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El Gobierno tailandés declara el estado de emergencia por las protestas

Fuentes: Agencias

El Gobierno de Tailandia declaró el martes el estado de emergencia durante 60 días a partir del miércoles, señalando que pretende impedir el aumento de las protestas que ya duran dos meses y que tienen como objetivo sacar del poder a la primera ministra, Yingluck Shinawatra. El decreto, que se aplica a Bangkok y a […]

El Gobierno de Tailandia declaró el martes el estado de emergencia durante 60 días a partir del miércoles, señalando que pretende impedir el aumento de las protestas que ya duran dos meses y que tienen como objetivo sacar del poder a la primera ministra, Yingluck Shinawatra.

El decreto, que se aplica a Bangkok y a las provincias aledañas, confiere a las agencias de seguridad la potestad para imponer toques de queda, detener a sospechosos sin cargos, censurar los medios, prohibir reuniones políticas de más de cinco personas y declarar una veda al acceso a ciertas áreas de la capital.

Yingluck dijo que el Gobierno no tiene intención de enfrentarse a los manifestantes, a los que se les ha permitido que rodeen varias sedes gubernamentales, entre ellas la suya propia. Las Fuerzas Armadas, que llevaron a cabo varios golpes de Estado en el pasado, de momento han permanecido neutrales.

«Utilizaremos las negociaciones pacíficas con los manifestantes en línea con las normas internacionales (…) Hemos pedido a la policía que cumpla las normas internacionales, que sea paciente con los manifestantes», dijo la presidenta a los periodistas.

Dijo que la policía, y no los militares, serán utilizados para mantener el control.

«Lo necesitamos porque los manifestantes han cerrado edificios del Gobierno, bancos y han escalado una situación que ha dejado lesionados y muertos. El Gobierno ve la necesidad de anunciar el decreto de emergencia para mantener la situación bajo control», comentó el ministro del Trabajo, Chalerm Yoobamrung, en una conferencia de prensa emitida por televisión a nivel nacional.

El ministro formuló sus comentarios tras una reunión de gabinete que tuvo que celebrase en unos cuarteles de la Fuerza Aérea en el norte de Bangkok, debido a que los manifestantes han impedido durante semanas que Yingluck use sus oficinas en la Casa de Gobierno.

Yingluck ha convocado unas elecciones para el 2 de febrero que se espera que gane pero que la oposición planea boicotear. Sin embargo, la Comisión Electoral dijo que tratará de que el Tribunal Constitucional se pronuncie el miércoles sobre si puede retrasar los comicios. Sostiene que las protestas han evitado que algunos candidatos se registren, lo que supone que no habría quórum para el Parlamento.

Las protestas, que ahora están en su tercer mes, han cerrado partes de la capital en el más reciente episodio de un conflicto político de ocho años que ha tenido brotes esporádicos de violencia.

ACUSACIÓN DE CORRUPCIÓN

Las protestas enfrentan a la clase media y el estamento monárquico contra partidarios – mayormente de las clases más pobres y rurales – de Yingluck y de su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue derrocado por los militares en 2006.

Los manifestantes quieren suspender lo que dicen que es una democracia dirigida por el multimillonario autoexiliado Thaksin, a quien acusan de nepotismo y corrupción, y erradicar la influencia política de su familia mediante la alteración de arreglos electorales.

En un hecho potencialmente preocupante para Yingluck, cuya base de poder depende fuertemente del apoyo rural, algunos campesinos han amenazado con unirse a los manifestantes si no reciben un pago por el arroz que han vendido al estado.

Un plan en virtud del cual a los campesinos se les garantiza un precio por encima del de mercado por su arroz ha sido central para el programa de Gobierno, pero a medida que aumenta la presión sobre las finanzas, algunos campesinos se quejan de que han tenido que esperar tres o cuatro meses para recibir sus pagos.

Las manifestaciones también están comenzando a complicar la situación de la segunda mayor economía del sudeste asiático.

El lunes, la subsidiaria tailandesa del gigante automotor Toyota Motor, que también es uno de los mayores inversores extranjeros en Tailandia, dijo que podría reconsiderar un plan de gastos por 600 millones de dólares e incluso recortar la producción si la agitación se prolonga.

Y algunos economistas prevén que el banco central se verá forzado a reducir aún más las tasas de interés para dar un impulso a la economía en su reunión del miércoles.