La Organización Mundial de la Salud (OMS) desacreditó el informe en el que Aminstía Internacional (AI) denunciaba las malas condiciones del sistema de salud de Corea del Norte, asegurando que éste es «poco científico» ya que se basa en casos «anecdóticos» y, algunos de ellos, sucedidos hace años. Así de contundente respondía un día después […]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) desacreditó el informe en el que Aminstía Internacional (AI) denunciaba las malas condiciones del sistema de salud de Corea del Norte, asegurando que éste es «poco científico» ya que se basa en casos «anecdóticos» y, algunos de ellos, sucedidos hace años.
Así de contundente respondía un día después de la publicación de la investigación El despedazado estado de la salud en Corea del Norte, la directora general de la OMS, Margaret Chan, que realizó una visita oficial al país asiático en abril.
El informe de AI se basa en 40 entrevistas a desertores y personal sanitario que trabaja con norcoreanos, y denuncia prácticas como amputaciones sin anestesia, cirugías a la luz de las velas y que muchos médicos sólo atienden previo pago de los pacientes.
Mejoras recientes
La OMS aseguró que dicha investigación recoge casos sucedidos en 2001, lo que no es representativo porque no refleja las mejoras logradas por proyectos llevados a cabo en los últimos años.
Entre ellos, explica el corresponsal de la BBC en Berna, Imogen Foulkes, «un programa para madres y niños dotado con US$30 millones y financiado por Corea del Sur».
Según Foulkes, tras comprobar in situ hace tres meses el estado de la sanidad en Corea del Norte, Chan lo describió como «la envidia de muchos países desarrollados», y subrayó que «no tiene escasez de médicos ni de enfermeras».
A pesar de que la OMS admite que aún hay grandes retos en el país, un portavoz de la organización aseguró que no se logrará aumentar la salud de la población convirtiendo el asunto en un arma política.
El corresponsal de la BBC en Berna aseguró, no obstante, que «diversas agencias de las Naciones Unidas llevan a cabo proyectos de ayuda en Corea del Norte, y se cree que son reticentes a criticar abiertamente el régimen por miedo a poner en peligro su trabajo allí».