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Corea

¿Es posible una nueva guerra?

Fuentes: Rebelión

Desde hace un mes crecen las amenazas militares mutuas entre el gobierno de Corea del Norte versus Corea del Sur y los EE.UU. Corea del Norte declaró que está en «estado de guerra» y preparada para lanzar misiles, si es atacada. Los aprestos militares crecen. ¿Cuál es la raíz del conflicto? ¿Realmente se puede iniciar […]

Desde hace un mes crecen las amenazas militares mutuas entre el gobierno de Corea del Norte versus Corea del Sur y los EE.UU. Corea del Norte declaró que está en «estado de guerra» y preparada para lanzar misiles, si es atacada. Los aprestos militares crecen. ¿Cuál es la raíz del conflicto? ¿Realmente se puede iniciar una guerra en el sudeste asiático?

Pocos creen que se pueda llegar a una guerra total. Más allá de alguna de las tantas escaramuzas que se vienen produciendo en los últimos años. Pero tampoco se lo podría descartar completamente debido al carácter irresponsable y criminal de los contrincantes. Por un lado, un régimen dictatorial de viejo cuño estalinista, odiado por su pueblo, y, por otro lado, el imperialismo yanki que quiere mantener su rol de gendarme mundial a toda costa.

¿Cuál es el origen de este conflicto? El marco histórico es la división de Corea en dos países, producida después de la Segunda Guerra Mundial y de la guerra de 1950, con el armisticio de 1953, que consolidó esta partición y los conflictos posteriores. Ahora el imperialismo pretende poner toda la carga del peligro de una guerra en el gobierno norcoreano, aprovechándose de su carácter dictatorial e imprevisible. Pero en realidad es el imperialismo quien desde hace años viene cuestionando el derecho soberano de Corea del Norte a desarrollar energía nuclear. En febrero, ante el anuncio de un nuevo ensayo nuclear, la ONU impuso por unanimidad, incluido el voto de China, duras sanciones económicas a Corea del Norte, destinadas a congelar sus activos en el exterior. De esta forma China tomó distancias de su aliado norcoreano, y se sumó a las sanciones. Al mismo tiempo, los EE.UU y Corea del Sur, hicieron maniobras conjuntas con aviones bombarderos B52 y B-2 con capacidad nuclear. Ante esto el régimen de Kim Jong Un, anunció el desconocimiento del armisticio de 1953 y lanzó todo tipo de amenazas de lanzamiento de misiles y de posible inicio de guerra, si era agredido militarmente.

Una dictadura «comunista» capitalista

Desde ya, los socialistas revolucionarios, no le reconocemos ningún derecho al imperialismo y sus lacayos, de cuestionar a nadie por sus decisiones soberanas. Cuando ellos son los primeros agresores del mundo y promotores de todo tipo de armamento asesino atómico y nuclear. Por eso, si finalmente se produjera una agresión, estaremos del lado del pueblo coreano de Norte.

Esto no significa darle ningún apoyo a la dictadura del denominado Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, una dictadura de partido único que gobierna con mano de hierro desde hace más de 60 años. Un régimen que sigue venerando a Stalin, que ha llegado al colmo de transformarse en una «dinastía comunista», ya que se inició liderada por Kim il-Sung, abuelo del actual presidente, el joven Kim Jong Un. Que a su vez heredó el cargo de su padre el asesino Kim Jong-il. Es tarea del pueblo norcoreano terminar con esta dictadura capitalista de corte estalinista.

El derrumbe de la URSS y el proceso de restauración capitalista en China y la URSS, la dejaron política y económicamente aislada. Esto, sumado a 2 años seguidos de catastróficas inundaciones en 1995 y 1996, y una administración burocrática y corrupta, produjeron una grave escasez de alimentos en 1997, que llegaron a una hambruna que dejó el saldo de cerca de 4 millones de muertos.

Mientras esto ocurría la burocracia cívico-militar gobernante seguía con sus altos salarios y privilegios, creando la locura de una «industria nuclear». Mientras, por otro lado, el país se iba derrumbando, con escasez de alimentos, cortes eléctricos permanentes y casi sin movimiento de transporte por el continuo desabastecimiento de combustible.

