Traducido del ruso para Rebelión Por Josafat S. Comín
Todos nosotros somos fruto de nuestra infancia. Todos hemos sido niños. Aquellos, cuya infancia transcurrió en los años del Poder Soviético, recuerdan bien que los niños eran la única clase privilegiada en la URSS.
La maternidad gozaba de prestigio y respeto, cada familia sabía que a su recién nacido le esperaba una vida digna. Desde el momento del nacimiento las fuertes y cálidas manos del país soviético apadrinaban y cuidaban a su nuevo ciudadano.
Las guarderías y jardines de infancia tenían un precio simbólico. La salud y la educación eran gratuitas. Los Círculos técnicos y los colectivos artísticos, los palacios de pioneros, no solo cubrían las necesidades de ocio, sino que desde temprana edad ayudaban a desvelar el talento de los niños, descubriendo su potencial para la ciencia, el deporte de competición o la inclinación artística. Los campamentos de pioneros se levantaban en los parajes más hermosos de nuestro país, garantizando a todos los niños el descanso y desarrollo.
Cada familia sabía, que la puerta a la educación superior para su hijo se la abriría su talento y su capacidad y no el grosor de la billetera paterna. Cada familia sabía, que ante su hijo adolescente se abrían todas las posibilidades; que podría elegir el trabajo que más le atrajese y para el que estuviese más capacitado, que tendría acceso a la vivienda, que podría crecer profesionalmente, que tendría todo lo imprescindible para una vida digna.
Privando a la gente de lo principal: la confianza en el día de mañana, la seguridad en el futuro de sus hijos, los «demócratas» han socavado la situación demográfica en le país.
Ya no valen las medias tintas, ni prometer el oro y el moro. Las concesiones del régimen gobernante no podrán enderezar la situación. Rusia continuará muriendo, mientras no se recuperen las conquistas del socialismo, mientras la gente no vuelva a recuperar la absoluta confianza en que sus hijos tendrán las mismas e iguales posibilidades de desarrollo en la vida, y que el futuro de sus hijos dependerá solo de su trabajo y capacidades.
El día internacional de defensa de la infancia ha pasado de ser una fiesta a convertirse en un día de lucha contra el mal que está causando a la infancia la restauración del capitalismo en Rusia.
Niños viviendo en la calle, drogadicción, prostitución infantil, explotación del trabajo infantil, enseñanza de calidad inaccesible para los niños con aptitudes y centros de enseñanza elitistas para los vástagos de los nuevos «señores de la vida»- estos son los logros del actual régimen.
Será imposible salvar a nuestros niños, salvar nuestro país de la agonía, mientras el capitalismo siga llevando la batuta.
¡Camaradas! Apoyando la lucha del PCFR en su lucha por el socialismo, por la restauración del Poder Soviético, estáis defendiendo a vuestros hijos, a ellos y su futuro.
Feliz día de la infancia, amigos y camaradas, nuestros mayores deseos de felicidad y de bien para vuestros hijos, y ojalá que vuestros sentimientos paternos os inspiren la valentía necesaria para la lucha por el bien para vuestros hijos.
Guennadi Ziuganov. Sec.Gral. del CC del PCFR
Texto original: http://www.gazeta-pravda.ru/pravda/pravda056.html#Дайте%20солнечную.