Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
EE.UU. puede haber inflijido uno de los mayores desaires de la era posterior a la Guerra Fría al Kremlin con el anuncio de la Casa Blanca del jueves de que dará apoyo militar a los rebeldes sirios.
El anuncio de Washington:
Después de un examen deliberativo, nuestra comunidad de la inteligencia [estadounidense] evalúa que el régimen de [Bashar-al] Asad ha utilizado armas químicas… Basándose en la evidencia verosímil de que el régimen ha utilizado armas químicas contra el pueblo sirio, el Presidente ha aumentado el suministro de ayuda no letal a la oposición civil y también autorizó la expansión de nuestra ayuda al Consejo Militar Supremo (CMS)…
EE.UU. y la comunidad internacional tienen a su disposición una serie de otras reacciones legales, financieras, diplomáticas y militares. Estamos preparados para todas las contingencias y tomaremos decisiones en nuestra propia oportunidad. Cualquier acción futura que emprendamos será consistente con nuestro interés nacional y debe favorecer nuestros objetivos.
Desconcierto en la Casa Rusia
Se prevé que el presidente Barack Obama se entreviste con el presidente ruso Vladimir Putin al margen de la cumbre del G8 que debe comenzar en Irlanda del Norte el próximo lunes. Sería la primera reunión de los dos presidentes después de sus respectivas reelecciones.
Como una cortesía simbólica a un nivel personal y público, Obama debería haber postergado el anuncio hasta después de la reunión con Putin. Se esperaba que Siria figurara arriba en su agenda y Obama y Putin han estado en estrecho contacto respecto a ese país.
Ginebra 2, la propuesta reunión sobre Siria, es una iniciativa conjunta rusa-estadounidense. Al esperar con su anuncio hasta la próxima semana, EE.UU. no habría «perdido» Siria. Obviamente, Obama ha llegado a la fría conclusión de que la amistad de Putin es prescindible. Después de todo, el desacuerdo sobre la defensa de misiles desentona en las relaciones entre los dos países y no hay remedio a la vista.
Un alto funcionario del Departamento de Estado, Frank Rose, secretario adjunto en el Buró de Control de Armas, presentó lo primordial el miércoles en el sentido de que Obama no tiene nada que ofrecer a Putin respecto a la defensa de misiles. Rose dijo:
EE.UU. y la OTAN no pueden estar de acuerdo con las propuestas rusas de arquitecturas de defensa de misiles «sectoriales» o «conjuntas… Rusia sigue solicitando garantías legales que crearían limitaciones de nuestra capacidad de desarrollar y desplegar futuros sistemas de defensa de misiles… Hemos dejado en claro que no podemos ni aceptaremos limitaciones de nuestra capacidad de defendernos, a nuestros aliados, y a nuestros socios, incluyendo dónde desplegamos nuestra BMD [defensa balística de misiles] en barcos Aegis… EE.UU. tiene que tener la flexibilidad, sin limitaciones legales, para reaccionar ante el desarrollo de amenazas de misiles.
Por otra parte, la moral de la oposición siria ha tocado fondo después de la aplastante derrota militar en Quseir. Las fuerzas gubernamentales se preparan ahora para su «liberación» de Alepo. Si la caída de Quseir significó la disminución del flujo clandestino de armas desde el Líbano, una derrota en Alepo podría interferir con las líneas de suministro de la oposición desde Turquía.
Mientras tanto, la propuesta Ginebra 2 también se está convirtiendo en un fracaso. La oposición siria está demasiado dividida y fragmentada para nombrar una delegación unificada. Los aliados regionales de EE.UU. -Turquía, Arabia Saudita, Qatar- ponen el grito en el cielo diciendo que EE.UU. está mandando al diablo el proyecto de cambio de régimen. Asimismo, de vuelta en Washington, congresistas, medios y los think-tanks, muchos de los cuales están bajo la influencia del Lobby israelí, están clamando por alguna «acción» respecto a Siria.
Uvas ácidas, vino californiano
Pero, lo más importante es que la decisión de la Casa Blanca podría ser una ocurrencia de Obama mientras volvía a casa en Air Force One de la reunión en la cumbre en California con el presidente chino Xi Jinping, de la cual salió disminuido en medio de las devastadoras revelaciones del informante Edward Snowden, exempleado de la CIA.
Con todo, la crítica decisión de Obama sobre la intervención militar en Siria, podría lanzar una nueva Guerra Fría, en una desesperada acción perturbadora cuando su gobierno se encuentra en el más profundo sumidero debido a la controversia por Snowden.
Todo el edificio moral en el cual Obama basó su presidencia y los valores que esposó en medio de su «audacia de la esperanza» cuando comenzó su larga marcha a la Casa Blanca hace cinco años -transparencia, responsabilidad, legitimidad, multilateralismo, consenso- han sido expuestos como un montón de mentiras.
