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Haití: Huracán MINUSTAH

Cuatro años de Misión ONU, cuatro años de masacres

Fuentes: Selvas.org

Indice: > Unos datos: la misión en cifras y propositos > El horror de un error: ¿cual legalidad? > Cuál era el objetivo? Estan todos bajo mira > La guerra mediatica de la Oficina de Prensa de la ONU > La terrible actualidad y un futuro de laboratorio militar > No todas las Americas callan Mercius y […]


Indice:

> Unos datos: la misión en cifras y propositos

> El horror de un error: ¿cual legalidad?

> Cuál era el objetivo? Estan todos bajo mira

> La guerra mediatica de la Oficina de Prensa de la ONU

> La terrible actualidad y un futuro de laboratorio militar

> No todas las Americas callan


Mercius y Marie-Danielle Lubin jamás hubieran imaginado que el 2 de febrero de 2007 sus hijitas, Stephanie, de 7 años, y Alexandra, de 4, serían masacradas, mientras dormían en su propia casa, por los «soldados de paz» de la ONU, en Cité Soleil.
Ni siquiera el señor Fredi Romelus podía pensar que su joven esposa, Sonia, de 22 años, el hijito de 12 meses, Nelson, y su otro hijo Stanley, de 4 años, serían golpeados a muerte, una madrugada, siempre por parte de los cascos azules, los peacekeepers, siempre en Cité Soleil: es la masacre del 6 de julio de 2005.

Los padres de Boadley Bewence Germain logran llevar a su hijo de 9 años al hospital, el 20 de enero de 2007, pero la herida en la cabeza, consecuencia de un proyectil disparado por los soldados de las Naciones Unidas, es demasiado grave y el pequeño no la libra.
Lelene Mertina, 24 años, es una sobreviviente: no así el niño que llevaba en el vientre. Estaba al sexto mes de embarazo, cuando, el 22 de diciembre de 2006, de un vehículo de la ONU los soldados le dispararon al vientre, matando al niño e hiriéndola gravemente. También ella vive en Cité Soleil.

Los señores Lubin, el señor Romlus, los señores Germain, así como Lelene Mertina y cientos de otras personas, cuyos nombres desconocemos, han escuchado definir el exterminio de sus familiares como «daño colateral». ¿De qué guerra? Sin embargo, es precisamente así como son justificadas por los responsables de la misión ONU (el chileno Juan Gabriel Valdés, del 1º de junio de 2004 al 31 de mayo de 2006 y el guatemalteco Edmond Mulet, del 1º de junio de 2006 al 31 de agosto de 2007) las numerosas víctimas de los operativos militares realizados en los barrios civiles densamente poblados, casualmente siempre los más pobres.

Pero tampoco es así: no todos son «daños colaterales»

 

 


Foto John Carroll

 

Unos datos: la misión en cifras y propositos

La misión de las Naciones Unidas en Haití, la MINUSTAH, acrónimo francés que significa Misión des Nations Unies pour la Stabilization d’Haiti, empezó el 1º de junio de 2004, pero es hija de una anterior resolución del Consejo de Seguridad, la n. 1529 del 29 de febrero de 2004, adoptada con una prontitud descomunal: los soldados del ejército de Estados Unidos ya estaban ocupando Haití, y pocas horas antes el presidente legítimo Jean-Bertrand Aristide había sido secuestrado por los mismos militares y aún se encontraba en el avión que lo estaba llevando a África.

La resolución 15291, adoptada actuando (según las declaraciones de los miembros del consejo de seguridad) en conformidad con el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas2 es justificada, entre otras, con frases de este tenor:
«determinados a facilitar la solución pacífica y constitucional de la crisis actual en Haití» y «considerando que la situación en Haití constituye una amenaza a la paz y a la seguridad internacional y a la estabilidad del Caribe, en particular porque podría provocar un éxodo hacia los demás Estados de la Región«.
Entonces Haití de pronto se convierte en una tan grave amenaza «a la paz y a la seguridad internacional» como para ameritar una inmediata solución que autorice la ocupación militar, ya en curso, por parte de ejércitos extranjeros procedentes de Estados Unidos, Canadá, Francia (definida fuerza multinacional).

Tras 3 violentísimos meses de ocupación, en que cada concepto de legalidad y respeto a los derechos humanos desaparecieron, estos militares fueron sustituidos por la sólo aparentemente más legal misión, la Minustah3, guiada por Brasil, cuyo mandato prevé lo siguiente (sólo se transcriben algunos extractos más significativos4):
«Coadyuvar el Gobierno de Transición en el monitoreo y la reforma de la Policía Nacional Haitiana, siguiendo estándares democráticos, certificando el personal y adiestrándolo»
«Coadyuvar el Gobierno de Transición, en particular a la Policía Nacional Haitiana, en el programa de desarme, desmovilización, reintegración (DDR) para todos los grupos armados»
«Coadyuvar el restablecimiento y mantenimiento del papel de la ley, seguridad pública y orden público a través de operativos en apoyo a la Policía Nacional Haitiana (PNH)»
«Proteger a civiles bajo riesgo de inminente ataque de violencia física»
«Coadyuvare el Gobierno de Transición en sus esfuerzos para organizar libres elecciones parlamentarias y presidenciales, en particular a través de asistencia técnica, logística y administrativa…»
«Suportar el Gobierno de Transición, así como las instituciones y grupos en su esfuerzo de promover y proteger los derechos humanos, en particular de mujeres y niños…»

El mandato es inmediatamente desmentido por la integración del contingente:
7,000 soldados (inicialmente 6,700 y luego aumentados a 7,600 y ahora de nuevo alrededor de 7,000),
1,800 miembros de la policía (civil, repartos especializados antimotines y policía militar),
cerca de 500 civiles,
20 (veinte!) funcionarios encargados de derechos humanos bajo la dirección del canadiense Thierry Fagart.

Me testimonia, con notable resignación, uno de los funcionarios encargado de derechos humanos: «Somos 20, más otros veinte locales que trabajan para nosotros, pero somos distribuidos en igual medida en los diversos departamentos, no según la población o las necesidades, entonces el mismo número de personas se encuentra tanto donde hay pocos problemas como en Puerto Príncipe».
«Yo no puedo ir a Cité Soleil a recoger testimonios: debería acudir en un auto de la ONU y bajo escolta, ¿entonces a qué serviría?».
«Esta oficina debería ser un lugar acogedor, donde la gente se pueda dirigir con tranquilidad, en cambio es una fortaleza: la gente no viene, tiene miedo»

Al comando de los militares está el general brasileño Augusto Heleno Ribeiro Pereira. En calidad de alto representante del secretariado general de las Naciones Unidas, así como jefe de la misión, está el chileno Juan Gabriel Valdés.

 


Foto Roberto Schmidt

El horror de un error: ¿cual legalidad?

El contingente de la ONU no ha sido enviado a Haití para controlar el respeto de acuerdos de paz entre países en guerra: Haití no está en guerra con nadie.
No ha sido invitado para controlar el respeto de acuerdo entre facciones armadas durante una guerra civil porque no está ocurriendo una guerra civil: hay unos centenares de ex militares y criminales comunes, armados, contra toda una población; no es una guerra civil: estos personajes, por si mismos, nunca hubieran logrado entrar en Puerto Príncipe. Habrían sido obligados a huir y dejar el país.

En cambio, fue enviado porque un gobierno carente de cualquier legitimidad, liderado por un ciudadano de Estados Unidos, Gerard Latortue, impuesto con violencia por países extranjeros tales como esencialmente EU, Canadá, Francia (con el apoyo de la Unión Europea) no es capaz de enfrentar la rebelión por parte de la población; en efecto, dicho «gobierno» tiene a su servicio a la Policía Nacional, depurada de todos aquellos elementos que respetaban la constitución y los derechos de las personas, y las pandillas para-militares. Sin embargo, es necesario un ejército que Haití no tiene porque fue disuelto en 1995 por Aristide.
El ejército llega de diversos países extranjeros, muchos latinoamericanos, países «amigos», y Brasil es el que los guía.

