El último capítulo de la polémica vacuna contra el papilomavirus afecta al mismísimo Premio Nobel de Medicina, que este año eligió entre sus tres ganadores a Harald zur Hausen, descubridor del virus supuestamente causa el cáncer de cuello de útero. Según informaciones de Radio Suecia y el diario británico «The Times», dos de los miembros […]
El último capítulo de la polémica vacuna contra el papilomavirus afecta al mismísimo Premio Nobel de Medicina, que este año eligió entre sus tres ganadores a Harald zur Hausen, descubridor del virus supuestamente causa el cáncer de cuello de útero. Según informaciones de Radio Suecia y el diario británico «The Times», dos de los miembros del jurado se sientan en los comités científicos que asesoran a la compañía AstraZeneca. Una investigación estudiará si la firma habría presionado de alguna manera para favorecer la elección de Zur Hausen. Según explican ambos medios, esta compañía tendría una participación indirecta en los beneficios derivados de las dos principales vacunas disponibles en la actualidad para supuestamente frenar la infección por este virus; Gardasil (de la compañía MerckMSD) y Cervarix (de GlaxoSmithKline).
Concretamente, según explica la revista Scientific American, AstraZeneca es la propietaria de una pequeña compañía denominada MedImmune, que ha desarrollado la tecnología que elabora las partículas virales que emplean ambas terapias para despertar una reacción inmune contra el virus (en lugar de usar una versión atenuada del propio virus), y por la que cobraría alrededor 236 millones de dólares anuales en concepto de ‘royalties’ (al haber cedido los derechos de explotación de esta tecnología).
Una práctica habitual
La información que recogen ambos medios indica que dos de los miembros del jurado que participaron en la elección del ‘padre’ del papilomavirus (junto a los dos científicos descubridores del virus del sida) en el Nobel de Medicina de este año, reciben financiación para sus investigaciones de esta la compañía.
Concretamente, Bertil Fredholm, presidente del comité de cinco personas que selecciona a los candidatos sobre los que después deberá pronunciarse el jurado (de 50 miembros), recibió en 2006 alrededor de 1.000 euros de AstraZeneca para sus investigaciones sobre un tipo de proteínas denominadas purinas. Mientras que Bo Angelin, una de las 50 eminencias que finalmente designan al premiado en Medicina desde la Asamblea del Instituto Karolinska, también recibió dinero por ser director no ejecutivo en el consejo de administración de esta misma empresa. En total, Angelin recibió de la compañía con la que colaboraba como asesor científico un total de 22.000 euros en 2007. Este tipo de relaciones son frecuentes en el campo de la investigación, donde los científicos reciben a menudo dinero de la industria por colaboraciones puntuales, en concepto de asesoría, o como becas para sus estudios. En la mayoría de los casos, y más aún en los países anglosajones, estos vínculos económicos son públicos, y los propios científicos se encargan de dejarlo claro en sus presentaciones y trabajos. Investigación en marcha
El caso ha llevado al director de la unidad anticorrupción de la policía sueca, Christopher van der Kwast, a iniciar una «investigación preliminar». Él mismo ha dicho: «mi iniciativa pretende ver si hay base sobre la que investigar. He ordenado al fiscal que se ponga con ello».