El Papa Francisco ha anunciado que promulgará una encíclica sobre el calentamiento global a mediados de año. El cardenal Peter Turkson se encuentra entre los encargados de redactarla. En una presentación en la Universidad Pontificia de San Patricio, Irlanda, en Marzo 2015 dejó entrever porqué esta iniciativa está causando tanto inquietud entre poderosos intereses políticos […]
El Papa Francisco ha anunciado que promulgará una encíclica sobre el calentamiento global a mediados de año. El cardenal Peter Turkson se encuentra entre los encargados de redactarla. En una presentación en la Universidad Pontificia de San Patricio, Irlanda, en Marzo 2015 dejó entrever porqué esta iniciativa está causando tanto inquietud entre poderosos intereses políticos y económicos asociados al orden internacional vigente. «Es un hecho incuestionable que el planeta se está calentando. El Papa ha enfatizado el rescate de enseñanzas cristianas que enlazan la protección de la vida con la conservación de la naturaleza y la lucha contra la injusticia social. Para los cristianos, el cuidado de la creación de Dios es una obligación».
Todo parece indicar que sus señalamientos son un preludio de la encíclica papal. Citando al Libro del Génesis, Turkson señaló: «El Papa Francisco está dispuesto a afirmar la verdad revelada en Génesis 2:15 sobre el deber sagrado de labrar y conservar la tierra. No está haciendo comentarios políticos sobre los méritos del capitalismo o del comunismo. Está reafirmando enseñanzas bíblicas ancestrales. Está señalando los preocupantes indicios en la naturaleza que sugieren que la humanidad parece haber labrado demasiado y conservado poco».
El partido republicano y otros sectores conservadores de Estados Unidos han expresado su irritación ante la anunciada encíclica. Insisten en que el Papa debería limitarse a la moralidad, sin intervenir ni en política ni en ciencia. Pero a medida que se desenvuelve el debate sobre el calentamiento global, se hace cada vez más evidente la necesidad de conjugar la ciencia y la ética para reducir los riesgos que amenazan tanto a la humanidad como al equilibrio natural del planeta.
Por instrucciones del Papa, la Academia Pontificia de Ciencia convocó una reunión de científicos en el Vaticano en Abril 2015 como parte de los preparativos de la encíclica. Participaron también líderes religiosos protestantes, hindúes, judíos, budistas y musulmanes.
El Papa Francisco se ha declarado convencido por la evidencia científica sobre el calentamiento global y su origen en la actividad humana. También ha denunciado las vinculaciones entre la explotación de la naturaleza y las inequidades sociales y económicas: «Un sistema económico centrado en el dios dinero necesita saquear a la naturaleza para sostener el ritmo frenético de consumo que le es inherente».
Los pronunciamientos del Vaticano indican que la encíclica sobre el calentamiento global coincidirá en lo científico con los más recientes señalamientos del IPCC, lo que conducirá irremediablemente a un enfrentamiento con intereses políticos y económicos de poderosos sectores conservadores en Estados Unidos y otros países occidentales.
El partido republicano controla el senado norteamericano. Son frecuentes las denuncias sobre el financiamiento que recibe la mayoría de sus miembros de corporaciones energéticas, entre las que se destacan los hermanos Koch, Exxon, Chevron, British Petroleum y Shell. Estos mismos intereses financian campañas pseudo-científicas para desmentir la ciencia del calentamiento global a través de frentes como el Heartland Institute. Su presidente, Joseph Bast, publicó un pronunciamiento en Abril 2015 en el que señala: «Aunque el corazón del Papa Francisco seguramente se encuentra en su correcto lugar, le haría un daño a su rebaño y al mundo si apoya con su autoridad moral la agenda sin basamento científico de las Naciones Unidas sobre el clima». Jim Lakely, vocero del mismo instituto declaró: «Los católicos deberían examinar las evidencias por sus propios medios y entender que el Papa es una autoridad en asuntos espirituales, no en asuntos científicos».
Tres de los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados Unidos, Ted Cruz, Marco Rubio y Jeb Bush se han pronunciado desmintiendo la ciencia del calentamiento global. En una entrevista con The Texas Tribune el 24 de Marzo 2015, Ted Cruz declaró: «Los alarmistas del calentamiento global evaden el debate razonable. Me catalogan de negacionista y herético. También Galileo fue catalogado de negacionista y herético por enfrentarse al conocimiento científico establecido para la época de que la tierra era plana». Luego continuó: «Contrario a lo que sostienen algunos científicos, la información satelital demuestra que no se han registrado aumentos significativos de la temperatura del planeta en los últimos 17 años».
Las declaraciones de Ted Cruz reflejan su profunda ignorancia. En los tiempos de Galileo la redondez de la tierra se encontraba bien establecida. Ya se navegaba alrededor del mundo antes de que Galileo naciera. Su conflicto con la iglesia no se refería a si la tierra era plana, sino a si la tierra era el centro del universo. Esta concepción era sostenida por la iglesia como una verdad inobjetable, establecida desde los tiempos de Aristóteles y Tolomeo. Galileo defendía los postulados de Aristarco y Copérnico de que tanto la tierra como los demás planetas giraban alrededor del Sol. Galileo retó a la ortodoxia basado en evidencia científica no para negar conocimientos científicos establecidos, como señala Ted Cruz, sino para desmentir mitos carentes de fundamento científico alguno.
Su referencia al presunto estancamiento de la temperatura promedio en los últimos 17 años es una torpe manipulación de datos que desconoce las tendencias a largo plazo y el hecho de que cerca del 90% de la energía calórica se ha venido depositando en los océanos.
En realidad, el año 2014 fue el más caliente registrado de los últimos 150 años, mientras 14 de los 15 años más calientes corresponden a los primeros 15 años del siglo 21. El hielo marino en el Ártico ha perdido más de la mitad de su volumen solo en los últimos 35 años, mientras las masas de hielo sobre Groenlandia y la Antártida se reducen a tasas alarmantes y los glaciares alrededor del mundo desaparecen aceleradamente. La humanidad se encuentra en realidad ante una emergencia planetaria de gigantescas proporciones, tal y como lo señalan los principales científicos y centros especializados de investigación alrededor del mundo. El calentamiento global es un fenómeno reconocido por todas las academias de ciencia del mundo, incluyendo a la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos. El Pentágono emitió un informe en el que declara al calentamiento global como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos.
El Papa Francisco parece dispuesto a marcar un nuevo rumbo en la relación entre la ciencia, la ética y la fe. El conocimiento científico puede y debe contribuir al bienestar de toda la humanidad, a preservar los frágiles ecosistemas del planeta y a cultivar en generaciones futuras una concepción armónica entre el desarrollo humano y el equilibrio natural. La ética puede otorgar la lucidez necesaria para tomar decisiones en beneficio del bien común, tanto de la humanidad como de la naturaleza.