Los responsables de la misión sostienen estar aquí para proteger la población (se supondría de las violencias de régimen y de su Policía) y ella inicialmente espera que así sea, pero por poco: no se necesita mucho para darse cuenta, en su propio pellejo, que están aquí al servicio del «Gobierno de Transición» como es definido en el mandato, de su violenta Policía Nacional y de los ex militares.

Los países que envían contingentes militares son: Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Sri Lanka, Jordania, Bolivia, Canadá, Croacia, Ecuador, Francia, Guatemala, Malasia, Marruecos, Nepal, Perú, Paraguay, Filipinas, España, Estados Unidos, Yemen.

Sucesivamente los militares de España, Marruecos, Malasia, Yemen son retirados. Se agrega Pakistán.
Son 40 los países que resultan oficialmente haber enviado personal de policía y/o civil: provienen de América del Norte, del Centro y del Sur, de Europa, de África y de Asia.

También China envió a un centenar de policía antimotines: es la primera vez que participa con su policía a una misión de la ONU.

 


Foto John Carroll

Cual es el objetivo de la misión resulta claro de las palabras del Gen. Augusto Heleno Ribeiro Pereira, brasileño, comandante militar de la Minustah, durante una entrevista a Radio Metropole, el 8 de octubre de 2004; en efecto, el general afirma: «Debemos matar a los bandidos, mas no a cualquiera, sólo a los bandidos».

Más allá de cualquier consideración relativa al hecho que la ONU tenga como objetivo MATAR, queda por aclarar quiénes son estos «bandidos» que el Gen. Pereira pretende matar: durante los años 2004, 2005 y gran parte del 2006, se definen como «bandidos» a todos los que se oponen al golpe de estado, algunos armados, la mayoría sólo con manifestaciones imponentes pero pacíficas, todos identificados, con o sin razón, como Lavelavas5. Son habitantes de los barrios considerados «pro-Aristide» de Bel Air, Martissant, Grand Ravin, Pele y de la enorme ciudad perdida de Cité Soleil.

La «fuerza multinacional» antes, y la Minustah después, han insidiado su «cuartel general» en la Universidad que había hecho construir Aristide para formar a nuevos médicos. Haití tiene una absoluta necesidad de médicos, pero esto poco les importa a las fuerzas de la ONU. Profesores y estudiantes están obligados a interrumpir las clases por meses, hasta que logran encontrar una acomodación provisional para retomar sus estudios.
El cuartel general de la Minustah sigue ocupando la Universidad y no hay la mínima intención de devolver los locales a los legítimos propietarios.
Entre las tareas principales de la Minustah hay el monitoreo y la capacitación de la Policía Nacional Haitiana «según estándares democráticos»:

En varias ciudades de Haiti, entre 2004 y 2005 (Junio 2004, cuartel Bel Air a Port-au-Prince, 14 Agosto 2004 Cap Haitien, 11 setiembre 2004 Port-au-Prince, 30 Setiembre 2004 variias ciudades, 16 diciembre 2004, Port-au-Prince, 7 enero 2005, Cité Soleil, 28 febrero 2005 varias) se actuan importantes manifesaciones pacificasyde protesta contra el golpe y para pedir lavuelta de Jean-Bertrand Aristide: la policia despara, siempre.

Muchos manifestantes fueron matados. La ONU no interviene.

El monitoreo y la capacitación de la Policía Nacional Haitiana parece defectar en muchos efectos. Aqui algunos teribles ejemplos.

 


(Foto HIP)

Junio de 2004 – Cuartel de Bel Air en Puerto Príncipe, 14 de agosto de 2004 Cap Haitien, 11 de septiembre de 2004 Puerto Príncipe, 30 de septiembre de 2004 varias ciudades, 16 de diciembre de 2004, Puerto Príncipe, 7 de enero de 2005, Cité Soleil, 28 de febrero de 2005 varias ciudades: se llevan a cabo imponentes manifestaciones pacíficas de protesta contra el golpe y para solicitar el regreso de Jean-Bertrand Aristide: la policía dispara, siempre, decenas de manifestantes son asesinados. La ONU no interviene.

27 de junio de 2004 – Es arrestado por la PNH Ivon Neptune, Primer Ministro durante la presidencia de Aristide, con base en acusaciones falsas. Será precisamente una comisión de la ONU la que demuestre la falsedad de dichas acusaciones, pero Neptune permanecerá en la cárcel por 25 meses. Será liberado tras una larguísima huelga de hambre que afectaría para siempre su salud.

13 de octubre de 2004 – Entran en la capital «en desfile» algunos de los ex militares, incluyendo a Raix Remissainthe (sucesivamente asesinados por los soldados de la Minustah en un tiroteo el 8 de abril de 2005), quienes cometieron gravísimos crímenes (asesinatos masivos, violaciones, torturas) durante los meses antecedentes. Numerosos testigos refieren que en esos meses los ex militares levantaron decenas de personas consideradas «Lavalas» encerrándolas en contenedores en el sol: quien pudo pagar, fue liberado, los demás los dejaron morir sofocados o los aventaron al mar. A pesar de todo esto, las fuerzas de la Minustah, en vez de arrestarlos, se limitan a controlar que no haya accidentes.

19 de octubre de 2004 – Se encuentran en la morgue de Puerto Príncipe 44 cadáveres en condiciones indescriptibles, muchos aún esposados.
14 de diciembre de 2004: cerca de 500 ex miembros del disuelto ejército y de los escuadrones de la muerte de Cedras (el FRAPH) son incorporados en la Policía Nacional Haitiana. Un portavoz de la Minustah, visiblemente apenado, se justifica hablando de ‘pacificación nacional’, pero ¿qué tiene que ver la pacificación nacional con el enrolamiento de senda suerte de criminales en la ya demasiado violenta Policía?

15 de enero de 2005 – La familia de Jimmy Charles, tras 10 días de desesperadas búsquedas, halla su familiar: en la morgue de Puerto Príncipe, con 6 disparos en el cuerpo.
Jimmy Charles había sido arrestado el 5 de enero por las tropas de la ONU. Era un exponente Lavelas, organizaba manifestaciones pacíficas de protesta. Muchos miembros de la comunidad habían rogado a los soldados no entregarlo a la policía, temiendo por su vida, pero no fueron escuchados. Charles fue entregado a la policía y desapareció, hasta el hallazgo de su cadáver.
En una declaración del 26 de enero, el portavoz de la Minustah, Damian Onsès Cardona, afirmó que la Minustah no asume ninguna responsabilidad en caso de que individuos entregados a la policía sean sucesivamente encontrados asesinados.

18 de enero de 2005 – Dos muchachitos del barrio Drouilard, en Cité Soleil, tan pobres que no logran ni siquiera consumir una comida al día, son arrestados por soldados de la Minustah, sin ninguna razón, sin obviamente ningún mandato. Son Patrick D. de tan sólo 12 años y Raphael de 15 años.
Serían liberados sólo tras 6 larguísimos meses, transcurridos en las heladas y sucias cárceles haitianas, cuando el abogado Evel Fanfan, quien se había enterado de sus casos, se activaría gratuitamente por su excarcelación.
Junto con ellos obtendría la liberación de otros tres muchachitos en las mismas condiciones, pero los menores de edad, inclusive los niños como Patrick o hasta más pequeños, arrestados sin razón tanto por la policía como por la ONU, son muchos más.

¿La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de la infancia? Papel de reúso.

