Irán reiteró su ofrecimiento de detener el enriquecimiento de uranio a 20 por ciento, prioritario para Estados Unidos en las conversaciones sobre el presunto armamentismo nuclear de Teherán, a cambio del cese de las sanciones internacionales. El representante permanente de Irán ante la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Ali Asghar Soltanieh, reveló en una […]
Irán reiteró su ofrecimiento de detener el enriquecimiento de uranio a 20 por ciento, prioritario para Estados Unidos en las conversaciones sobre el presunto armamentismo nuclear de Teherán, a cambio del cese de las sanciones internacionales.
El representante permanente de Irán ante la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Ali Asghar Soltanieh, reveló en una entrevista con IPS que su país presentó esa oferta en una reunión entre la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, y el principal negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, celebrada el 19 de este mes en Estambul.
Soltanieh también reveló a IPS que funcionarios de la AIEA habían accedido el mes pasado al pedido iraní de ver los documentos sobre las presuntas actividades de armamentismo nuclear de las que se acusa a Teherán. Pero luego se retractaron de esa concesión.
«Estamos preparados para suspender el enriquecimiento a 20 por ciento, siempre y cuando haya una medida recíproca compatible», dijo Soltanieh. «Eso fue lo que dijimos en Estambul», agregó.
Soltanieh es el primer funcionario iraní en formular declaraciones sobre la propuesta de Irán de un acuerdo que pondría fin por completo a su enriquecimiento de uranio a 20 por ciento.
«Si lo hacemos, no debería haber sanciones», argumentó el diplomático.
En las dos rondas de negociaciones de este año con el grupo P5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas -China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia- más Alemania), Irán sostuvo que un alivio importante de las sanciones debería ser parte del trato.
Estados Unidos y sus aliados en el P5+1 descartaron tal pacto en las dos rondas, que se celebraron en Estambul y Bagdad, en mayo y junio respectivamente. Y reclamaron no solo que Irán cesara el enriquecimiento de uranio a 20 por ciento, sino que enviara fuera del país todas sus reservas y que clausurara la central nuclear de Fordow, en el noroeste del país.
Pero, aunque Irán accediera a esas concesiones, las naciones del P5+1 no ofrecieron aliviarle las sanciones.
Soltanieh reiteró la negativa iraní a cualquier acuerdo que involucre el cierre de Fordow. «Es imposible que esperen que cerremos Fordow», dijo.
Estados Unidos justifica el reclamo de clausurar esa central en que se la emplea para enriquecer uranio a 20 por ciento y facilita a Irán continuar el enriquecimiento en el grado necesario para fabricar armas.
Pero Soltanieh señaló la transformación de la mitad de las placas de combustible nuclear en polvo para el Reactor de Investigaciones de Teherán, que quedó documentada en el informe de la AIEA del 30 de agosto.
La transformación de las placas de combustible en polvo hace imposible recuperar el uranio para fines armamentísticos.
Soltanieh sugirió que la demostración de esa capacidad iraní -que aparentemente tomó por sorpresa a Estados Unidos y a los otros gobiernos del P5+1-, vuelve irrelevante la demanda de retirar del país todas las reservas de uranio enriquecido a 20 por ciento.
«Esta capacidad muestra que no necesitamos combustible de otros países», dijo Soltanieh.
Irán empezó a enriquecer uranio a 20 por ciento en 2010. En 2009 Estados Unidos le había hecho una oferta innegociable: suministrarle placas de combustible para el Reactor de Investigaciones de Teherán, en un plazo de dos años, a cambio de que embarcara al extranjero las tres cuartas partes de sus existencias de uranio de bajo enriquecimiento.
El reclamo del P5+1 de cerrar la planta de Fordow también se basó, aparentemente, en la premisa de que fue construida exclusivamente para el enriquecimiento a 20 por ciento. Pero Irán informó a la AIEA de que se usa también para enriquecer uranio a 3,5 por ciento.