Lo primordial es que Obama se encuentra enfrentado al mismo dilema que Bill Clinton cuando, en un acto desesperado por distraer la atención del mundo de su fuerte libido, disparó misiles crucero contra Kandahar en agosto de 1998.
Obama también necesita una maniobra de diversión porque estamos ante la primera etapa y los medios de comunicación de propiedad del gobierno chino ya han comenzado a comentar sobre Snowden. En un informe titulado «Programa de vigilancia es un test de los vínculos chinos-estadounidenses», China Daily rompió su silencio el jueves y provocó al gobierno de Obama al proponer que la seguridad cibernética debería ser «un nuevo campo de cooperación» entre Pekín y Washington. China Daily reflexionó:
Cómo se maneje el caso podría plantear un desafío a la floreciente buena voluntad entre Pekín y Washington ya que Snowden se encuentra en territorio chino [Hong Kong] y la relación china-estadounidense es constantemente agriada por la ciberseguridad.
Es interesante que el informe haya señalado que Snowden está «en Hong Kong lejos de la persecución de Washington» y continuó destacando que Moscú está ofreciendo refugio al fugitivo. Terminó citando a un conocido erudito chino:
El exitoso manejo del caso podría verse como un precedente preponderante entre los dos países, ya que ha habido una falta de regulaciones internacionales en las áreas de la seguridad global de Internet.
El viernes, Global Times arremetió con el editorial de que «China merece una explicación» del gobierno de Obama. Algunos pasajes:
La revelación de Snowden sobre los ataques cibernéticos de EE.UU. contra redes de Hong Kong y de China continental está estrechamente relacionada con los intereses nacionales chinos. El gobierno chino debería adquirir información más sólida de Snowden si éste la posee y utilizarla como evidencia para negociar con EE.UU. … La opinión pública se volvería contra el gobierno central de China y contra el gobierno de la Región Administrativa Especial Hong Kong si decidiera enviarlo de vuelta. … Snowden es una «carta» que China nunca esperó.
Impacto sobre la dinámica del poder
China Daily y People’s Daily publicaron hoy otro informe que exige que EE.UU. «debe a China una explicación por sus actividades de hackeo y debería mostrar más sinceridad en el futuro cuando se involucre en la cooperación en la ciberseguridad». El informe estima que: «Washington se encuentra ahora en una posición incómoda respecto a su disputa por la ciberseguridad con Pekín».
Las observaciones en tono de burla dejan en claro que Pekín tiene la ventaja -y Pekín sabe que Washington sabe que tiene la ventaja- independientemente de cómo se desarrolle la saga de Snowden durante los próximos meses (o años).
La táctica de diversiones de Bill Clinton en agosto de 1998 tuvo consecuencias desastrosas, provocando una secuencia de eventos que culminaron en los ataques del 11-S y la intervención de EE.UU. en Afganistán (que, irónicamente, Obama se esfuerza por terminar).
Ahora bien, qué secuencia de efectos tendría sobre la política y la historia de Medio Oriente -y sobre la era posterior a la Guerra Fría la aciaga decisión del 13 de junio de 2013 para presionar por un cambio de régimen en Siria- se sabrá con el paso del tiempo.
El exsecretario de defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, habría dicho que es lo «desconocido desconocido». Ante todo, ¿cómo reaccionará Putin? Todavía no se ha recuperado de la presión del gobierno de EE.UU. por un cambio de régimen en Rusia. Putin se lamentó el miércoles:
Nuestro servicio diplomático [ruso] no está cooperando con el movimiento Ocupa Wall Street, pero su servicio diplomático [estadounidense] apoya directamente a la oposición [rusa]. A mi juicio, es incorrecto porque los servicios diplomáticos existen para construir relaciones entre Estados y no para interferir en los asuntos políticos internos.
Ciertamente, darse por vencido en este momento respecto a Siria es una decisión delicada para Moscú. ¿Cuáles son las opciones? Las mejores cabezas del Kremlin estarán debatiendo.
En Medio Oriente, la decisión de la Casa Blanca impacta drasticamente en la dinámica del poder. Recep Tayyip Erdogan de Turquía está en desacuerdo con el gobierno de Obama por sus tendencias autoritarias. Sin embargo, la decisión de la Casa Blanca catapulta a Turquía como un «Estado de primera línea». Por otra parte, la opinión pública turca milita contra la intervención en Siria.
Arabia Saudita, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Irán, Hizbulá, Israel, Líbano, todos están involucrados en la cuestión siria de una u otra manera. Orientarlos, aislarlos, tranquilizarlos hacia un fin aceptable será virtualmente imposible. Es decir, suponiendo que Siria sobreviva como una entidad en el mapa de Medio Oriente.
El embajador M. K. Bhadrakumar fue diplomático de carrera del Servicio Exterior de la India. Ejerció sus funciones en la extinta Unión Soviética, Corea del Sur, Sri Lanka, Alemania, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Kuwait y Turquía.
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-01-140613.html
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