 


Este haitiano, totalmente enmascarado y vestido con el uniforme de las Naciones Unidas, ha sido contratado, como otros, por militares de la ONU para señalar, caminando por las calles de Puerto Príncipe, quién es un «bandido» (es decir, según su concepto, un sostenedor del Presidente Aristide) para arrestarlo y dejar que se pudra en la cárcel. Es una práctica intolerable que llevaría a la cárcel decenas de personas inocentes. (Foto HIP)

 
Después de la marcha del 28 de febrero de 2005, en la que al menos 5 personas son asesinadas por la policía, el alto representante del secretario de las Naciones Unidas, así como encargado de la misión, Juan Gabriel Valdés, declara:
«No podemos tolerar más sendas ejecuciones. No permitiremos abusos de derechos humanos. Los peacekeepers de la ONU van a intervenir hasta por la fuerza, si es necesario, si la Policía Nacional Haitiana ataca otra vez civiles desarmados».
Pero no será así.

 


Il gen. Heleno Ribeiro Pereira

Durante una marcha, el 29 de marzo de 2005, el Gral. Heleno Ribeiro Pereira es filmado por las cámaras mientras contesta a algunos haitianos que le reclaman la falta de protección: «La ONU no es la autoridad en Haití, la autoridad son el gobierno haitiano y la policía nacional haitiana»; a la contestación «pero son ellos los que nos están matando, son ilegales» contesta: «no generalicen, la policía es una institución legal en Haití. Deben respetar a la policía, usted es un hombre que no respeta la autoridad«. Luego se va.
La «no autoridad», el 25 de abril, pondrá bajo asedio Cité Soleil. Rodeados por las tanquetas, nadie podrá entrar ni salir sin ser controlado y correr el riesgo de ser asesinado.

Hay más: el 27 de abril, la policía mata a tres manifestantes.
El 31 de mayo de 2005, durante una operación conjunta entre policía y Minustah en Ciudad Soleil, dos personas son asesinadas, mientras que unas casas y el mercado de Bwa Neuf son incendiados.

 


Operación de la Minustah en Bwa Neuf

 

Entre el 2 y el 5 de junio de 2005, operativos de la policía cosechan 30 víctimas en el barrio de Bel Air. Testimonia Samba Boukman, exponente Lavalas, quien vive precisamente en Bel Air: «mientras los militares de la Minustah controlaban el perímetro de nuestro barrio, la policía y los paramilitares nos mataban y incendiaban nuestras viviendas.
El 4 de junio la policía quemó unas casas y arrestado a 22 personas. Los familiares acudieron a la comisaría esperando encontrarlos ahí, pero esperaron en vano. La camioneta de la policía se había parado en una callecita, donde había ejecutado a los 22 detenidos sumariamente».

Miércoles 6 de julio de 2005, Puerto Príncipe, Cité Soleil, a las 3 horas de la madrugada: entre 300 y 350 militares de las Naciones Unidas, fuertemente armados, rodean con sus vehículos blindados los barrios de Bwa Neuf y Drouilard, bloqueando cualquier vía de acceso.
Los habitantes testimonian que «las balas llegaban de todas las direcciones, hasta del cielo, de los helicópteros, lanzaban botes de gas lacrimógenos en nuestras casas y quien intentaba huir, era golpeado» […] «Disparaban dentro de las casas, disparaban a quien estaba yendo a trabajar, les disparaban a todos, pero nadie de nosotros estaba armado» […] «Ha sido una guerra contra toda la comunidad» […] «Han destruido nuestras casas (a menudo chozas de lámina y cartón), la escuela y la iglesia (el sacerdote está entre las víctimas)».

Una señora dice: «Volvía del trabajo a las 5 de la mañana, no pude ir a casa, me lo impidieron por horas, por fin llegué al mediodía: mi casa estaba destruida y mi marido yacía en un charco de sangre, me lo mataron, ahora ¿cómo le haré para mantener a mis hijos?» […] «¡Gracias, extranjeros, por lo que me hicieron!»

Finalmente, después de 7 horas de guerra unilateral se contaban 23 cadáveres, pero los habitantes lamentan más de 50 víctimas: muchas familias se apuran a sepultar como pueden a sus familiares, también por temor a retorsiones. Nadie tiene dinero para pagar los funerales. Otros cuerpos serán sepultados en una fosa común.

En el hospital de Santa Catarina, operado por Médicos Sin Fronteras, el único hospital que ofrece cuidados gratuitos, llegan 26 heridos, todos son niños, mujeres, ancianos. No hay hombres jóvenes, no van a que los cuiden en el hospital, temen «desaparecer»: ya ocurrió, aunque no en este hospital.
Jamás se sabrá cuánto de ellos son heridos, cuántos morirían sucesivamente por las heridas y las infecciones, así como jamás se sabrá cuántas fueron realmente las víctimas de este ataque conducido por las Naciones Unidas.
Los testimonios de los ciudadanos que sufrieron la agresión son mucho más creíbles que el relatado por los portavoces de la Minustah al tratar de justificar dicho ataque.

Los portavoces de las Naciones Unidas (principalmente el marroquí Eloufi Boulbars) sostendrán que se trató de un éxito: «sólo matamos a 6 bandidos, a nadie más» […] «abrimos fuego sólo para defendernos»; sucesivamente, frente a las evidencias, serán obligados a admitir que sí, tal vez hubo unos daños colaterales. Uno de sus informes internos, al enterarse de asociaciones de derechos humanos, reporta que durante siete horas los soldados de la ONU dispararon 22 mil balas. En cambio, se rehusarán reconocer haber ametrallado las casas también desde los helicópteros. Se quedan los enormes agujeros en los techos y los testimonios de quienes se encontraban bajo su fuego.

Ha sido una operación de guerra, planeada, realizada en contra de la población civil. Una evidente violación de cualquier convención internacional.

¿Cuál era el objetivo? Estan todos bajo mira

Unos meses antes el Gral. Ribeiro había declarado frente a una comisión del Congreso brasileño, refiriéndose en el específico a EU, Canadá, Francia, «estamos bajo una extrema presión por parte de la comunidad internacional a que empleemos la violencia. Yo comando una fuerza de paz, no una fuerza de ocupación. No estamos ahí para llevar violencia. No ocurrirá hasta que yo sea el encargado».
También en este caso no será así.
La presión no viene sólo de la «comunidad internacional», sino también de la elite local, esencialmente representada por Reginald Boulos, Charles Henry Baker, Jean-Claude Bajeux, André Apaid (todos dueños de sweatshops).
Pretenden acciones violentas contra los «bandidos» de Cité Soleil, pero sobre todo piden la cabeza de un joven, Emmanuel Wilmé.

Wilmé, 31 años, quien había asistido al asesinato de sus padres por mano de los militares de Cedras (dictadura de 1991 a 1994), esta vez se había armado, decidido a combatir contra el régimen y las fuerzas de ocupación. Era considerado por los habitantes un protector, uno que les infundía la fuerza de resistir, es decir una persona muy peligrosa para quien había querido y llevado a cabo el golpe.
La elite y la «comunidad internacional» ordenan y las «fuerzas de paz» ejecutan.

Durante esta acción militar, Wilmé es asesinado, así como 4 integrantes de su «banda». Cuentan unos testigos: «La casa de Wilmé no se puede alcanzar desde la calle, está en medio de otras casas y no hay calles donde puedan pasar vehículos.
Las casas que impedían el acceso a los tanques fueron destruidas, los soldados querían alcanzar a Wilmé a toda costa, hasta aventaron unos explosivos dentro de su casa: querían estar seguros que estuviese realmente muerto».6

 


Casas destuydas de parte de ataques militares (Foto HIP)

20 de agosto de 2005 – Durante un partido de fútbol en el barrio de Martissant, un grupo criminal, apoyado y armado por diversos integrantes de la policía, mata a machetazos y a balazos a decenas de personas mientras huyen aterrorizadas. A pocas cuadras está la Minustah, pero nadie se da cuenta de nada.
Volverán al día siguiente en el barrio adyacente de Gran Ravin a quemar casas y a terrorizar otra vez a la población. Serán definidos el «Lame Ti Manchet» (el ejército de los pequeños machetes).
La gente pide repetidamente protección a la ONU, pide patrullar las calles. El mandato prevé «proteger a los civiles bajo inminente ataque de violencia física». La ONU deja una sola tanqueta y sólo de día: no servirá de nada. Además, los soldados no se adentrarán a pie en las estrechas callecitas de los dos barrios. La protección es prácticamente negada.

