El conflicto de poderes en Ucrania entró hoy en su fase más crítica, en la que están en juego la legitimidad del parlamento, la de la coalición mayoritaria y hasta la del propio gobierno encabezado por el primer ministro Víctor Yanukovich. La anunciada decisión del presidente Víctor Yuschenko de disolver la Suprema Rada (parlamento) en […]
El conflicto de poderes en Ucrania entró hoy en su fase más crítica, en la que están en juego la legitimidad del parlamento, la de la coalición mayoritaria y hasta la del propio gobierno encabezado por el primer ministro Víctor Yanukovich.
La anunciada decisión del presidente Víctor Yuschenko de disolver la Suprema Rada (parlamento) en su quinto período legislativo tras ocho meses de funcionamiento, ha puesto al país centro-europeo al borde de una confrontación sin precedentes.
Yuschenko reiteró ayer al término del polémico encuentro con representantes de las principales fracciones políticas, su resolución de suspender al Legislativo y de convocar a elecciones anticipadas.
En una reunión extraordinaria convocada al filo de la madrugada con los miembros del gabinete, el primer ministro Víctor Yanukovich, cuyo partido de las Regiones ganó limpiamente los comicios en marzo de 2006, exhortó a Yuschenko a retractarse de ese decreto.
Opinó que en aras de evitar una desestabilización en el país, el jefe de Estado puede anular el documento e impedir que entre en vigor.
Después de ese primer paso, subrayó, el mandatario debe sentarse en la mesa de negociaciones con representantes de la coalición y con el gobierno a fin de trabajar de forma mancomunada.
Yanukovich dejó claro que una tercera variante de los acontecimientos solo conducirá a una agudización de las confrontaciones de poderes.
Más aún, Kiev, la capital ucraniana, es hoy un hervidero de emociones variopinta con sus calles ocupadas por una marea humana que apoya a la coalición de unidad nacional y al gobierno de Yanukovich.
Reflejo de la polarización política de los tiempos de la «revolución naranja», en el otro bando están los seguidores de los partidos opositores Nuestra Ucrania (presidencialista) y del Bloque de Yulia Timoshenko, que reclaman la disolución del Legislativo.
Una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Social indica que más del 57 por ciento de los ucranianos no apoya elecciones anticipadas ni la disolución del organismo legislativo.
Diputados de las Regiones (con el 32 por ciento de los escaños en la Suprema Rada), anunciaron que unas 40 mil personas defenderán la la legitimidad del Parlamento, según un reportaje del canal 5 de la televisión.
Los opositores de Nuestra Ucrania (siete por ciento de asientos) y el Bloque de Timoshenko (28 por ciento) movilizarán entre 20 mil y 30 mil manifestantes, lo que ha puesto en vilo a los organismos del orden.
El primer ministro llamó a la sazón a los integrantes del gobierno a «desobedecer» la decisión de Yuschenko y respaldar la labor de la Suprema Rada.
Solo dos ministros, el de Defensa, Anatoli Gritsenko, y el de Relaciones Exteriores, Arseniy Yatseniuk, desistieron de contrariar al Presidente.
La actuación de ambos obedece a que esas carteras representan las «cuotas de poder» de Nuestra Ucrania dentro del Ejecutivo.
Una resolución aprobada hace unas horas por los titulares llama asimismo a cumplir estrictamente las encomiendas del Parlamento y a las instituciones gubernamentales a ocuparse de los asuntos más acuciantes del país, entre ellos la seguridad y el orden ciudadano.
En medio del clima de tensiones y de expectativas que se respira en las calles de la capital ucraniana, el presidente del Parlamento Alexander Moroz anunció esta madrugada que abrirá las sesiones correspondientes a este martes a las 10:00 (hora local).
Dijo que la Rada trabajará por la agenda aprobada con anterioridad en los temas que fueron planificados, en virtud de que no cederán a las presiones del Presidente y de políticos opositores, asintió.
El grueso de los diputados populares respaldó asimismo una demanda contra el decreto presidencial ante el Tribunal Constitucional con 262 votos, de 226 requeridos, acorde con la legislación.
La balanza de criterios sobre la situación actual en Ucrania se inclina a que el presidente Yuschenko condujo la crisis de poderes hacia un callejón sin salida con los intentos de disolver al parlamento y anular la voluntad popular de hace un año.