En realidad esta dictadura no tiene nada de comunista ni de socialista, salvo el nombre. Porque desde los 90 ha empezado un curso de restauración del capitalismo siguiendo el ejemplo de su vecino y asesor China. Con salarios de 60-80 dólares, sin sindicatos y ni derecho a huelga, la inversión directa extranjera fue autorizada desde 1999. Así se fueron instalando en el norte del país, empresas capitalistas chinas y en el sur se creó un complejo pactado con la Hyundai, multinacional de Corea del Sur, y en el resto del país ya hay inversiones de Fiat, Siemens y capitales de Rusia, Pakistán, Singapur y Tailandia. Que se vuelcan al sector minero, petróleo, energía nuclear, electrodomésticos, vías férreas, etc. Pero con las «dificultades» para los capitalistas de los cortes de energía y la mala infraestructura (hay menos del 10% de carreteras pavimentadas).

El plan más avanzado de capitalismo en Corea del Norte, es el conglomerado surcoreano Hyundai, la principal multinacional surcoreana, que levanta un complejo industrial en Kaesong, en una zona especial a 7 km de la frontera con Corea del Sur. En el hay 123 fábricas que emplean a 54.000 obreros. Elaboran ropa, calzado, componentes electrónicos y relojes durante 48 horas semanales por 57,5 dólares al mes. Pero los trabajadores no reciben directo el pago. Sino una parte, que se hace al estilo cubano, vía el estado que recibe el dinero de las empresas. O sea, que la explotación es mayor. Para ver la ganancia de Hyundai y Cia, hay que tomar en cuenta que un trabajador surcoreano percibe salarios de entre 2 mil y 3 mil dólares mensuales.

La entrada del capitalismo no ha hecho más que profundizar la explotación y miseria de las masas norcoreanas y la crisis económico social

Por eso la dictadura vive usando el «chantaje» de su «industria nuclear» y sus «ensayos» para buscar una negociación con el imperialismo yanqui para obtener concesiones como la entrega de alimentos masivos (ocurrió varias veces, bajo el gobierno de Clinton) y buscando pactar un status capitalista y comercial tipo China o Vietnam.

El imperialismo usa a Corea del Norte para fortalecer su presencia militar en la región

EE.UU tiene una presencia militar permanente desde 1953, con casi 40 mil soldados instalados en bases de Corea del Sur, su cabeza de playa en el sudeste asiático y hace tiempo han declarado al régimen norcoreano como unos de los «ejes del mal», como un estado «terrorista». Y se niega, desde la era Bush, a cerrar un acuerdo económico-político. Mientras si lo ha hecho con China y Vietnam.

En realidad, el imperialismo exagera el supuesto poderío norcoreano para tener el justificativo para seguir fortaleciendo su presencia militar en Corea del Sur y en toda la región. Cada «amenaza» norcoreana le ha servido para aumentar su presencia en tropas, aviones y navíos en una región clave. Cuando se sospecha que Corea del Norte no tiene el poderío nuclear y balístico que declara, y que si lo usara se le terminaría rápidamente ya que es un país muy retrasado en infraestructura y tecnología industrial.

Obama sigue la «doctrina» de Bush de crear los «ejes del mal» y de tener a Corea del Norte como unos de sus chivos expiatorios preferido para seguir usándolo para su carrera armamentista. Fue un ministro de Bush, el general Colin Power quien dijo, luego de la guerra del golfo, «me estoy quedado sin malvados. No tengo más que a Castro y a Kim Il Sung» (citado en libro Corea Del Norte y del Sur, de John Feffer, página 10).

Los socialistas revolucionarios, sin prestar ningún apoyo político a la nefasta dictadura norcoreana, exigimos el fin de las sanciones económicas de la ONU a Corea del Norte, rechazamos cualquier agresión militar imperialista sobre Corea del Norte y reclamamos el inmediato retiro de la presencia militar imperialista en Corea del Sur y en toda la región.

Miguel Sorans, de Izquierda Socialista (UIT-CI), Argentina.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.