ellos nos den esa ayuda y es una responsabilidad impuesta por la religión. No es sólo obligatorio para los residentes de las regiones tribales sino para todo Pakistán.»
En una reciente prominente reunión de al-Qaeda en Miramshah en Waziristán del Norte la dirigencia de al-Qaeda dejó en claro que no sólo espera – sino que quiere que la nueva guerra/yihád afgana se extienda a las áreas tribales en Pakistán.
Y es lo que conseguirá al-Qaeda – según lo que Obama dijo a Lara Logan de CBS News: «… lo que he dicho es que si tuviéramos inteligencia procesable contra objetivos de alto valor de al-Qaeda y el gobierno paquistaní no se mostrara dispuesto a perseguir a esos objetivos, nosotros deberíamos hacerlo.»
El Pentágono, por su parte, está preparando el campo de batalla – ya ha enviado aviones teledirigidos Predator, repetidamente, por sobre las áreas tribales. Se está preparando una guerra aérea – para no mencionar numerosas operaciones especiales clandestinas paquistaníes.
La estrategia de al-Qaeda es involucrar a los militares de EE.UU. – es ideología clásica de Osama bin Laden, según la cual EE.UU. debería ser arrastrado a combatir en tierras musulmanas. Al-Qaeda razona que un ataque contra las áreas tribales, de hecho un verdadero tercer frente en la «guerra contra el terror» (tan temido por el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Michael Mullen) indignará hasta tal punto a la opinión pública paquistaní que el ejército paquistaní será impotente para seguir la huella estadounidense. Y al-Qaeda, en última instancia, tendrá las manos aún más libres.
Obama y Osama
¿Cómo se ajusta a esta estrategia ese legendario fantasma, bin Laden? ¿Está vivo o es solo… un fantasma? Hassan Ibrahim de la televisión al-Jazeera dijo recientemente a la periodista independiente Kristina Borjesson que: «bin Laden está vivo. Las historias sobre la insuficiencia renal y la máquina de diálisis son estupideces, rumores de la CIA. En 2002, una de sus mujeres fue entrevistada por una revista saudí y desmintió categóricamente la historia de la diálisis. Después de Tora Bora [en Afganistán cuando EE.UU. lo invadió en 2001], su cuarta mujer pidió el divorcio. Tomó una nueva mujer en abril de 2005, con quien tiene ahora un hijo. Su padre es un poderoso empresario saudí de Hejaz quien anunció en su mezquita que su hija se había casado con bin Laden.»
También se habla en la clandestinidad yihadista sobre un actual debate teológico con participación directa de bin Laden.
Obama, por su parte, todavía no puede haber comprendido el cuadro completo, complejo, de lo que está ocurriendo en las áreas tribales – en su actual gira por el mundo sólo ha estado en Jalalabad, en Afganistán oriental, y sólo por unas pocas horas. Pero está aprendiendo – aunque, por el momento, parece apelar a las galerías del establishment militar de EE.UU. al prometer que agregará otros 10.000 soldados al campo de batalla afgano. Al-Qaeda se regocijará.
Lo que ciertamente ha logrado Obama por el momento es un cambio de sentido en tres movimientos del gobierno de George W Bush, y colocado cabeza abajo la retórica neoconservadora sobre la «guerra contra el terror» en Iraq y la ha aplicado a Afganistán. Obama ha estado subrayando el «creciente consenso en el país de que necesitamos más recursos en Afganistán».
En su conferencia de prensa en Jordania, Obama también subrayó su decisión de convertir Afganistán en la primera parada de su gira mundial porque es el «frente central en la guerra contra el terror,» el sitio en el que «fue planificado el 11-S» y donde «terroristas»… «traman nuevos ataques contra EE.UU.»
Y ahí tenemos el acto decisivo – directamente extraído de las reglas de juego neoconservadoras: «Tenemos que tener éxito al llevar la lucha a los terroristas.» Pero eso no es todo. El jujitsu político de Obama ha mezclado esa retórica de la línea dura con una visión global, multilateral – para no hablar de obligar a los republicanos a aceptar su propia perspectiva de la «guerra contra el terror». En cuanto a las áreas tribales, proyecta la impresión de que se está dando tiempo para comprender plenamente su complejidad.
Así que ¿qué pasa con el auto-proclamado experto en seguridad nacional y candidato presidencial republicano, el senador John McCain? Bueno, se las arregló para decir a Diane Sawyer que la nueva configuración de al-Qaeda y de los talibanes es «una lucha muy dura, particularmente en vista de la frontera entre Iraq y Pakistán.»
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Pepe Escobar es autor de «Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War» (Nimble Books, 2007) y «Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge.» Para contactos: [email protected].
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