Recomiendo:
0

El gobierno de Nepal respaldó disturbios fomentados por las mafias

Fuentes: ILPS Info Boureau

Traducido para Rebelión por Margarita Vargas

Las autoridades nepalíes han sido acusadas de orquestar una semana de devastación con incendios, saqueos, violaciones y asesinatos contra supuestos objetivos maoístas en lo que parece ser la peor violación de derechos humanos desde que el rey se hiciera con todo el poder el mes pasado.

Según declaraciones de campesinos y fuentes fiables, hasta 700 casas fueron quemadas y bajo la sospecha de ser rebeldes maoístas 30 personas fueron linchadas en Kapilvastu, distrito del sur de Nepal, por bandas mafiosas autorizadas por el ejército. Varios rebeldes maoístas yacían muertos al aire libre en el distrito de Bardiya tras un encontronazo con el ejército nepalí.

Las mismas fuentes afirmaron también que tres ministros habían visitado la zona al día siguiente de que cientos de casas fueran destruidas y que felicitaron a estas bandas. El 21 de febrero los ministros de justicia, trabajo y educación, todos ellos elegidos por el rey Gyanendra después de que éste acabara con el gobierno elegido democráticamente, llegaron en helicóptero a la ciudad de Ganeshpur y se dirigieron a la población. Según el comandante Sunil Galle, el oficial al mando en Ganeshpur, «el gobierno respondió positivamente». Un habitante del pueblo afirmó: «En sus discursos aplaudieron el «valiente» trabajo que habían hecho y la gente estaba fuera de control»

Durante los nueve años de rebelión maoísta, que ha costado 11.000 vidas, tanto los maoístas como el ejército han sido acusados de violar los derechos humanos, pero los recientes acontecimientos ocurridos de Kapilvatu, de los que aquí se informa por primera vez, sugieren claramente que el nuevo gobierno está adoptando unas crueles y sin precedentes tácticas contra los civiles. Inmediatamente después de consolidar el poder el rey Gyanendra afirmó que el ejército iba a intensificar su campaña contra los rebeldes.

A consecuencia de la declaración por parte del rey del estado de emergencia el pasado 1 de febrero, Nepal ha visto como Gran Bretaña e India suspendían la ayuda militar, así como era condenado internacionalmente de manera generalizada y ahora podría afrontar una nueva censura [internacional].

Parece que los disturbios en Kapilvastu se desencadenaron cuando el 17 de febrero los rebeldes secuestraron a dos lugareños, uno de ellos un inspector de policía retirado. Esto llevó a que una enfadada muchedumbre los liberara y capturara a tres rebeldes [maoístas] que fueron llevados a un campamento militar. Testigos locales afirman que fueron entregados a la multitud y apaleados hasta morir. El 20 de febrero, al día siguiente de la llegada de los ministros, 305 casas del pueblo de Hallanagar fueron quemadas, según afirman funcionarios del gobierno y locales. Según la gente del pueblo un hombre soltero, Prem Bahadur Rajkoti, fue golpeado hasta morir. Nueve personas resultaron heridas y dos mujeres acudieron al hospital después de que, al parecer, fueran violadas. Los testigos afirman que en torno a las 3 p.m empezó a llegar al lugar procedente de todas las direcciones una gran multitud armada con hachas, palos y queroseno. También afirmaron que dos o tres explosiones de granadas fueron el detonante para que el pueblo empezara a arder por los cuatro costados. Más de dos semanas después [los habitantes] del pueblo de Hallanagar tienen que dormir al raso y vivir del arroz donado por los vecinos. Muchos de ellos se había trasladado a este pueblo dos años antes huyendo de la violencia maoísta en las montañas del norte. Uno de los factores que parece que ha explotado el ejército es el viejo resentimiento que hay entre los residentes locales contra los recién llegados, y la lucha por los escasos recursos, en especial en los bosques comunitarios.

El ejército ha insistido en que todas las víctimas eran maoístas, mientras que los media estatales han descrito la revuelta como un espontáneo alzamiento anti-maoísta. Los media locales han sido incapaces de informar acerca de estos acontecimientos debido a la censura que ha establecido el Estado.

El sábado pasado se prohibió a una delegación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, una organización creada por la ley, visitar la zona.

El comandante Galle, que está al mando en Ganeshpur, afirmó que habían muerto 22 personas e insistió en que todas ellas eran maoístas.

En Baraipur, la madre de Ram Bali Passi, que el 20 de febrero fue golpeado hasta morir, afirmó que había sido asesinado por haber construido su casa con cuatro maderos pertenecientes al jefe del pueblo. Desde entonces no se ha vuelto a ver ni a su mujer ni a sus tres hijas y cuatro hijos.

«La gente está aterrorizada tanto por los maoístas como por el gobierno», afirma un hombre. «Yo no vi nada. Tengo que pensar en mi propia seguridad», afirma otro.

Las represalias de los maoístas ya han empezado. Según afirman los investigadores locales, desde que el día 25 de febrero acabaron los disturbios ya han sido asesinados seis miembros de la mafia.

Enlace original:

http://www.telegraph.co.uk/news/main.jhtml?xml=/news/2005/03/08/