Sunita Pal, una frágil adolescente de 17 años, yacía tirada en una cama de la sala femenina del hospital Ram Manohar Lohia, en la capital de India, con su rostro cubierto de vendas, que solo dejaban ver el moretón del ojo y la hinchazón de los labios, cuando relató a un canal de televisión local […]
Sunita Pal, una frágil adolescente de 17 años, yacía tirada en una cama de la sala femenina del hospital Ram Manohar Lohia, en la capital de India, con su rostro cubierto de vendas, que solo dejaban ver el moretón del ojo y la hinchazón de los labios, cuando relató a un canal de televisión local el suplicio que soportó de sus empleadores, quienes la golpeaban con un palo a diario.
«Trabajaba desde las seis de la mañana hasta la medianoche: cocinaba, limpiaba, me ocupada de los niños y le daba masajes en las piernas a mis empleadores», detalló Pal, quien acotó que la amenazaron con matarla si se atrevía a contar la situación que vivía.
«A cambio, comía solo dos veces al día y no me pagaron nunca durante los seis meses que trabajé allí. Cuando dije que me quería ir, me golpearon», añadió.
Sunita es una de las pocas menores rescata por una organización que lucha contra la esclavitud; actualmente se recupera en un hogar para mujeres de Nueva Delhi.
Pero hay millones de niñas y adolescentes como ella en India que pasan años sometidas a un sufrimiento dickensiano sin socorro; captadas en aldeas alejadas de las grandes ciudades a cambio de un poco de dinero para trabajar como empleadas domésticas en agencias o, peor, en burdeles.
El Índice Global de Esclavitud, elaborado por la Fundación Walk Free señala que este país concentra el mayor número de esclavos modernos del mundo. Más de 18 millones de personas sufren mendicidad forzada, servidumbre por deudas o las obligan a prostituirse, además de la existencia de niños soldado.
Las personas en esa situación representan 1,4 por ciento de los más de 1.200 millones de habitantes de India, la mayor entre los 167 países con mayor proporción de esclavos. El estudio estima que hay 45,8 millones de personas en condiciones de esclavitud en el mundo, de las cuales 58 por ciento se concentran en India, China, Pakistán, Bangladesh y Uzbekistán.
Grace Forrest, una de las fundadoras de la fundación con sede en Australia, dijo a un diario local que en India existen todas las formas de esclavitud moderna, como servidumbre intergeneracional por deudas, trabajo infantil, explotación comercial sexual, mendicidad forzada, reclutamientos forzados de menores por parte de grupos armados no estatales y matrimonio forzado.
La Oficina Nacional de Registro de Delitos señala que la trata de niñas menores de edad, el segundo delito más importante en India en materia de trata de personas, aumentó 14 veces en la última década. Solo en 2014, creció 65 por ciento.
Las niñas y las mujeres son las principales víctimas de la trata en India y representaron 76 por ciento del total de casos en una década, indicó el organismo.
En este país, se registraron 8.099 personas víctimas de trata en 2014.
La venta o la compra de niñas para prostituirlas e importarlas del extranjero son las formas más comunes del tráfico y la trata, coinciden numerosos especialistas. La explotación sexual de mujeres y menores con fines comerciales toma varias formas como la prostitución en burdeles, el turismo sexual y la pornografía.
La Oficina Central de Investigación reveló en 2015 un escándalo de tráfico de personas en todo el país en el marco del cual se llevaron a unas 8.000 niñas indias a Dubai. También se conoció el caso de un hombre que hizo lo mismo con 5.000 menores indígenas del estado pobre de Jharkhand.
Entre 2011 y 2013, más de 10.500 niños y niñas desaparecieron en Chhattisgarh, otro de los estados más pobres de India; fueron víctima de trata infantil y forzados a realizar tareas domésticas y otras formas de trabajo infantil en las ciudades. Se estima que 135.000 menores caen en redes de trata de personas todos los años en India.
Numerosos especialistas coinciden en que el crecimiento exponencial de la demanda de trabajadores domésticos en este país en auge es uno de los principales catalizadores de la trata de personas.
Un informe de 2013 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Ginebra, reveló que India concentra un número poco preciso entre 2,5 millones a 90 millones de trabajadores domésticos. A pesar de constituir la mayor fuerza laboral del país, las y los trabajadores siguen sin ser reconocidos ni protegidos legalmente.
«La incorporación de esos trabajadores dentro del sistema legal servirá para disuadir los actos criminales», explicó el abogado de derechos humanos Kirit Patel. «Pero hasta entonces, las y los trabajadores siguen siendo un blanco fácil para la explotación», acotó.
A pesar de la conciencia creciente y de la sensibilización que se realiza en los medios de comunicación, los casos de trata de personas se dispararon en 38,8 por ciento en cinco años, de 2.848, en 2009, pasó a 3.940, en 2013, según la Oficina Nacional de Registro de Delitos.
Y lo que es peor, las condenas en esos casos cayeron 45 por ciento, de 1.279, en 2009, a 702, en 2013.
Por cierto que el tráfico y la trata de personas no es un fenómeno exclusivamente de India.
Esos delitos son la tercera actividad lucrativa del crimen organizado, detrás del tráfico de armas y de drogas, y genera miles de millones de dólares al año en el mundo, coinciden numerosos estudios.
Miles de niñas y niños desaparecen en Asia meridional, la segunda región con más casos de trata y donde más rápido aumenta detrás de Asia Pacífico, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).
Para hacer frente al problema, la Asociación de Asia meridional para la Cooperación Regional realizó este mes una conferencia sobre la protección niñas y niños en Nueva Delhi, a la que acudieron ministros de India, Pakistán, Bangladesh, Bután, Sri Lanka, Nepal, Afganistán y Maldivas, y coincidieron en combatir juntos la explotación infantil, compartir las mejores prácticas y unificar estándares para atender todas las formas de abuso, explotación y trata.
«Necesitamos difundir el mensaje para respaldar los esfuerzos de rescate y rehabilitar a las víctimas», declaró el ministro del Interior de India, Rajnath Singh, en esa oportunidad.
«Con el rápido avance de la tecnología y una economía globalizada con cambios rápidos, surgen todos los días amenazas nuevas contra niñas y niños», comentó tras dar a conocer una línea gratuita y una plataforma en Internet diseñadas para denunciar y seguir la pista de menores desaparecidos, entre otras medidas adoptadas por diversos ministerios.
Pero el mejor antídoto contra el tráfico humano y la trata de personas, coinciden expertos, es una ley rigurosa.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2016/06/el-trafico-y-la-trata-infantil-se-disparan-en-india/
Traducido por Verónica Firme