Recomiendo:
0

Discurso del vicepresidente del Consejo de Estado con motivo de la adhesión de Honduras al ALBA

El ALBA fue una inspiración, luego un proyecto, hoy es una esperanza

Fuentes: Cubadebate

Presidente Hugo Chávez, Comandante llanero, batallador infatigable de la justicia y la solidaridad. Presidente Evo Morales, indiscutible líder de los indios de América, exponente máximo de lo más puro del noble pueblo boliviano. Presidente Guerrillero Daniel Ortega, no has dejado un solo momento de estar al lado de la Revolución cubana. Respetado y apreciado Presidente […]

Presidente Hugo Chávez, Comandante llanero, batallador infatigable de la justicia y la solidaridad.

Presidente Evo Morales, indiscutible líder de los indios de América, exponente máximo de lo más puro del noble pueblo boliviano.

Presidente Guerrillero Daniel Ortega, no has dejado un solo momento de estar al lado de la Revolución cubana.

Respetado y apreciado Presidente de Honduras, José Manuel Zelaya.

Delegaciones aquí presentes.

Pueblo hondureño.

Compatriotas de la Gran Patria Latinoamericana.

En 1878 luego de diez años de heroica lucha sin poder conseguir el sueño de la independencia de Cuba, los patriotas cubanos se dispersaron por el Caribe, Centroamérica y otras naciones. Para muchos y para los más brillantes jefes de aquella epopeya, Honduras fue Patria, hogar, remanso. Aquí encontraron aliento, apoyo, amistad, amor.

Los cubanos fueron aquí obreros, intelectuales, destacados profesionales, funcionarios públicos, jefes militares.

Gómez y Maceo, los más brillantes jefes de aquella guerra, vivieron en esta tierra que los acogió como hijos; aquí dieron calor a sus familias, sellaron su amistad, conspiraron y soñaron juntos por la independencia de Cuba.

El primer plan para regresar a la Patria, retomar las armas y reiniciar la lucha, ideas que Gómez y Maceo nunca abandonaron, fue elaborado por ellos aquí en suelo hondureño y pasó a la historia como el Plan de San Pedro Sula.

Antonio Maceo, el más conocido jefe militar cubano, fue en Honduras Jefe de la Comandancia Militar de Tegucigalpa, Comandante de los puertos de Puerto Cortés y Omoa, y General de División del Ejército hondureño.

Maceo había sido un joven arriero que con 23 años se unió a las luchas por la independencia y transcurrido un año, por méritos de guerra ostentaba el grado de Teniente Coronel. Al morir 28 años después tenía 26 heridas de balas en su cuerpo. De él Martí había dicho que tenía «tanta fuerza en la mente como en el brazo».

Aquí en Honduras, Maceo escribió una frase que ha trascendido a todas las generaciones de cubanos: «Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha».

Y en carta de despedida del pueblo hondureño sentenció: «La Patria soberana y libre es mi único deseo, no tengo otra aspiración».

Al hermano pueblo de Honduras expresamos hoy nuestros más sinceros sentimientos de amistad, cariño y fraternidad, que vienen de aquellos no tan lejanos años.

Hoy 394 trabajadores cubanos de la salud, de la educación y de otros sectores, viven y trabajan aquí entre ustedes, haciendo latir sus corazones junto al de ustedes. Porque «la fraternidad -nos enseñó Martí- no es una concesión, es un deber».

LA SOLIDARIDAD HACE CRECER

Hace crecer brindar solidaridad, por modesta que sea, y le damos las gracias al pueblo hondureño por esta oportunidad. Cuando recupera la sonrisa un niño hondureño, cuando una vida es salvada, cuando la Mosquitia hondureña no teme a la muerte, porque en su Hospital hondureños y cubanos luchan por la vida, cuando médicos cubanos se sumergen en las entrañas de Honduras y llegan hasta la etnia Tawahka, cuando un hondureño descubre las letras y el saber, sentimos que somos hermanos y que vale la pena vivir y luchar.

En tres centros oftalmológicos 24 541 hondureños han sido operados y han dejado ya las tinieblas; 332 médicos y trabajadores de la salud en las zonas más intrincadas de todos los departamentos, andan mochila al hombro devolviendo salud y sembrando esperanzas.

