Las autoridades de la república separatista de Osetia del Sur han declarado esta mañana la movilización general de su milicia después de los bombardeos de la artillería georgiana, que anoche provocó tres muertos y once heridos. El clásico intercambio de acusaciones y amenazas. A eso de las once de la noche de ayer, morteros y […]
Las autoridades de la república separatista de Osetia del Sur han declarado esta mañana la movilización general de su milicia después de los bombardeos de la artillería georgiana, que anoche provocó tres muertos y once heridos.
El clásico intercambio de acusaciones y amenazas. A eso de las once de la noche de ayer, morteros y lanzagranadas georgianos empezaron a disparar desde la aldea de Nikozi sobre la capital separatista Chjinvali. El bombardeo duró una hora. También los pueblos cercanos de Ubiat y Dmenis terminaron bajo el fuego georgiano. Al parecer, las víctimas son todos milicianos, pero entre los heridos hay también civiles. Los separatistas respondieron al fuego sólo con armas ligeras. «Hemos localizado las posiciones de tiro enemigas», declaró el presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoity. «Si vuelven a abrir fuego, moveremos nuestros medios militares y los eliminaremos en un momento». El gobierno de Tblisi declaró que sus fuerzas se habían visto obligadas a responder al fuego para proteger a la población georgiana «después de que los separatistas de sudosetas dispararan contra los pueblos georgianos de Eredvi, Nikozi, Ergneti y Prisi, aunque no provocaran víctimas.
Ayer, atentados de ambas partes. La jornada de ayer había comenzado con las peores señales. Al amanecer una bomba que explotó en el pueblo oseta de Dmenis mató a Nodar Bibilov, un comandante de las milicias separatistas. Los sudosetas acusaron del atentado a los cuerpos especiales del ejército georgiano. Pocas horas después, como represalia, una bomba explotó al pasar el convoy de coches en el que iba Dimitri Sanakoev, jefe de la administración provisional de Osetia del Sur fiel al gobierno central georgiano. Sanakoev salió ileso del atentado, pero tres de sus guardaespaldas resultaron gravemente heridos.
Un conflicto «congelado» siempre a punto de explotar. No es la primera vez que se vuelve a disparar en Osetia del Sur. El alto el fuego de 1992 se ha violado cientos de veces por ambas partes, con tiroteos y a menudo con intercambio de disparos de artillería, muertos y heridos. Sin embargo, la tensión entre el gobierno de Tblisi y los separatistas, respaldados por Rusia, ha ido creciendo de manera preocupante a raíz del nombramiento del presidente georgiano Mijail Saakashvili, nacionalista y filooccidental, decidido a retomar el control de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjacia, por las buenas o por las malas. Y sobre todo, con el beneplácito de Estados Unidos y OTAN, deseosos ambos de cancelar todo resto de influencia rusa en la región estratégica del Caucaso meridional, puerta de entrada del petróleo y del gas natural que Occidente bombea y seguirá bombeando cada vez más desde la cuenca del Mar Caspio.
Fuente: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=0&idart=11541