Los miembros del «Lame Ti Manchet» serán arrestados sólo en la segunda mitad de 2007, durante operativos conjuntos de policía (ya en buena medida reformada) y la ONU. Mientras tanto, habrán tenido la oportunidad, sin ningún obstáculo de asesinar a 25 personas, desaparecer a otras 5, quemar 200 casas, asesinar el activista para los derechos humanos de Gran Ravin Bruner Esterne y el periodista Jean-Remy Bado.

El 1º de septiembre de 2005 el Gral. Heleno Ribeiro Pereira deja el comando militar de la misión, le sucede el Gral. Urano Teixeira Da Matta Bacellar.
También él recibe fuertes presiones para ocupar con la fuerza Cité Soleil, pero no está de acuerdo. El 6 de enero de 2006 tiene un encuentro muy duro con Reginald Boulos y con André Apaid.

El 7 de enero se halla su cadáver, con un disparo de arma de fuego a la cabeza, en su cuarto en el hotel Montana: suicidio es la versión inmediata y suicidio seguirá siendo la versión oficial. 7.

 

El 7 de febrero de 2006 se llevan a cabo las tan esperadas elecciones presidenciales. René Preval es el favorito. La Minustah tiene la tarea, según su mandato, de «coadyuvar el Gobierno de Transición en sus esfuerzos para organizar libres elecciones parlamentarias y presidenciales». Y efectivamente las elecciones se llevan a cabo sin accidentes y son relativamente regulares, excepto por el hecho que varias urnas llenas de miles de papeletas electorales a favor de Preval son robadas y tiradas en los basureros.
Quien debió controlar la regularidad evidentemente no cumple con su deber de la mejor manera. El hallazgo de las papeletas en los basureros desata la rabia de la población. Preval de todos modos se convierte en Presidente, aunque logra tomar posesión de su cargo sólo a mediados de mayo.8

22 de diciembre de 2006, Cité Soleil, barrio de Bwa Neuf, a las tres de la madrugada: 400 soldados brasileños con sus vehículos blindados lanzan un ataque masivo contra la población. Testigos hablan de una ola de fuego indiscriminado procedente de armas pesadas que siguió por casi todo el día.
El coordinador de la Cruz Roja, Pierre Alexis, cuenta a la Agence Haitienne de Presse que los soldados de la ONU impidieron a las ambulancias y a los médicos intervenir para socorrer a los numerosos heridos. Una enésima violación de las convenciones internacionales, pero a estas alturas las violaciones son tan numerosas que una más no cuenta nada, finalmente nadie jamás será llamado a responder de ellas.
El comandante militar en este periodo, responsable del ataque militar, es el general brasileño Jose Elito Carvalho de Siquiera.

 


Jonel Bonhomme, un muchacho de 16 años, fue herido de balas por parte de soldados brasileños y fue dejado agonizar sin que nadie pudiera llevarle socorro, debido a la prohibición de los soldados de las Naciones Unidas, como testimonia Pierre Alexis. Jonel, antes de morir, logra al menos describir a quien pudo alcanzarlo más tarde cómo los soldados abrieron fuego contra civiles desarmados de su barrio. Sus últimas palabras son un grave acto de acusación hacia las Naciones Unidas. (Foto HIP)

 

La señora Rose Martel, residente en Bwa Neuf, declaró a la agencia Reuters: «Vinieron aquí para aterrorizar a la población. No creo que hayan realmente matado a algún bandido, amén de que nos consideren a todos unos bandidos». El Bureau des Avocats Internationaux estimó más de 20 víctimas de dicha agresión, incluyendo a ancianos y niños.
Un médico estadounidense, quien acudió al lugar de la masacre, entrevistó a los sobrevivientes, quienes declararon que «un helicóptero de las Naciones Unidas sobrevolaba Cité Soleil y ametralló las casas de miles de personas».

La excusa oficial para justificar el ataque es la captura de los integrantes de bandas criminales que serían autores de la ola de secuestros que atormentan la capital: las acusaciones provienen de una poderosa campaña de los medios y de las presiones por parte de elementos de derecha y de la elite industrial.

Investigaciones demuestran que los autores de los secuestros son otros: el mismo jefe de la policía, Mario Andresol, admitió que elementos de la Policía Nacional están involucrados en muchos crímenes, incluyendo los secuestros. Otros secuestradores son estrechamente relacionados con la elite empresarial: en agosto de 2005 el hombre de negocios perteneciente a una rica familia, Stanley Nadal, fue arrestado, junto a 8 policías, por su participación en secuestros.

Lamentablemente, en un segundo momento el juez Peres Paul, famoso por sus vínculos con la dictadura de aquel entonces, lo excarceló, dejándolo libre de seguir cometiendo sus crímenes.
El periodista investigador canadiense Anthony Fenton había logrado demostrar la responsabilidad de Youri Latortue, nieto de Gerard Latortue y ahora senador, en diversos secuestros.9
Hasta el ex director central de la policía judicial, Michael Lucius, es implicado en estos crímenes.

Pese a que estos hechos son bien conocidos por todos, la plaga de los secuestros sirvió a la ONU para justificar el acto de guerra contra los ciudadanos de Bwa Neuf.
Los habitantes de Cité Soleil están convencidos (y es difícil no estar de acuerdo con ellos) que no se trató de una operación para combatir las bandas armadas, sino de un castigo colectivo a la imponente manifestación del 16 de diciembre para pedir el regreso del Presidente Aristide y el fin de la ocupación militar por parte de las Naciones Unidas.

 


«Minustah, por favor, den una posibilidad a nuestros hermanos de permanecer vivos en nuestras casas. Éste es nuestro país». Una petición, que no fue escuchada, dirigida a los soldados de la Minustah por parte de los ciudadanos de Cité Soleil. (Foto HIP)

 

En efecto, existen bandas criminales en Cité Soleil, son responsables de violencias, homicidios, violaciones, exactamente como las de los barrios más pobres de muchísimas ciudades en cualquier parte del mundo, particularmente en Estados Unidos, pero ¿quién podría tan sólo lejanamente imaginar de lanzar un ataque militar contra, por ejemplo, un suburbio de Nueva York?

Sin embargo, las bandas que operan en estos barrios son mucho más aguerridas y peligrosas de las de Cité Soleil. Pero en Haití, dominada por la brutalidad de las grandes potencias mundiales, todo lo que sería inadmisible en otro lado, está permitido, sin ninguna consecuencia si no para las víctimas.
Los responsables de la Minustah sostienen que esta acción (como las siguientes) fue concordada con el presidente Preval, pero es difícil creer que Preval haya ordenado un acto de guerra contra su propia población.
En efecto, su autoridad es limitada por un acuerdo suscrito en Nueva York el 22 de febrero de 2006 entre el ilegítimo Gerard Latortue y Juan Gabriel Valdés, entonces jefe de la Minustah.

Dicho acuerdo prevé una amplia autoridad de la Minustah sobre la policía haitiana, incluyendo:
a) el derecho de consultaciones antes de cualquier operativo de policía;
b) poder de veto en las ascensiones de policías;
c) acceso a todos los documentos de cualquier oficial o entidad relacionada con la policía;
d) poder de veto sobre cualquier acuerdo internacional que tenga cualquier relación con las fuerzas de policía haitianas.
Ni el jefe de policía, ni el Ministro de Justicia estaban al tanto de dicho acuerdo que afecta gravemente la soberanía nacional y demuestra un inmenso desprecio por los electores haitianos (se subraya que las elecciones presidenciales ya se habían llevado a cabo y Preval las había ganado, aunque todavía no había podido tomar posesión de su cargo), por la Constitución Haitiana y por su democracia.

