Recomiendo:
0

El Foro Social de Estados Unidos concluye con un llamado a la unidad

Fuentes: La Jornada

El Foro Social de Estados Unidos concluyó ayer igual que empezó: con un mosaico de luchas que aún no encuentran expresión como movimiento social, pero constatan que hay una oposición de izquierda de abajo en «el ombligo de la bestia». Fue un encuentro entre un amplio abanico de organizaciones, campañas, coaliciones, proyectos -algunas con larga […]

El Foro Social de Estados Unidos concluyó ayer igual que empezó: con un mosaico de luchas que aún no encuentran expresión como movimiento social, pero constatan que hay una oposición de izquierda de abajo en «el ombligo de la bestia».

Fue un encuentro entre un amplio abanico de organizaciones, campañas, coaliciones, proyectos -algunas con larga historia, otras recién nacidas- y en sus mejores momentos reconoció la unidad como la única manera para avanzar al objetivo de su lema; «otro mundo es posible, otro Estados Unidos es necesario».

No llegó la representación de todo lo que podría caracterizarse como la «izquierda social» en este país; tampoco estaban presentes las más famosas figuras de la disidencia de izquierda que suelen presentarse en el Foro Social Mundial, FSM, (como Noam Chomsky, Howard Zinn, Gore Vidal y otros), pero sí había una amplia presencia de agrupaciones de base, sobre todo de comunidades afroestadunidenses, latinas, asiáticas, y algunos nuevos intentos de alianzas entre sectores.

«Quizá sea la primera vez que se hace un encuentro de movimientos populares; es algo completamente nuevo aquí», comentó Rubén Solís, uno de los coordinadores nacionales de este foro, en entrevista con La Jornada al culminar el acto. «Fue un intento por superar las luchas que tienen un tema particular y construir una unidad», dijo el veterano activista latino que ahora encabeza la Unión de Trabajadores de Suroeste.

El Foro Social de Estados Unidos fue presentado en varias ocasiones como «una respuesta al mensaje desde el sur» que se expresa en el FSM. «Siempre que hemos ido al sur global nos desconocen», afirmó Solís, al señalar que no se registra la existencia de una lucha dentro de Estados Unidos. «Ahora queda constancia que existe un movimiento popular», pero advirtió que de este lado, «no podemos seguir tan aislados de otros movimientos», más allá de estas fronteras.

Ante la fracturada agrupación de los cerca de 10 mil asistentes, casi todos activos en la lucha social, la presencia sindical aquí fue la que más hizo énfasis en que lo fundamental es la unidad y lo más urgente superar divergencias para lograr una causa común, a pesar del existente clima antisindical.

Stewart Acuff, director de la organización nacional de la central obrera AFL-CIO, declaró en una plenaria cómo cesaron a 31 mil trabajadores por actividades de sindicalización supuestamente protegidas por la ley durante el último año, y cómo durante los últimos años uno de cada cinco trabajadores fueron despedidos por actividades sindicales. Dijo que el modelo económico ha llevado a que existan hoy 20 por ciento más pobres que a finales de los 90, y cómo se ha concentrado la riqueza durante los últimos 25 años.

«Esto es una guerra de clase contra los trabajadores, mediante la privatización, la desindustrializacion y la anulación efectiva del derecho a formar sindicatos», afirmó. Por lo tanto, dijo que la lucha por la justicia económica y la dignidad se tiene que llevar a cabo en varios frentes y con nuevas alianzas, con organizaciones de trabajadores migrantes, entre otros, así como a nivel internacional. «Estamos divididos por el racismo, el sexismo y los nacionalismos. La hora ha llegado para desmantelar todas las barreras entre trabajadores, esa es la responsabilidad de nuestros tiempos… Hay tanto más que nos une que lo que nos divide, tenemos que avanzar hacia un movimiento, una lucha, un pueblo».

Lucas Benítez, líder de la Coalición de Trabajadores de Immokalee, dio algunas indicaciones de esto al hablar de cómo los jornaleros del tomate en Florida lograron, con alianzas con las iglesias, los sindicatos y los estudiantes, ganar sus campañas contra Taco Bell y McDonald’s. Empleando la presión de los consumidores aquí, dijo en la plenaria final anoche, «tenemos que enfrentar a las grandes trasnacionales» que explotan tanto a los trabajadores aquí en Estados Unidos como en China y América.

«Hasta que se entienda que cualquier trabajador en México u otros países de América Latina está ligado al mismo futuro que un trabajador en Estados Unidos, no vamos a poder superar nuestros problemas», consideró Francisco Pacheco, dirigente de la Red Nacional de Jornaleros, asociación de 33 organizaciones en 17 estados de trabajadores migrantes. El, como sus compañeros laborales, regresaban una y otra vez a lo que decían era la palabra clave: «solidaridad».

Pero la fragmentación de los que buscan generar un movimiento popular aquí fue exhibida durante los cinco días del Foro. La sesión final ofreció un indicador de esto cuando durante tres horas y media representantes de las varias agrupaciones presentes aquí ofrecieron resolutivos y declaraciones dedicadas sólo a sus temas particulares. Así se presentó un catálogo de las luchas diversas: por el rescate de Nueva Orleáns y el Golfo en torno a los intereses de los afroestadunidenses desplazados y excluidos tanto durante el desastre como de los planes de recuperación de la zona; la defensa de los migrantes, el apoyo para los juventud atrapada en el sistema judicial y penal, los derechos de los indígenas y su larga historia trágica, reparaciones para los descendientes de los esclavos negros, la oposición a los acuerdos de libre comercio y el modelo neoliberal, la oposición al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y sus políticas, apoyo y acuerdos para una mayor unidad entre el movimiento «gay de izquierda», la lucha por los derechos laborales incluyendo el derecho fundamental de la libre asociación gremial y el contrato colectivo, entre decenas más.

Fueron notables las muy elaboradas y precisas descripciones de «identidad» personal en las intervenciones, desde raza, etnia hasta género en todas sus versiones, y cómo también se aplicaba al enemigo. A veces parecía más importante definir las diferencias particulares en que los elementos que se compartían en común.

Sin embargo, los encuentros, tanto en los más de 900 talleres, sesiones plenarias y decenas de otras actividades, así como en las fiestas, los pasillos, y las sobremesas, lograron que durante casi cinco días este mosaico de luchas y proyectos de resistencia se conocieran, intercambiaran teléfonos y sitios de Internet, y que algunos armaran nuevas alianzas concretas y hasta afinaran fechas para algunas acciones conjuntas en el futuro.

El próximo foro social en este país está programado para 2010, aunque muchos se comprometieron a participar en actividades como el Día Internacional de Acciones el próximo 26 de enero, un esfuerzo de apoyo popular a Nueva Orleáns a finales de agosto y en el próximo Foro Social de las Américas en Guatemala, en octubre.