Las 1.444 centrifugadoras instaladas entre marzo y agosto en Fordow -no conectadas a cañerías, según el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, con sede en Washington- podrían usarse para un enriquecimiento a 20 por ciento o para 3,5 por ciento, lo que da a Irán mayor poder para futuras negociaciones.
Soltanieh reveló que dos altos funcionarios de la AIEA habían aceptado una demanda iraní clave en la última negociación, el mes pasado, sobre un «acuerdo estructurado» de la cooperación iraní sobre las acusaciones de las «posibles dimensiones militares» de su programa nuclear, solo para retractarse al final del encuentro.
El problema fue la insistencia de Irán en que se le entregaran todos los documentos en los que la AIEA basa sus acusaciones de armamentismo.
El texto surgido de las negociaciones del 20 de febrero muestra que la AIEA eludió responder al pedido de esos documentos.
Pero en la última reunión, el 24 de agosto, el vicedirector general de Salvaguardias, Herman Nackaerts, y el director general adjunto para Asuntos Políticos de la AIEA, Rafael Grossi, accedieron por primera vez a «entregar los documentos relativos a actividades señaladas como efectuadas por Irán», según Soltanieh.
Sin embargo, al final de la reunión, Nackaerts y Grossi pusieron este punto «entre corchetes», dejándolo sin resolver, agregó.
El ex director general de la AIEA, Mohammad ElBaradei cuestiona en sus memorias, publicadas en 2011, cómo se puede acusar a alguien sin revelar de qué se lo acusa.
ElBaradei también señala que Israel entregó a la AIEA una nueva serie de documentos a fines de 2009, «que presuntamente mostraban que Irán había continuado con sus estudios para (la fabricación de) armas nucleares hasta por lo menos 2007».
Soltanieh dijo a IPS que el otro asunto no resuelto es si la investigación de la AIEA tiene un límite o es indefinida.
El 20 de febrero, Irán solicitó una lista de asuntos a los que se limitaría la investigación de la AIEA y que cada uno se considerara «concluido» una vez que Teherán diera respuesta a las preguntas y entregara la información solicitada.
Pero la agencia insistió en retener su capacidad de «volver» a asuntos «ya discutidos», indica el texto del 20 de febrero.
«¿Qué pasa si el mes que viene recibimos algo nuevo?», llegó a cuestionar un negociador de la AIEA.
«Si la AIEA sigue en su estilo, esto puede durar otros 10 o 20 años», comentó Soltanieh.
El embajador iraní dijo que los funcionarios de la AIEA habían prometido que el director general, Yukia Amano, anunciaría una nueva cita durante la reunión de la Junta de Gobernadores de la agencia a inicios de este mes.
En cambio, luego de una reunión con Fereydoun Abbasi, vicepresidente de Irán y titular de la Organización de Energía Atómica de ese país, Amano solo mencionó que los negociadores de la AIEA estaban listos «para reunirse con Irán en un futuro cercano».
«Él no cumplió la promesa», dijo Soltanieh, agregando que Teherán estudiará la respuesta.
El diplomático también comentó la afirmación hecha la semana pasada por Abbasi, acerca de que un corte de electricidad en la central de Fordow la noche antes de que la AIEA pidiera una inspección repentina indica que la agencia podría estar infiltrada por «terroristas y saboteadores».
«Objetamos que el director general no proteja la información confidencial», dijo Soltanieh. Esto constituye «una preocupación muy seria», por ejemplo cuando se habla de cuántas centrifugadoras funcionan y cuántas no.
Irán se ha quejado durante años de que la información recabada por los inspectores de la AIEA -inclusive datos sobre el personal que trabajaba en el programa nuclear iraní- terminaban a disposición de las agencias de inteligencia estadounidenses, israelíes y europeas.
Gareth Porter, historiador y periodista de investigación especializado en seguridad nacional de Estados Unidos, recibió el británico Premio Gellhorn de periodismo 2011 por artículos sobre la guerra de Estados Unidos en Afganistán.