A los seguidores de Lucio Gutiérrez, el mandatario de Ecuador derrocado en 2005, les tocará jugar un papel clave cuando en la segunda vuelta electoral del 26 de este mes se defina el nuevo gobernante entre el magnate bananero Álvaro Noboa y el izquierdista Rafael Correa. El ex presidente no pudo aspirar esta vez a […]
A los seguidores de Lucio Gutiérrez, el mandatario de Ecuador derrocado en 2005, les tocará jugar un papel clave cuando en la segunda vuelta electoral del 26 de este mes se defina el nuevo gobernante entre el magnate bananero Álvaro Noboa y el izquierdista Rafael Correa.
El ex presidente no pudo aspirar esta vez a volver al gobierno debido a una prohibición del Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero su hermano Gilmar Gutiérrez logró en su representación en la primera ronda del 15 de octubre el tercer lugar, con 17,4 por ciento de los votos, y su Partido Sociedad Patriótica (PSP) será el segundo bloque parlamentario en la próxima legislatura, con 23 de los 100 escaños.
Aunque varios analistas se arriesgaron a adelantar que Lucio Gutiérrez llegaría a «un acuerdo para apoyar a Álvaro Noboa», ninguno de los hermanos ni su partido decidieron aún si apoyarán a alguno de los dos candidatos.
Dirigentes del PSP expresaron su posición personal a favor de que sus votantes elijan a su voluntad. «La militancia quedará en libertad para decidir por el candidato que les guste, de una manera razonada», dijo Ximena Bohórquez, esposa de Lucio Gutiérrez y diputada reelecta.
Además sostuvo que la fiscalización del actual gobierno es una labor que «sólo la puede hacer el Congreso» unicameral, por lo cual los legisladores de su partido se mantendrán «firmes en esa auditoría».
Por su parte el también diputado electo por el PSP Luis Almeida se mostró partidario de no apoyar explícitamente a ninguno de los dos candidatos.
Indicó, además, que el bloque de diputados que integra actuará en la próxima legislatura, que comenzará el 5 de enero, en forma «independiente», apoyando las acciones de gobierno «que vayan en beneficio de la población» y oponiéndose a las que «vayan en contra».
Analistas políticos coinciden en que el apoyo de los líderes y partidos que quedaron fuera de la competencia en esta ronda no endosarán sus votos, pero su pronunciamiento es importante.
«En elecciones de los últimos 20 años se ha comprobado que los votantes de los partidos perdedores en la primera vuelta no votan necesariamente a quienes apoyan sus líderes en la segunda ronda», explicó Hugo Barber, director de la empresa encuestadora Datanálisis.
Barber entiende que «los apoyos manifiestan cómo serán las alianzas a nivel político y social durante el futuro gobierno», lo cual se puede traducir en «la actuación parlamentaria» y en la «conformación» del nuevo gobierno.
Hasta el momento, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el partido socialdemócrata Izquierda Democrática, el Movimiento Pachakutik y diversos movimientos sociales urbanos y rurales han declarado su apoyo decidido a Correa.
Por su parte, el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), del ex presidente Abdalá Bucaram (de 1996 hasta su expulsión al año siguiente), y el derechista Partido Social Cristiano aseguraron que apoyarán a Noboa.
Tras la primera vuelta, desde el PSP se señaló que apoyarían al candidato que se comprometiera a enjuiciar a quienes «protagonizaron el golpe de Estado» del 20 de abril de 2005 contra Gutiérrez, y anunciaron que sus legisladores iniciarán una fiscalización sobre el actual gobierno de Alfredo Palacio.
Esperan así poder «castigar» a los funcionarios gubernamentales, diputados y miembros de las Fuerzas Armadas que entienden que estuvieron involucrados en el derrocamiento de Gutiérrez, entre cuyos principales responsable ubican a Palacio y a los mandos militares de la época.
Álvaro Noboa se había pronunciado a favor de sancionar a quienes se les probara su actuación en el golpe de Estado y colocó en esa lista a Correa, por haber sido ministro de Economía los tres primeros meses del gobierno emergente de ese levantamiento.
Señaló además que tenía un gran respeto por «los hermanos Gutiérrez» y que seguramente tendría el apoyo de Sociedad Patriótica.
Correa, en cambio, se mostró abierto a fiscalizar al gobierno de Palacio, sobre todo por algunos contratos firmados en los últimos meses.
También justificó la alta votación del PSP en las zonas rurales a las buenas políticas agrarias del gobierno de Gutiérrez.
«Los pobres de Sociedad Patriótica son como los pobres de todo los partidos, y su apoyo es bienvenido, porque nuestro gobierno será para todos los pobres del país», dijo Correa.