El Presidente legítimo Preval no tendría razón de reconocer dicho acuerdo, siendo totalmente ilegal, pero es obligado políticamente a respetarlo. La Minustah pretende quedarse por lo menos durante la mitad o hasta todo el mandato presidencial y hay poco que Preval pueda hacer al respecto.
Con los escasos recursos de los que dispone y con el ejemplo de su antecesor, secuestrado y obligado a vivir en el exilio por la «Comunidad Internacional», su posición es muy débil.

A principios de enero de 2007 el Gral. Brasileño Carlos Alberto Dos Santos Cruz toma el cargo (en el que sigue a la fecha) de cuarto comandante militar de la misión.
Al tomar posesión, Dos Santos declaró «Tenemos la intención de trabajar de la misma manera en que hemos trabajado hasta ahora. Nada ha cambiado con respecto a nuestra misión y a nuestras tareas».
Unos días después, sus soldados matarán a tres niños: Boadley Bewence Germain, de 9 años, mientras estaba jugando en el patio de su casa; Stephanie Lubin, 7 años, y Alexandra Lubin, 4 años, mientras estaban durmiendo en su cama.
Cuenta Dario Germain, padre de Berhens: «les blancs (los soldados de la ONU desde hace mucho ya no son mencionados como tales, sino sólo como «los extranjeros», o bien, «les blancs», n.d.a.) estaban patrullando la calle con tres vehículos.
Eran aproximadamente las 10:30 horas y Berhens, después de alimentar las gallinas, se había sentado a jugar con un teléfono de juguete. Escuché un disparo y Berhens cayó al suelo».

La situación estaba tranquila, ningún grupo criminal se hallaba ahí esa mañana». Una vecina gritó a los soldados: «acaban de dispararle a un niño» y le contestaron «abrazaba un fusil».
El padre de las pequeñas Lubin, el Señor Mercius (cuya esposa está en el hospital, herida por las balas que mataron a sus dos hijitas), afirma: «No sé decirles cuántas balas perforaron los muros de nuestro hogar. Tuvimos que esperar que las calles fuesen seguras para acudir al hospital» […] «Había 4 tanques de las Naciones Unidas afuera d mi casa, los pude ver desde los hoyos en los muros. Ellos dispararon hacia mi casa. No puedo explicar por qué la Minustah estuviera disparando aquí, porque ellos tienen el control de esta área».

 


(Foto HIP)

 

La guerra mediatica de la Oficina de Prensa de la ONU

El 15 de febrero de 2007, el servicio de prensa de las Naciones Unidas publica un artículo en el que afirma haber transformado el «cuartel general» del jefe de una banda criminal en una clínica, después del operativo en su domicilio. El periodista canadiense Darren Ell se encuentra en Puerto Príncipe y decide ir a ver dicha clínica:

«Sabía que la Minustah había fotografiado unos médicos, pero no había entendido que estaban realizando una clínica totalmente funcional. Dos días después, fui a documentar una demostración donde se supone que existía esta clínica, pero no había nada. En las siguientes dos semanas, el servicio de prensa de la ONU ratificó las afirmaciones sobre la existencia de esta clínica, exactamente cada vez que los soldados realizaban arrestos masivos en Cité Soleil. El dos de marzo declararon que otros «cuarteles generales» de diversas pandillas habían sido convertidos en centros médicos o centros sociales. Visité y fotografié los domicilios de Evans, Amaral y Ti Brazil (tres jefes pandilleros, el primero arrestado, mientras que los otros dos dejaron la zona, n.d.a.), tres de los lugares donde supuestamente se ubicarían estos «centros sociales». No había nada.

Cuando lo notifiqué a la responsable de las relaciones con la prensa de la Minustah, ella afirmó que se había tratado de un malentendido. En efecto, declaró que la Minustah sólo había entregado unas botellas de agua y ofrecido un chequeo gratuito el día después de un operativo de 72 horas de duración y que había llevado a un arresto masivo (justo el tiempo de dejarse filmar por la prensa internacional, n.d.a.).
No obstante, la campaña de desinformación continuó.

La relación de la ONU lleva además al arresto, además de Evans, de 70 «sospechosos integrantes de pandillas», a los que en otras relaciones se les sigue definiendo como «presuntos bandidos» o «presuntos criminales».
Molesto por esta relación, decidí buscar otras informaciones acerca de este gran operativo que tuvo lugar durante mi estancia en el país. Con mi colega, Wadner Pierr (periodista haitiano, n.d.a.), entrevistamos a cuatro personas de Cité Soleil quienes lamentaban el arresto arbitrario de cinco de sus familiares, ocurrido sin ningún mandato, mientras se dirigían al trabajo o a la escuela: al principio no di crédito a estas afirmaciones, pero dos de los más famosos abogados defensores de derechos humanos, Mario Joseph y Brian Concannon, me confirmaron que la Minustah tiene la costumbre de arrestar personas sin ningún mandato.
Me pregunto cuántos de estos 70 presuntos integrantes de pandillas son civiles inocentes que se debilitan en deplorables condiciones en las cárceles haitianas.» 10


Foto Darren Ell – Un vehículo de la ONU patrullando una de las vías de acceso a Cité Soleil (2006)

Martes 3 de mayo de 2007 Mientras, a bordo de su motoreta, está recorriendo la calle para dirigirse a documentar un operativo de la Minustah en Cité Soleil, el bueno y valiente periodista Jean Ristil, autor de muchas fotos que aparecen aquí, es detenido por una patrulla de soldados brasileños, pese a que (o justo por esta razón) trae un gafete que lo identifica como periodista.
Los soldados lo rodean, le apuntan los fusiles y lo avientan con violencia dentro de una escuela que ocuparon para transformarla en una de sus bases.
«Dentro de la escuela había un hombre esposado: las tropas de la Minustah me preguntaron si se trataba de un bandido, pero yo dije que jamás lo había visto. Después, los soldados empezaron a golpearlo».

Tras registrar al periodista, uno de los soldados estaba por golpearlo, pero otro lo detiene, «no, es un periodista».
Después de cerca de 30 minutos, los soldados traen a otro hombre, quien había sido golpeado. «Los vi golpearlo con un fusil», dice Ristil. El hombre, quien lleva colgando del cuello un gafete que lo identifica como guardia de la clínica Chapi, pide que se le aflojen las esposas que le están apretando las muñecas y le responden que si lo pide otra vez, recibirá unos golpes.

Mientras tanto, afuera de la escuela-cuartel se reunió una multitud pidiendo la liberación de Jean Ristil, quien por fin es liberado, mientras que jamás se sabrá nada de la suerte de los dos hombres que estaban con él. Afuera encuentra su motoreta muy dañada por los soldados.
«Ahora estoy seriamente preocupado, si no hubiese estado nadie aquí alrededor, no sé qué me habría pasado». Era el 3 de mayo, el día mundial de la libertad de prensa», recuerda Jean.

Por dos veces en las últimas semanas, Ristil, mientras manejaba su motoneta, fue alcanzado por los tanques de los soldados de la ONU, quienes se habían posicionado detrás de él, con la evidente intención de intimidarlo.
Durante la dictadura de Latortue, Jean Ristil fue arrestado dos veces: la primera en septiembre de 2005, junto al periodista Kevin Pina, y la segunda en noviembre de 2005, cuando la policía le pegó brutalmente para obligarlo a entregar las fotos que retrataban el resultado de los violentos operativos realizados por la policía y la ONU en Cité Soleil (fotos que Ristil se rehusó entregar)11.
Ahora que en Haití hay un Presidente legítimo y que la policía está lentamente volviendo a ser una institución legal y correcta, los que constituyen una amenaza para su seguridad y la libertad de prensa son increíblemente los soldados de la Minustah.