Seiscientos cincuenta jóvenes hondureños se han graduado en Cuba y 853 estudian hoy en universidades cubanas, de ellos 555 la carrera de Medicina, y no para hacerse ricos del dolor ajeno, sino para ir allí donde esté el dolor, a compartirlo, a mitigarlo, a sufrirlo, porque la medicina más que una profesión, es un sacerdocio.

Para el médico del ALBA el enfermo no es un cliente, es un paciente, el enfermo no es su modo de vida, sino su razón de vivir. El nuevo médico no gana dinero, gana vidas y es, también, un educador moral y social con el ejemplo de su propia vida.

Los proyectos del ALBA alentarán al contingente cubano de médicos y trabajadores de la salud, permitirán duplicar los trabajadores de la educación para extender el programa de alfabetización a todo el país y que en poco más de un año no quede en Honduras un solo analfabeto.

¿Se trata de ayuda? No, no es ayuda; ¿se trata de servicios que deben ser remunerados? No, no deben ser remunerados.

Entre los patriotas cubanos que aquí vinieron a vivir después de 1878, estuvo el Dr. Eusebio Hernández, que aceptó ser Director del Hospital de Tegucigalpa y Profesor de la Escuela de Medicina de esta ciudad con una sola condición: la de no recibir remuneración alguna y así con esa única condición, la de no recibir recompensa material alguna, es que viven y trabajan aquí los médicos cubanos, los maestros cubanos.

Y es que el ser humano es capaz de atesorar los más altos grados de generosidad, nobleza, bondad y solidaridad, que puedan imaginarse.

Creemos en esos valores y en esos sentimientos y en ellos se sustenta el ALBA, la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América.

El ALBA fue una inspiración, luego un proyecto, hoy es una esperanza.

La inspiración fue de Chávez, el proyecto de Chávez y Fidel, la esperanza de todos nosotros.

UN VERDADERO MODELO

El ALBA es el verdadero modelo de integración latinoamericana.

Integración de los pueblos, no solo de los mercados, el ALBA es complementariedad, no competitividad, promueve la solidaridad, y rechaza los estrechos egoísmos nacionales, es comprensión de las diferencias y atención diferenciada a los más vulnerables.

El ALBA es situar al hombre como destino y razón de todos los empeños y no víctima del mercado, la avaricia y la ambición; el ALBA no necesitará pactos militares, porque el ALBA es un juramento de hermandad.

Hoy podemos hablar no solo de las ideas que sostienen el ALBA, sino ya también de proyectos concretos y realizaciones palpables.

· Más de un 1 300 000 latinoamericanos han sido operados y han recuperado la visión. El libre mercado los había condenado a la oscuridad.

· 3 250 000 latinoamericanos han sido alfabetizados.

· 6 693 médicos ya graduados y más de 40 000 médicos en formación.

· 125 000 barriles diarios de petróleo destinados a 13 países en condiciones altamente preferenciales.

· ALBA-Alimentos, Banco del ALBA, Empresas Grannacionales, en proceso de formación.

Algo debe decirse porque como dijo Martí «se ha de vivir y morir abrazado a la verdad».

El ALBA ha sido posible gracias a la Revolución Bolivariana y a su Presidente, Hugo Chávez.

Nuestra América, la de Bolívar, la de Martí, la de Fidel, la del Bravo a la Patagonia, es hoy removida en sus cimientos por vientos de esperanza y de justicia.

Que no nos sorprenda dormidos, este nuevo amanecer.

Compañeras y compañeros:

Por más de 30 años, desde los primeros días de la Revolución triunfante hubo silencio político entre Cuba y Honduras. Sin embargo las voces de nuestros pueblos no pudieron ser silenciadas por los acólitos del imperio, ni pudieron ser desatados los lazos históricos de hermandad y fraternidad.

Nuestros pueblos y gobiernos se unieron en un abrazo solidario cuando usted, Presidente José Manuel Zelaya Rosales, visitó La Habana en octubre del 2007.

Reciba como recuerdo de este día histórico en el bregar común por la unidad latinoamericana, este cuadro del General Antonio Maceo, vistiendo el uniforme del Ejército de Honduras.

Muchas gracias.