Gutiérrez comentó a la red de televisión Canal 1 que su objetivo y el de sus legisladores electos es sentar las bases para «que haya estabilidad en el país».
«A cualquiera que gane las elecciones, sea Noboa o Correa, le será imposible gobernar», si desde el momento que asume «existe gente conspirando para derrocarlo», por eso es necesario sentar precedentes «para que no se vuelva a dar un golpe de Estado», apuntó.
El coronel retirado Fausto Cobo, diputado electo y quien fuera secretario de la Administración durante los últimos meses del gobierno de Gutiérrez, sostuvo que la fiscalización que realizarán «no será una revancha», pues «el objetivo es dar estabilidad al país y que no se repitan los golpes de estado».
«El país nos ha dado el apoyo porque reconocen que el 20 de abril (de 2005) se dio un golpe de Estado», afirmó Cobo.
Desde luego que esta será parte de un posible nuevo acuerdo con cualquier fuerza política». La agenda prevista buscará inicialmente el control de la Comisión de Fiscalización del Congreso, pieza básica en la estrategia del PSP.
Gutiérrez y Cobo participaron junto a otros oficiales y el movimiento indígena en la movilización social que provocó la caída del gobierno de Jamil Mahuad, en enero de 2000.
LUCHA CUERPO A CUERPO
En la primera vuelta de los comicios presidenciales del 15 de octubre, Noboa se ubicó primero, con 26,8 por ciento de los sufragios, seguido de Correa, con 22,8 por ciento, una diferencia que creció en igual sentido en el primer tramo de esta segunda campaña electoral.
La consultora Informe Confidencial, en un sondeo publicado horas antes de que entrara en vigor la prohibición de difundir ese tipo de investigaciones el 6 de este mes, Noboa recogía 46 por ciento de las intenciones de voto entre los entrevistados, y Correa 35 por ciento.
Sin embargo, una última encuesta conocida por IPS y realizada el 7 de este mes, muestra a Correa en ascenso y a Noboa en franco declive, lo cual hace pensar en un final incierto y muy reñido, con una diferencia muy escasas entre los dos.
Ecuador inició en 1996 uno camino de recurrentes crisis institucionales,
El conservador Sixto Durán Ballén fue el último presidente en terminar su mandato de 1992 a 1996, cuando asumió el derechista Abdalá Bucaram, quien fue destituido el 6 de febrero de 1997, menos de seis meses después de haber asumido, por el propio parlamento.
El Congreso declaró su »incapacidad mental para gobernar», sin que mediara examen médico ni derecho a la defensa.
Su vicepresidenta, Rosalía Arteaga, basada en el derecho constitucional de sucesión, reclamó para sí el cargo, pero permaneció pocas horas como jefa de estado.
A Arteaga le sucedió en la presidencia de Ecuador de modo interino el entonces titular del parlamento, Fabián Alarcón (11 de febrero 1997-10 de agosto de 1998), quien entregó el cargo a Mahuad, ganador en segunda vuelta electoral en competencia precisamente con Álvaro Noboa, que denunció un fraude que nunca se comprobó.
Aunque fue elegido para un período de cuatro años, Mahuad gobernó Ecuador hasta el 22 de enero del 2000, cuando fue derrocado por un levantamiento indígena apoyada por coroneles rebeldes, entre ellos Gutiérrez, que formaron un triunvirato que duro pocas horas
Mahuad fue reemplazado por su vicepresidente, Gustavo Noboa, quien juró su nueva función y firmó su primer decreto en el Ministerio de Defensa y no en el parlamento.
Gustavo Noboa, que gobernó el país entre el 22 de enero de 2000 y el 15 de enero del 2003, dejó la presidencia a Gutiérrez, ganador de las elecciones de 2002, en las que Álvaro Noboa volvió a perder en segunda ronda.
Gutiérrez fue también destituido por el Congreso luego de una semana de movilizaciones en las calles de Quito.
Un mes después, el ministro de Gobierno, Mauricio Gándara, lo acusó judicialmente de atentar contra la seguridad del Estado por las declaraciones realizadas por Gutiérrez a la cadena de televisión estadounidense CNN, en las que tachó a la administración de Palacio de «ilegal» y «de facto».
Tras ser derrocado se asiló en Brasil, donde permaneció algunas semanas. Luego de pasar por Estados Unidos. Colombia y Perú, retornó a Ecuador el 14 de octubre de 2005, cuando fue encarcelado junto a Fausto Cobo y a su hermano Gilmar Gutiérrez, hasta el 4 de marzo, cuando la Corte Superior de Justicia de Quito ordenó su libertad tras anular la causa.