Este hecho fue dado a conocer a la opinión pública porque el periodista Ristil lo testimonió, pero ¿cuántas otras personas que recorrían tranquilamente las calles de Citè Soleil fueron de repente detenidas y golpeadas por los soldados de la ONU, sin que nadie jamás haya sido informado de ello?

12 de agosto de 2007 Desaparece Pierre-Antoine Lovinsky, 12famoso activista de derechos humanos y fundador de la «Fondason Trant Septanm» (Fundación Treinta de Septiembre, por la fecha del golpe de estado contra Aristide de 1991). Lovinsky es una persona muy conocida, tanto en su país como en el extranjero.
Ni la policía, ni la ONU, que la controla, jamás harán nada para entender qué suerte le tocó a Lovinsky y quiénes son los responsables de su desaparición.
A distancia de más de un año, sobre su caso sigue existiendo un pesado silencio: al contrario, se alzan cada vez más las voces de las asociaciones de derechos humanos en todo el mundo y se multiplican los llamados de la esposa, quien escribió hasta al Presidente brasileño para pedir que la ONU haga algo.

 



Este hombre, en evidentes buenas relaciones con los soldados de la ONU, fue fotografiado el 10 de agosto de 2007 en Cap Haitien por un miembro de la delegación que acompañaba a Lovinsky.
El mismo miembro de la delegación (cuya identidad no fue revelada, por obvias razones) declaró que Lovinsky, en cuanto vio a esta persona, se alejó rápidamente, muy preocupado, declarando que su vida era seriamente amenazada. Luego afirmó que este hombre formaba parte del personal de la Embajada de Estados Unidos.
La persona retratada en esta foto nunca ha sido identificada, aunque no habría sido una tarea muy difícil.13

2 de noviembre de 2007: Sri Lanka repatría a 111 soldados y 3 oficiales (parte de un contingente integrado por 950 militares), acusados de violencias sexuales y lenocinio, sobre todo infantil. Asociaciones de mujeres llevan tres años denunciando estos crímenes cometidos por soldados de la ONU, seguramente no sólo cingaleses, pero jamás se emprenden acciones «por falta de pruebas». Sri Lanka, tras enviar investigadores, por fin decide tomar medidas al respecto.

Los soldados de la ONU no están bajo la jurisdicción de los países en los que se encuentran, sino a la de los países de procedencia. El gobierno de Sri Lanka aseguró que emprendería más investigaciones y que si las acusaciones son comprobadas (¿cómo?), los militares repatriados serán perseguidos según la ley.14

Del 2 al 7 de abril de 2008: miles de haitianos (5 mil sólo en Les Cayes) manifiestan en todas las mayores ciudades debido al incontrolado aumento de los precios de los géneros alimenticios de primera necesidad, en algunos casos hasta con violencia (o desesperación). Mientras que la policía dispersa a los manifestantes utilizando los gases lacrimógenos, los soldados de la Minustah, uruguayos, disparan contra la multitud matando a 5 personas.

28 de abril de 2008 Un soldado nigeriano, Nagya Amino, muere asesinado de un disparo de arma de fuego. Nadie sabe quién y por cuál razón perpetró este homicidio. En menos de media hora sus compañeros (4 ó 5) bajan de su tanque y se vengan con los indefensos pequeños comerciantes del cercano mercado de Petion Ville. Los soldados matan a 3 personas, hieren un número indefinido e incendian todos los puestos.
Los cadáveres de los tres asesinados son desaparecidos por los soldados y jamás serán reencontrados, ni siquiera en la morgue. 263 familias, que trabajaban en los puestos del mercado, pierden todo lo que tienen y que les permitía sobrevivir.

6 de agosto de 2008 Dos agentes de policía de la comisaría de Cité Soleil, Bien Aimé Jonson y Ronald Celly, son brutalmente golpeados por una docena de cascos azules brasileños tras rehusarse mostrar su documento de identificación, pese a que policías y soldados compartan los mismos locales.
Los dos agentes, heridos de gravedad, son trasladados de urgencia al hospital.
La pronta intervención del jefe de la comisaría, Rosemond Aristide, evita que los nombres de los dos agentes vayan a sumarse a la interminable lista de los asesinados por mano de los «soldados de paz». 15


La terrible actualidad y un futuro de laboratorio militar

Emergencia humanitaria es la Palabra en Haiti. Tres uragani tre uragani, Gustav, Hanna e Ike y una «tempesta tropical» en pocos dias entre agosto y setiembre 2008, han destruido totalmente Haiti, el Pais mas pobre del Continente Americano. Estos desasestres naturales son heridas que se suman a lacritica situacion democratica de la nacion caraibica, en un sistema democratico que fallece en muchas cosas.

El actual Representante Especial del Secretariado General de la ONU, así como Jefe de la Misión es el tunecí Hédi Annabi.
El Comandante militar de la misión sigue siendo el general brasileño Carlos Alberto Dos Santos Cruz.

El nuevo Primer Ministro, cuyo cargo acaba ratificarse, es la Señora Michèle Duvivier Pierre-Louis: economista y periodista, es directora de Fokal, brazo del Open Society Institute del especulador millonario estadounidense George Soros, es decir el que financió y fomentó, entre otras cosas, el golpe de estado contra hevarnadze en Georgia (para más informaciones sobre las relaciones Soros-Haití,http://www.caribbeannetnews.com/news-8821–7-7–.html).

Las cárceles haitianas están repletas de prisioneros, detenidos sin ninguna orden de arresto y sin jamás haber podido encontrar a un juez: algunos están recluidos desde hace años, todavía desde 2005, mientras que la mayoría son el resultado de los arrestos masivos realizados por la Minustah, particularmente en Cité Soleil.

Ningún ciudadano jamás ha visto un centavo de indemnización: las viviendas, las escuelas, las iglesias destruidas durante los operativos de la Minustah siguen siendo cúmulos de escombros, así como las doscientas casas de los paupérrimos habitantes de Gran Ravin, quemadas por integrantes del Lame Ti Manchet.

La ciudad de Gonaives fue dejada por la ONU, durante su operativo de soporte al régimen de Latortue, en manos de las pandillas que la habían ocupado desde enero de 2004, permitiendo a Wilfort Ferdinand de gobernarla, como un feudo personal.

Durante dicho periodo se persiguió al que estuviese vinculado de alguna manera con los Lavals , mientras los soldados de la ONU se quedaban viendo. Esto cambió cuando Ferdinand admitió públicamente haber recibido recursos y armas de diversos integrantes de la comunidad de negocios y de la «oposición política» a Aristide. Ferdinand fue arrestado de inmediato y hasta la fecha permanece en la cárcel, mientras que su compañero, jefe del «Frente de Resistencia de Gonaives», Guy Philippe, está obligado a esconderse, tras confirmar las declaraciones de Ferdinand.

Desde entonces, la DEA envió dos veces (en marzo y en julio de 2007) a sus agentes a «capturar» a Guy Philippe (violando la soberanía nacional haitiana), ya que de repente se dio cuenta de que se trata de un «peligroso» narcotraficante y en estas dos ocasiones Philippe logró huir.
Que este personaje tenga las manos manchadas de sangre y que sea un narcotraficante no es seguramente una novedad, es un hecho notorio desde hace años, desde mucho antes que el 2004, pero entonces servía a Estados Unidos para poner en escena la «rebelión espontánea» contra Jean-Bertrand Aristide y por eso fue adestrado, financiado, armado.
Ahora que se ha vuelto un personaje incómodo por todo lo que podría contar acerca de la participación de EU en el golpe, la consigna es callarlo con cualquier medio.16

Actualmente los soldados argentinos y paquistaníes controlan Gonaives. Los paquistaníes están involucrados en un escándalo por lenocinio (si así se puede definir: jóvenes mujeres, niñas y niños no tienen otra cosa más que su propio cuerpo para vender y así sobrevivir, reciben un poco de comida o unos dólares mientras que los soldados se aprovechan ampliamente de ellos): no resulta que haya sido emprendida ninguna acción en su contra.

