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Irán después de Raisi

Fuentes: Rebelión

Una vez conocida la desaparición del viejo Bell 212, un helicóptero de fabricación estadounidense con más de 40 años de uso -la versión civil del legendario UH-1N Twin Huey que tanto se utilizó en la guerra de Vietnam y todavía sigue siendo muy utilizado por muchísimos gobiernos y empresas- que trasportaba al presidente iraní Ebrahim Raisi hacia la ciudad septentrional de Tabriz, capital de la provincia de Azerbaiyán Oriental, se dispuso un importante operativo de búsqueda y rescate que contó con la colaboración de drones turcos. Debido a la intensa niebla y lo escarpado del terreno, se tardaron 12 horas en llegar al punto del impacto.

Cuando los socorristas alcanzaron el Bell en el brumoso bosque de Dizmar, se confirmó la peor de las conjeturas, el presidente había muerto, al igual que el resto de los ocupantes, ocho en total: el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian; el gobernador de la provincia Azerbaiyán Oriental, el seyyed Malek Rahmati; un importante líder religioso de la ciudad de Tabriz, Mohammad Ali al-e Hashem; el jefe de la custodia del presidente, Mahdi Mousavi, y los pilotos.

La nave presidencial se precipitó cuando, junto a otros dos helicópteros,  retornaba desde el río Araz, que sirve de frontera con Azerbaiyán, lugar al que el presidente Raisi había llegado para inaugurar una represa junto al Jefe de Estado azerí, Ilham Aliyev.

El hecho de que el aparato que llevaba a Raisi fuera el único siniestrado de las tres naves que habían enfrentado las mismas contingencias climáticas, habilitó a muchos analistas a plantear la posibilidad de algún tipo de ataque o de que hubiera sido objeto de sabotaje.

Apuntando en primer lugar, obviamente, al tándem indivisible Washington-Tel Aviv. Las teorías conspirativas también rozaron al propio gobierno de Bakú por su intensa relación con Tel-Aviv, basada esencialmente en armas judías por petróleo y gas azerí. La lista de sospechosos llegó a mencionar a Francia, dadas sus actuales controversias con Azerbaiyán (Ver: Nueva Caledonia: adieu à la France.). También podía haber sido el acierto de algún “afortunado” misil lanzado por alguno de los grupos terroristas que operan en la nación persa, vinculados al Dáesh y financiados por los sionistas. Incluso una carta que se encuentra en el mazo es la acción de algún rival interno de Raisi. Y claro, ¿por qué no? también estas cosas pasan, lisa y llanamente un simple accidente por cuestiones técnicas o un error humano en un contexto climático extremadamente adverso como el que se presentaba en esa región al momento de la caída.

Mientras los restos del helicóptero seguían sin aparecer, en varias capitales los equipos de analistas se reunían para discutir todas las alternativas, ya que Irán no es cualquier país, la nación se encuentra en pleno conflicto con Israel.

Recordemos la poco eficiente andanada de mutua cohetería que lanzaron de un país al otro tras los ataques sionistas a la embajada persa en Damasco (Siria) el pasado 1 de abril.

Irán tiene también mucho que decir sobre el genocidio que Benjamín Netanyahu perfecciona cada día en Gaza, abasteciendo de logística e información a los hutíes yemeníes que están atacando naves vinculadas a intereses judíos y estadounidenses en el Mar Rojo, y también con el Hezbollah libanés, una amenaza constante para el norte de Israel. Previendo cualquier contingencia, más allá de proclamar su inocencia, Tel-Aviv extremó su seguridad, al igual que todas las embajadas de los Estados Unidos en la región, las del Reino Unido y muchas naciones de la Unión Europea (UE), principalmente Francia.

Al mismo tiempo, el presidente ruso Vladimir Putin se reunía con el embajador persa en Moscú, Kazem Jalali, para evaluar a fondo la situación y ofrecer toda su colaboración para la búsqueda de la nave perdida.

En un mundo tan sensible como el actual nunca nada es del todo descartable, mucho menos imposible, por lo que de no ser claro y perfectamente demostrable un accidente solo siguiendo los pasos de Irán en los próximos meses podremos hacernos una idea de quién pudo ser el responsable si no hay un reconocimiento oficial por parte de los responsables. Aunque en verdad es muy difícil que simples mortales como nosotros podamos alguna vez conocer la verdad. Para apoyar esto basta con recordar el asesinato del presidente estadounidense John Kennedy, del que, pasados más de 60 años, todo sigue siendo bruma y un asesinato siguió siendo encubierto con otros.

El orden constitucional obliga al primer vicepresidente, en este caso Mohammad Mojber, a asumir el cargo vacante y en no más de 50 días llamar a elecciones, donde se abre una cantidad de variables que prácticamente recorren todas las tonalidades políticas.

Hasta ahora la aparición de los restos de la nave solo ha dejado claro una cosa: la muerte del presidente Raisi y la de sus acompañantes, el resto de las preguntas quedarán sin contestar o se silenciarán para siempre.

Piensa mal y acertarás

Si bien es muy alambicado, para algunos seguidores del “piensa mal y acertarás” el encuentro entre Raisi y su par azerí, habría servido, más allá de la excusa protocolar, para limar asperezas entre Bakú y Teherán, lo que dejaría más cómodo a Aliyev para operar contra Armenia. Se produce en un momento en el que Aliyev se ha convertido en uno de los grandes enemigos de Francia, que lo acusa de estar detrás de los disturbios de Nueva Caledonia, una de las más importantes colonias que París, mantiene en el disputado ámbito Indo-Pacífico, por lo que el atentado contra el presidente iraní podría haber sido un tiro por elevación contra el azerbaiyano.

Por otra parte, Occidente ya ha comenzado a sugerir la posibilidad de “fuego amigo”, ya que Raisi aparecía como uno de los principales candidatos para suceder al ayatolá Alí Jamenei, de 85 años, en el cargo de “Líder Supremo” de la revolución, es decir el verdadero poder en la República Islámica.

Dicho cargo, a Raisi, solo se lo podría disputar el propio hijo de Jamenei, Mojtaba, por lo que la desaparición del presidente dejaría a Mojtaba el camino libre hacia el máximo cargo del país persa. Aunque para varios analistas ese nombramiento dejará a la cúpula gobernante expuesta a acusaciones de nepotismo por parte de los sectores más liberales y muchos líderes de la de la Revolución Islámica de 1979, que se oponen abiertamente a que la revolución derive a un sistema que repita los manejos de la monarquía Pahleví que ellos derrocaron como lo era el propio Raisi o el expresidente Mahmud Ahmadineyad (2005-2013) , hombres emergidos de las profundidades de la revolución.

Será un reto para el presidente interino Mojber conducir el país por el estrecho y extenso desfiladero de los próximos 50 días, donde los enemigos de la revolución harán todo lo posible para que desbarranque, sabiendo que se encuentra en un punto extremadamente delicado y teniendo las protestas agitadas desde el exterior del año 2022, todavía repercutiendo en los oídos de la dirigencia.

Por lo que se deberá extremar la seguridad para que nada extraño suceda y mantener a al país, hasta que surja el nuevo gobierno, con todas las alertas encendidas, porque Irán conoce muy bien las herramientas de sus enemigos, que son muchas y extremadamente crueles.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.