En 2007, la fusión de las nieves del Himalaya incrementaron el caudal del río Brahmaputra. Las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río afectaron a 7,5 millones de bengalíes, que tuvieron que desplazarse de sus casas. La crisis alimentaria que vive Bangladesh se agudizó. Según datos de UNICEF, a finales de 2008, las familias gastaban […]
En 2007, la fusión de las nieves del Himalaya incrementaron el caudal del río Brahmaputra. Las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río afectaron a 7,5 millones de bengalíes, que tuvieron que desplazarse de sus casas. La crisis alimentaria que vive Bangladesh se agudizó. Según datos de UNICEF, a finales de 2008, las familias gastaban dos terceras partes de sus ingresos en alimentos. Casi un 60% de ellas carece de los alimentos necesarios.
Cerca de los límites de lo que se considera emergencia alimentaria, la situación de la infancia en Bangladesh está marcada por la necesidad de trabajar. El 56% de los menores de 18 años viven con menos de un dólar al día, por debajo del umbral internacional de la pobreza. En el séptimo país más poblado del mundo, el 44% de la población total es menor de edad. El trabajo infantil está completamente normalizado, es el 12% de la mano de obra total. En su mayoría, la infancia trabajadora bengalí se dedica a la agricultura, trabaja en las fábricas de textiles, como servicio doméstico, o en la venta callejera, aunque no es infrecuente que se emplee en minas y otras actividades que ponen en peligro su salud. Las redes de trata, que envían a muchas niñas bengalíes a «aldeas de solteros» en India, es la cara más dramática de la explotación infantil, si bien las organizaciones de niños trabajadores exigen que los organismos dejen de meter en el mismo saco el trabajo y las peores formas de explotación.
Pese a que el trabajo infantil es un factor importante para la economía de Bangladesh, que creció a un ritmo del 5% anual desde 1990, el empleo de mano de obra menor de edad no está normativizado. En 1992 Bangladesh prohibió el trabajo infantil. Su gobierno ratificó en 2001 el convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación y aceptó guiarse por las recomendaciones abolicionistas de la comunidad internacional. No se conocen cuáles son las cifras de niños que trabajan en Bangladesh.
Los datos oficiales reconocen que hay entre seis y siete millones, aunque consultores internacionales de Naciones Unidas estiman que hay más de 13 millones buscándose la vida y cobrando por ello sueldos de 700 takas (10 dólares) por mes, mientras que un trabajador adulto cobra hasta 5.000 por el mismo empleo. Frente a la postura por la erradicación de OIT y UNICEF, las asociaciones de niños trabajadores piden que se establezca una legislación para que la infancia trabajadora tenga derechos laborales reconocidos, y que se cumpla su derecho a una educación, a alimentarse, y el derecho a una vivienda digna.
Fuente (y fotogalería): http://www.diagonalperiodico.net/Hambre-y-trabajo-infantil-en.html