En el Plateau Central, 17 la ONU es inexistente: víctimas y victimarios siguen viviendo codo a codo y las víctimas siguen arriesgando su vida, sobre todo por las denuncias que valientemente presentaron.
Se concluyó en mayo de este año la investigación (suspendida durante la dictadura) sobre el asesinato del reportero español Ricardo Ortega, quien fue matado junto a cuatro haitianos.
Sobre este homicidio se habían movilizado de inmediato los órganos de información para sostener su tesis, según la cual dicho crimen había sido obra de esos «asesinos de los Lavalas, quienes oprimen cualquier libertad de prensa».
La bala que mató al periodista provenía de un arma en dotación al ejército de Estados Unidos, hecho corroborado ya unos días después de la autopsia realizada en España, por lo tanto muy claro tanto a los familiares como a las autoridades españolas.

Cada haitiano que, de vez en vez, había sido acusado del homicidio, ha sido plenamente absuelto. El que mató al periodista y a los cuatro haitianos es un soldado de la «fuerza multinacional», como habían denunciado de inmediato los testigos18.
La policía ha sido lenta y arduamente reformada, gracias también al trabajo del Jefe de la Policía, Mario Andresol. Los elementos más violentos han sido expulsados, cediendo el paso a nuevas generaciones.

Puerto Príncipe:
En el barrio de Bel-Air, donde hay una fuerte presencia de tropas brasileñas, el incansable trabajo de Samba Boukman llevó a una pacificación. Los integrantes de las pandillas se han adherido al plan de Desarme y Reintegración (DDR – véase mandato ONU), que en cambio ha sido negado a los integrantes de las pandillas de Cité Soleil. ¿Por qué? No se sabe.
Hay que recordar que la mayoría de los militantes Lavalas, opositores al régimen de Latortue antes y a la ocupación ONU ahora han sido asesinados o arrestados, o bien viven todavía en clandestinidad.

Cité Soleil:
Después de la represión masiva, las tanquetas de la ONU espaciaron un poco sus patrullajes, aun estando siempre presentes.
El USAID, (United States Agency for International Development), que cuenta con recursos financieros ilimitados, depende directamente del Departamento de Estado de Estados Unidos, está operando en diversas zonas de la ciudad prohibida y usa sus propios recursos para corromper y crear una red de informadores para controlar la zona e informar a su propio «patrón». De manera similar están operando otras ONG’, rigurosamente extranjeras.19

Las inveriones de el Pentagono
El 23 de agosto de 2008, desde los ciudadanos de Cité Soleil, a través de la asociación de derechos humanos AUMOHD, llega la información que una amplia zona que comprende 155 viviendas privadas y otros edificios, incluyendo una iglesia, todas dañadas por los operativos militares de la Minustah, ha sido cercada y las construcciones abatidas, sin ninguna indemnización para los propietarios.

Una expropiación ilícita realizada ni por el Estado Haitiano, ni por la Minustah, sino por la Dyncorp, famosa sociedad que enlista a mercenarios al servicio de Estados Unidos para enviarlos a medio mundo (están en 30 países), donde quiera que EU realice una guerra o fomente conflictos.
Nadie hasta ahora ha dado respuestas a los ciudadanos expropiados, ni sobre sus indemnizaciones, ni sobre el fin de esta operación. Los recursos provienen del USAID.
La Dyncorp, el USAID, la Minustah, las autoridades haitianas callan, pero la mera presencia de la Dyncorp en Cité Soleil debe despertar una profunda alarma.
El 2 de febrero de 2007, Estados Unidos destinó veinte millones de dólares para la «pacificación de Cité Soleil», que se añaden a los 800 millones de dólares ya gastados o destinados desde 2004 hasta 2007 para Haití.20
El artículo publicado en haitiaction.net por parte del Haiti Information Project, «Pentagon’s troubling role in Haiti», denuncia que estos 20 millones de dólares son manejados directamente por el Pentágono: considerado que la población ni vio ni un centavo de esta cifra y que las condiciones de vida han gravemente empeorado, ¿para quiénes están destinados los recursos y para hacer qué?

 


Demostración del 9 de noviembre de 2006 en Cité Soleil para pedir el fin de la ocupación por parte de la Minustah. Foto: Wadner Pierre

 

Pese a la feroz represión, las manifestaciones para pedir el fin de la ocupación militar y el regreso de Jean-Bertrand Aristide son cada vez más numerosas, hasta en el extranjero.
El 29 de febrero, en el cuarto aniversario del golpe, manifestaciones y acciones de solidaridad se llevaron a cabo en todo el mundo: desde Johannesburgo a Kigali (Rwanda), de Georgetown (Guyana) a Dublín y en Londres, además de numerosas ciudades de Estados Unidos y de Haití.
El 15 de julio, fecha de nacimiento de Jean-Bertrand Aristide, decenas de miles de personas invadieron pacíficamente las calles de Puerto Príncipe para pedir el regreso a su país de su Presidente, regreso hasta hoy impedido por el veto de Estados Unidos.

 

No todas las Americas callan
A principios de marzo de 2006, durante un encuentro entre el presidente haitiano recién elegido, René Preval, y el presidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva, éste último declaró:
«Estamos al servicio de la voluntad de las Naciones Unidas y estamos subordinados a la voluntad del pueblo haitiano y al gobierno de Haití. Cuando nos digan basta, volveremos a Brasil con las conciencias limpias y la certidumbre de un trabajo bien hecho».21
El presidente brasileño evidentemente no está consciente de que muchos de sus connacionales no se siente para nada con la conciencia tranquila: el 7 de febrero, miles marcharon en el centro de Río de Janeiro para pedir el inmediato retiro de las tropas de Haití.

El Orden dos Advogados do Brasil condujo una misión de observación en Haití a finales de junio de 2007, concluyendo que la Minustah está desarrollando un papel violento y represor que no puede definirse como «acción humanitaria». Anderson Bussinger Carvalho, el abogado responsable de la relación, pidió el retiro de las tropas brasileñas. «Concluí que la presencia de las tropas brasileñas no es humanitaria. Es una operación estrictamente militar. Haití tiene una historia de ocupaciones militare y Brasil debe cesar de desarrollar un papel en esta historia».22
Raúl Zibechi sostiene (véase el artículo sobre este sitio «La militarización de las periferias urbanos»):
«Fuentes del Ejército confirmaron que las técnicas adoptadas en la ocupación de la favela Morro da Providéncia son las mismas usadas por las tropas brasileñas en la misión de paz de las Naciones Unidas en Haití.
Este reconocimiento de las fuerzas armadas de Brasil explica en gran parte el interés nutrido por el gobierno de Lula da Silva a que las tropas de su país sigan en la isla caribeña: se trata de poner a prueba estrategias de contención en los barrios pobres de Puerto Príncipe (capital de Haití), estrategias que fueron planeadas para ser adoptadas en las favelas de Río de Janeiro, São Paulo y otras metrópolis».

Entonces, Haití como entrenamiento para acciones de represión en las zonas más pobres de las ciudades brasileñas. 

La prestigiada revista médica británica «The Lancet» estimó 8 mil muertos por asesinato durante los años 2004-2005 (en 22 meses), sólo en el área de Puerto Príncipe, víctimas de la brutalidad del régimen que la Minustah ha servido, colaborando activamente a esta masacre.

