Organizaciones de la sociedad civil rechazan que los resultados de la reunión de jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los 20 (G-20), realizada en México, se mezclen con los debates de la cumbre sobre desarrollo sostenible, en Brasil. Las citas del «G-20 y Río+20 están capturadas por los intereses corporativos, especialmente los […]
Organizaciones de la sociedad civil rechazan que los resultados de la reunión de jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los 20 (G-20), realizada en México, se mezclen con los debates de la cumbre sobre desarrollo sostenible, en Brasil.
Las citas del «G-20 y Río+20 están capturadas por los intereses corporativos, especialmente los financieros», denunció a IPS la activista Diana Aguiar, de la Red Brasileña por la Integración de los Pueblos.
«La inserción del crecimiento verde en el G-20 busca capturar las discusiones en un espacio más democrático en Río+20», que va desde este miércoles 20 al viernes 22, apuntó.
Representantes de organizaciones sociales de una veintena de países industriales y emergentes participaron entre el sábado 16 y este martes 19 en la Cumbre de los Pueblos, el foro alternativo a la reunión de dos días del G-20, clausurada también este martes.
El foro paralelo se ha desarrollado en la ciudad de La Paz, en el noroccidental estado de Baja California Sur, y la reunión de los gobernantes ha tenido como escenario Los Cabos, un lujoso centro turístico sobre el océano Pacífico, a 120 kilómetros al sur.
Las organizaciones de la sociedad civil califican al G-20 de ilegitimidad, por amenazar al sistema multilateral representado por las agencias y programas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y critican que no aporte soluciones de fondo a temas como la pobreza y la triple crisis financiera, alimentaria y ambiental.
El G-20 reúne al Grupo de los Ocho países más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Italia y Rusia) y a Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, así como a la Unión Europea como tal.
También estuvieron invitados en Los Cabos los gobernantes de otros países, como Chile, Colombia y España.
Estos mandatarios debatieron el lunes 18 y este martes 19 sobre asuntos como políticas contra la crisis financiera, seguridad alimentaria, el crecimiento verde, la lucha contra el cambio climático, transparencia y corrupción, en una cita secuestrada, de todos modos, por las urgencias de Europa.
Varios de esos temas también integran la agenda de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, o Río+20, cuya etapa cimera comenzará este miércoles en la sudoriental ciudad brasileña.
«Nos hemos movilizado globalmente para denunciar que tanto el G-20 como Río+20 son parte de la agenda corporativa para imponer una agenda excluyente y que deja en la pobreza a millones», dijo a IPS el costarricense Jorge Coronado, de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos.
«Por eso, hemos planteado una articulación orgánica de ambos espacios. Nos oponemos a la ‘financiarización’ de la naturaleza», agregó, al comentar las conclusiones de la Cumbre de los Pueblos en La Paz.
De hecho, las cumbres de los pueblos de La Paz y Río de Janeiro enlazaron este martes su debate, para compartir y multiplicar la resonancia de esos argumentos.
La declaración final de la reunión alternativa en México plantea el establecimiento de impuestos a las transacciones financieras internacionales, la eliminación de los paraísos fiscales, el control de flujos, la exclusión de los alimentos del esquema financiero y el derecho a la educación y la salud.
Asimismo, reclaman la garantía de la soberanía alimentaria, la defensa y protección de los territorios de las comunidades y la necesidad del acceso a agua, salud y sistemas de seguridad social.
Además, se asumieron los postulados de un documento preparado para el foro de La Paz, en que se critica el vínculo entre el G-20 y Río+20.
Ambas cumbres «refuerzan un modelo de desarrollo basado en la privatización, el parasitismo financiero sobre la economía real y la profundización del esquema de libre comercio e inversiones», cita el texto titulado «G20/Río+20. Dos cumbres, una sola lucha. Proteger los bienes comunes, ¡no los bancos!».
«El G-20 es un intento de abordar temas de libre comercio, incluyendo los bienes naturales. El ambiente no es un buen tema para los países ricos, respaldados por las grandes corporaciones», señaló a IPS el activista Tony Salvador, de la Alianza de Trabajadores Progresistas de Filipinas.
«Lo que proponemos es que estos temas se deben de tratar en la ONU, en el foro en que participan todos los países», explicó.
La declaración de la Cumbre de los Pueblos de Río+20 incorporará algunos elementos del documento difundido en la jornada final del foro de La Paz.
Cuando se ponía en marcha la reunión de mandatarios del G-20, el Comité de Facilitación de la Sociedad Civil de la Cumbre de los Pueblos en Río+20 rechazó también cualquier intento de que las decisiones tomadas en Los Cabos sean trasladadas a la conferencia en Brasil.
«Condenamos y denunciamos este hecho, que no solo refuerza el sistema económico que está promoviendo la monetización de la naturaleza, sino también su vergonzosa captura de las democracias del mundo», señaló el Comité.
«Hay un interés muy claro de que la agenda verde del G-20 esté presente en Río+20. Eso sería un retroceso», acotó Aguiar desde La Paz.
Varios de los gobernantes presentes en Los Cabos, viajarán desde ese lugar a Río de Janeiro, entre ellos los primeros ministros Wen Jiabao, de China, y Manmohan Singh, de India, y el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak.
Pero otros, como el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller (jefa de gobierno) de Alemania, Angela Merkel, no participarán en la crucial cumbre ambiental. En tanto, el mandatario mexicano, Felipe Calderón, aún no confirma si lo hará.
El G-20 «no puede ser el espacio para discutir estas temáticas, es la ONU, con la participación de sus 193 estados miembros en igualdad de condiciones y no en un círculo cerrado», expresó el costarricense Coronado.
«La agenda económica de Río+20 tiene estrechos vínculos con el G-20. Ambas se retroalimentan en buscar salvar al sistema del colapso, sin ningún cambio significativo a las estructuras que han sido la principal causante de la crisis actual», critica el documento de la Cumbre de los Pueblos debatido en La Paz.