¡Qué bonito día para pasear! Es genial que el día 12 sea fiesta nacional. ¿Pero qué celebramos exactamente? ¿El día de España o el aniversario del descubrimiento de América? Todo junto. Es el día de la Hispanidad de América pero también la de España claro, y para recordar el papel de España en la evangelización […]
¡Qué bonito día para pasear! Es genial que el día 12 sea fiesta nacional. ¿Pero qué celebramos exactamente? ¿El día de España o el aniversario del descubrimiento de América?
Todo junto. Es el día de la Hispanidad de América pero también la de España claro, y para recordar el papel de España en la evangelización de América y de otras tierras.
¡Mira! Ahí hay un peruano que vende algo. Vamos a ver.
Lo de siempre, no sé porqué les dejan vender en la calle, esto perjudica al resto de las tiendas.
Bah!, mucho no perjudicará. Mira, vende también un libro. ¿Quién será el autor?
Fray Bartolomé de las Casas pone. Creo que era uno de los curas de aquella época. Puede estar bien leer cómo fue. Abrelo, a ver qué pinta tiene.
Mira lo que pone aquí: «Entraban los españoles en los poblados y no dejaban niños ni viejos ni mujeres preñadas que no desbarrigaran e hicieran pedazos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría un indio por medio o le cortaba la cabeza de un tajo. Arrancaban a las criaturitas del pecho de sus madres y las lanzaban contra las piedras. A los hombres les cortaban las manos. A otros los amarraban con paja seca y los quemaban vivos. Y les clavaban una estaca en la boca para que no se oyeran los gritos. Para mantener a los perros amaestrados en matar, traían muchos indios en cadenas y los mordían y los destrozaban y tenían carnicería pública de carne humana… Yo soy testigo de todo esto y de otras maneras de crueldad nunca vistas ni oídas».
Bueno, supongo que todo el mundo haría esas barbaridades. Pero gracias a todo eso ahora son cristianos y tienen educación.
Hay más: «Ellos construyeron una picota lo suficientemente larga como para que los pies pudieran tocar el piso y de esta forma prevenir la estrangulación, y así, los colgaban de a trece indios por vez en honor de Nuestro Salvador Jesucristo y los doce Apóstoles… Después, paja era envuelta alrededor de los cuerpos destrozados y quemados vivos».
Déjalo. Vete a saber si todo eso es verdad. Nunca nos enseñaron eso en la escuela.
¡Vaya! Aquí aparece alguien con el nombre de nuestra calle. Voy a ver qué hizo. Aquí está. Página 112: «Antes de invadir las tierras de Guatemala, Pedro de Alvarado y sus hombres asesinaron en un sólo día, descuartizándolos después con la espada, a 8 mil personas en el Templo Mayor de Tenochtitlan».
Vámonos. Cuanto más lees menos ganas tengo de celebrar nada.
Espera. ¿Cuánto cuesta este libro?
Ese libro no se vende señora. Es mío. Me gusta leerlo.
Pero es muy triste…
No señora. Lo triste no es el libro. La historia es triste, y más triste aún que se celebre. ¿No cree?