El presupuesto anual de la misión asciende a 535 millones de dólares. 4 años costaron ya el 50% más de toda la deuda exterior del país (1 billón y 400 millones de dólares).
Haití está obligada a utilizar el 22% de su presupuesto anual para gasto público para enfrentar la absurda deuda exterior, mientras que su población se está muriendo de hambre: en los últimos 4 meses en nivel de pobreza ha paulatina y dramáticamente empeorado.

El presidente de Brasil, así como sus homólogos de Argentina, Chile y demás países involucrados, no tiene la menor intención de poner fin a una misión equivocada e ilegal y quiere seguir operando al servicio del poderoso vecino, Estados Unidos.

El mandato tiene como término el 15 de octubre de 2008, pero será prorrogado nuevamente: el 20 de mayo el senado chileno, a petición de la presidenta Michelle Bachelet, aprobó la permanencia de sus tropas en Haití por otros doce meses.23
Unos problemas más podría tenerlos el presidente brasileño Lula da Silva, cada vez más cuestionado por sus propios ciudadanos y por miembros del parlamento, hasta por mismos compañeros de partido, que multiplican las mociones para pedir el retiro de las tropas. La carta abierta del activista haitiano David Josué, y su gira en Brasil, despertaron en el país mucha atención y crecientes protestas.

Ésta es la más violenta, brutal, servil misión que hasta la fecha las Naciones Unidas hayan logrado organizar. Los integrantes del Consejo de Seguridad, los responsables de la misión, primero de todos Brasil, y los países que lo integran (son 40), traicionaron la Carta de las Naciones Unidas, el espíritu y la voluntad de los fundadores de las Naciones Unidas, el pueblo haitiano.

La paulatina deslegitimación de la ONU, de la desastrosa misión en la ex Yugoslavia hasta el encubrimiento de los bombardeos de la OTAN en Serbia y Kosovo, de la vergonzosa huida de Rwanda a los operativos a exclusivo servicio de las diversas potencias (Costa de Marfil, Haití), no es casual, sino persigue la voluntad de EU y de sus países lacayos, de Canadá a Europa, de quitarle a la ONU cualquier poder para suplantarla con la cada vez más agresiva potencia militar de la OTAN, reduciendo la Asamblea General de las Naciones Unidas, verdadera y única representación de los gobiernos de todo el mundo, a una reunión de fantoches.

Es difícil entender por cuál razón tantos países, algunos de los cuales potenciales futuras víctimas justo de la violencia de la OTAN, se presten a senda operación.

 

 


NOTAS:

Los hechos aquí reportados son sólo una parte de las violencias perpetradas por los soldados de la Minustah, los que por diversas razones han sido mayormente documentados. Mencionar a todas las víctimas equivaldría a redactar un boletín de guerra, incompleto, ya que nadie sabe realmente cuántos fueron asesinados, cuántos heridos y cuántos encarcelados ilegalmente.

 

DOCUMENTAZIONE: Muchos hechos y testimonios son documentos filmados por el periodista Kevin Pina, quien trabaja para el Haiti Information Project, con la colaboración de Jean Ristil y de muchos otros y ahora forman parte de su película «We must kill the bandits», un documento que es y seguirá siendo un testimonio único de estos años en Haití, de el golpe de 2004 a las violencias de la policía y de los soldados de la ONU, a la Resistencia Haitiana.
.
http://www.haitiinformationproject.net/


Notas:

1. http://www.minustah.org/res/res1529.pdf

2. http://www.un.org/french/aboutun/charte/index.html

3. http://www.minustah.org (sito ufficiale della Minustah)

4. http://www.un.org/Depts/dpko/missions/minustah/mandate.html

5. Il partito di Jean-Bertrand Aristide

6. «The UN’s disconnect with the poor in Haiti» luglio 2005 http://www.haitiaction.net/News/HIP/12_25_5/12_25a_5.html

7 http://www.haitiaction.net/News/HIP/1_7_6/1_7_6.html

8 http://www.selvas.org/newsHA0106.html

9. http://www.zmag.org/znet/viewArticle/5961

10. «The UN is misleading the public regarding its role in Haiti» di Darren Ell

http://www.dominionpaper.ca/articles/1182 

11. «MINUSTAH Intimidates Journalist on World Press Freedom Day» di Judith Scherr

http://www.dominionpaper.ca

12. http://www.selvas.org/newsHA0307.html

13. http://www.margueritelaurent.com/pressclips/LovinskyUN.html

14. http://www.zmag.org/znet/viewArticle/6809

http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/6195830.stm

http://afp.google.com/article/ALeqM5jv1Dg19IGQjacW3GTAozDzgm43iQ

http://uk.reuters.com/article/worldNews/idUKN0259118620071102

15 .http://www.lenouvelliste.com/article.php?PubID=1&ArticleID=60840&PubDate=2008-08-06

16.http://www.margueritelaurent.com/pressclips/philippeDEA.html#real

17. http://www.selvas.org/newsHA0407.html

18. http://www.larioja.com/20080510/espana/juez-haiti-concluye-periodista-20080510.html

http://weeklynewsupdate.blogspot.com/2008/05/wnu-946-us-blamed-in-reporters-death-in.html

19. da Kevin Pina

20. http://www.state.gov/r/pa/prs/ps/2007/february/79748.htm

21. http://english.people.com.cn/200603/14/eng20060314_250473.html

22.Dall’intervista al giornale «A Folha de São Paulo» 4 Settembre 2007

23. http://www.reliefweb.int/rw/RWB.NSF/db900SID/LRON-7EUBZ9?OpenDocument&rc=2

 

Para profundizar:

 

«Time For Lula to Stop Doing Bush’s Dirty Work in Haiti»
di Ben Terrall

http://www.counterpunch.org/terrall03312007.html

 

«U.N. Troops Accused of Human Rights Violations in Haiti»
Maria Luisa Mendonça, Americas Program, Center for International Policy,
http://www.worldpress.org/Americas/3056.cfm

 

«UN whitewashes massacre amid fears of new attack in Haiti«
A cura dell’Haiti Information Project
http://www.haitiaction.net/News/HIP/1_11_6/1_11_6.html

«Naje Pou Soti» di Brian Concannon Jr.
http://www.haitiaction.net/News/BC/3_7_6/3_7_6.html «UN Accused of attacking hospital in Haiti»
http://www.zmag.org/znet/viewArticle/4585

 

«We Must Kill the Bandits!»
Lula’s Troops in Haiti
di Ben Terrall http://www.counterpunch.org/terrall11172004.html

 

«Thousands march in Haiti demanding end to reign of terror»
di Dave Welsh

 

«Haiti Deserves Better from the United Nations«
di Alex Diceanu

 

«Haiti’s children die in UN crossfire»
Di Sandra Jordan – The Observer

«U.N.’s Deadly Legacy in Haiti – ‘Peacekeepers’ aid coup supporters, suppress the poor»

di Ben Terral – http://www.globalpolicy.org/security/issues/haiti/2007/0207deadly.htm 

«Shredding Haiti’s Constitution: UN Betrayal in Port au Prince»

di Sasha Kramer

«MINUSTAH accused of second massacre»

http://www.haitianalysis.com/politics/minustah-accused-of-second-massacre  

«Haiti: Revelations of UN’s role in massacres»

http://www.haitiaction.net/News/HIP/1_29_7.html

 

U.N. «Peacekeeping» Soldiers Launch Brutal Attack on Haitian Street Vendors

di Seth Donnelly – Dissident Voice

 

«The UN’s lethal role in Haiti, Ivory Coast»

di G. Dunkel

http://www.workers.org/2006/world/un-0202/

 


Alma Giraudo, investigatriz indipendiente, mantiene vivas las crónicas «invisibles» de Haití.

E-mail alla redazione: [email protected]

 Traduzione dall’italiano di Clara Ferri